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La iglesia de la Virgen de la Luz entra en la Lista Roja del Patrimonio

Hispania Nostra alerta del “lastimoso” estado de conservación de las pinturas murales del interior del templo y del riesgo de desprendimiento ante las importantes grietas
La iglesia de la Virgen de la Luz entra en la Lista Roja del Patrimonio
Foto: Saúl García
23/06/2021 - Las Noticias

La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Virgen de la Luz, de la capital, ha entrado en la Lista Roja del Patrimonio, que elabora la Asociación Hispania Nostra con el fin de dar a conocer y proteger aquella parte del patrimonio cultural y natural que se encuentra en peligro y abandono.

 

Inclusión que responde al hecho de que “el interior amenaza desprendimiento”, tal y como refleja la mencionada asociación, quien alerta, además, de que las pinturas murales que decoran el interior del templo se encuentran en “un estado lastimoso, con grave peligro de perderse”. Y es que, tal y como remarca Hispania Nostra, “vemos que no solo la policromía de la escenas se van desconchando, deteriorando y perdiendo, sino que también son visibles grandes grietas que amenazan con caer y llevarse parte del techo del monumento”.

 

SOBRE EL EDIFICIO

La Iglesia de la Virgen de la Luz –también conocida como de San Antón– fue iniciada en el siglo XVI y finalizada en el siglo XVIII por Martín de la Aldehuela. En el solar ubicado sobre la actual iglesia se situaban antaño 2 ermitas, una dedicada a Nuestra Señora del Puente –nombre con el que se conocía a Nuestra Señora de la Luz en el siglo XVI– y a San Antonio Abad. Las dos ermitas estaban bajo el cuidado del Hospital de San Antonio, construido en 1352, y situado al lado de la ermita de Nuestra Señora. Debido a la deficiente calidad constructiva, ambas ermitas fueron deteriorándose poco a poco, hasta que se decidió sustituirlas por la actual iglesia, agrupando así, en un único templo de mayor tamaño, ambos espacios.

Durante la guerra de la Independencia (1808-1814), la iglesia sufrió graves daños: se destruyó el baldaquín original, los retablos y algunas de las pinturas murales. Al terminar el conflicto, la iglesia fue olvidada y abandonada, hasta que en 1943, Fernando Chueca la redescubrió y revalorizó, refiriéndose a ella en alguno de sus escritos como la obra cumbre de la arquitectura borrominesca española. 

En la actualidad, según Hispania Nostra, el Ayuntamiento cuenta con la propiedad de la iglesia, que fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Monumento.