La vuelta a la ‘nueva normalidad’ por parte de la Diócesis de Cuenca se ha producido también con normas de distanciamiento y seguridad, según explica el obispo, José María Yanguas, en una carta publicada en la web de la institución religiosa.
Desde este lunes 25 de mayo, en Cuenca se avanza a la fase 2 de la desescalada, lo que permite ampliar el aforo de los lugares de culto del 30% al 50%.
Pero desde que Cuenca pasó a la fase 1 y los fieles pudieron recuperar parte de esa libertad tan anhelada en los últimos 60 días, la vuelta a la parroquias conquenses fue con restricciones y limitaciones en los templos públicos, medidas inspiradas en las sugerencias redactadas por la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Española.
Medidas de seguridad
Así, debido a la grave crisis sanitaria que atraviesa el país, se recomienda a los fieles no asistir a las eucaristías dominicales y se estima oportuno continuar con la oración desde casa.
Además, ofrecen la posibilidad de seguir las retrasmisiones a través de los medios de comunicación que diariamente, según la provincia, ofrecen las cadenas de televisión. De igual forma, todos aquellos que se acerquen a escuchar la palabra de Dios los domingos o jornadas de diario deberán usar mascarilla y el aforo está limitado.
A las personas de riesgo y personas mayores les aconsejan y sugieren permanecer en casa para preservar su salud. De igual forma, los conquenses se encontrarán las puertas de entrada y salida abiertas para evitar tocar pomos o picaportes y así prevenir contagios; una vez cruzada la puerta, las pilas de agua bendita estarán vacías.
En el caso de afluencia masiva a la misa dominical se aumentarán el número de celebraciones para descongestionar los espacios.
Los feligreses son provistos de gel desinfectante a la entrada y salida de la iglesia, punto clave para higienizar las manos de todos los que acudan. Asimismo, para dar la comunión el sacerdote y los ministros se desinfectarán las manos y mantendrán el cáliz, la patena y los copones cubiertos durante la plegaria.
Durante la liturgia se evitan los coros en la parroquia y el cestillo de la colecta no pasará por todos los bancos, la donación podrá hacerse al abandonar el lugar de culto.
Por otro lado, el saludo de la paz no volverá a ser igual ya que ha sido sustituido por un gesto en la distancia para evitar el contacto directo.
En cuanto a la limpieza, se extremarán las medias de desinfección del templo, bancos y objetos usados durante el culto.
El momento de escucha de los fieles no se produce en el confesionario, se escogerá un espacio amplio que permita mantener la distancia de seguridad y los implicados vestirán mascarilla. Eso sí, la confidencialidad no se perderá.
Celebraciones
En el caso del bautismo, la ceremonia será breve y el agua bendita utilizada no retornará a la pila bautismal. Para recibir el sacramento de la confirmación se utilizará un algodón o bastoncillo, utensilios empleados para administrar el aceite santo a los confirmandos.
Muchas bodas se han suspendido pero las venideras cambiarán por completo. Los anillos y las arras solo serán tocadas por los contrayentes y la firma se hará con la máxima prudencia por parte de los novios y los testigos. El proceso de entrega de documentación cambiará, aunque cada iglesia adaptará según estime, en algunas se ofrecerá la posibilidad de hacerlo de forma online.