Por fin regresan. Doce cursos después, el IES Alfonso VIII de Cuenca vuelve a su sede habitual tras haber pasado más de una década en el IES Nº7, espacio al que llegaron en 2008 en principio de forma provisional para un solo año mientras se llevaban a cabo en su edificio obras de rehabilitación. Sin embargo, desaveniencias políticas entre distintas administraciones y conflictos por las obras del aparcamiento de Astrana Marín, han alargado la reforma de este centro que, ahora sí, ultima la mudanza para, si la Covid-19 lo permite, comenzar en septiembre las clases presenciales en sus instalaciones de Lope de Vega.
“El traslado había sido planificado para un año solo y han pasado doce cursos. Siempre hemos vivido en el otro edificio con cierta provisionalidad. Pero por fin volvemos”, celebra el director del IES Alfonso VIII, Ángel Luis Navarro. No obstante, puntualiza: “Nos vamos con ilusión y con ganas pero también dejamos muchos recuerdos atrás en el otro sitio”.
Aunque el responsable quiere dejar claro que han estado muy bien en el IES Nº7 -ubicado en la calle Juan Martino y al que ahora se trasladarán parte de las enseñanzas del IES San José-, porque las instalaciones “eran muy buenas”, matiza que esa eterna provisionalidad ha hecho que durante todos estos años no se hayan atrevido a desarrollar proyectos más a largo plazo como, por ejemplo, plantar árboles o poner en marcha un huerto escolar.
El instituto contará el próximo curso con alrededor de 900 alumnos, incluyendo también a los estudiantes que se forman a distancia (de Bachillerato y del programa e-learning del ciclo superior de Comercio).
En Formación Profesional (FP), en el IES se imparten ciclos de la familia de Comercio y Marketing, en los grados básico, medio y superior, y en el nivel básico específico para alumnos con necesidades educativas especiales.
A estos 900 alumnos hay que sumar los estudiantes de la Escuela Oficial de Idiomas, ligada al IES Alfonso VIII y con quien comparten y compartirán instalaciones a partir de septiembre.
EDIFICIO MODERNO
“El nuevo edificio es muy moderno. Está bastante bien acabado. Se han respetado una escalera antigua y la ubicación del antiguo salón de actos. Todo lo demás son espacios nuevos pero quien haya estudiado aquí reconocerá muchos sitios como el patio”, aclara.
En cuanto a la amplitud, el director indica que es más o menos similar a la del centro en el que han estado hasta ahora porque también compartirán instalaciones con la Escuela Oficial de Idiomas, aunque precisa que en el nuevo edificio van a poder disponer de un museo, algo que no era posible en el IES Nº7. “Y también hay un sitio muy grande para la biblioteca. Hemos ganado de alguna manera espacios”, asegura Navarro, que ha cumplido su quinto año como director de este emblemático instituto de la capital, que el año pasado celebró su 175º aniversario.
Tras la reforma, también se ha cubierto el patio interior del IES Alfonso VIII, que se ha transformado en un polideportivo, según detalla el director.
Una de las joyas de la corona del centro es el museo Juan Giménez de Aguilar, que ha tenido que estar aparcado durante todos estos años. No obstante, Navarro explica que en los últimos años decidieron organizar exposiciones permanentes en sus instalaciones de Juan Martino “para poner en valor” el material que dormía olvidado en cajas. “Lo teníamos todo embalado. Los animales disecados, los aparatos de química y física... Estábamos cansados de la provisionalidad y decidimos mostrarlo”, cuenta.
El responsable del equipo directivo destaca que el centro atesora muchos mapas antiguos y láminas de Ciencias Naturales, entre otro material. “Hay una colección de cartografía muy buena. Estos años, han sido restauradas algunas piezas por expertos. Está todo clasificado y esperamos poder ponerlo aquí de forma definitiva porque en este edificio sí hay espacios contemplados para el museo”, indica. Eso sí, reconoce que aún tardarán en reabrirlo porque el traslado les ha pillado en plena pandemia y tienen muchos frentes abiertos.
Pero si todo va bien, esperan volver a las aulas en sus nuevas instalaciones a partir del 9 de septiembre. “La situación es incierta pero el curso empezará de una forma u otra”, apunta. Para esa fecha, tendrán que tener elaborado un plan de seguridad que regule las entradas y salidas y el distanciamiento en los pasillos y patios. “Hay que asegurar una distancia entre los alumnos de un metro y medio. Por los cálculos que hemos hecho, en principio sí se va a cumplir. El edificio es nuevo para nosotros. Aún tenemos que hacernos a él”, bromea Navarro. El responsable también aprovecha para agradecer el trabajo de todo el equipo directivo para sacar todo adelante: “Sin ellos, no haría nada”.
El director del IES San José: “Salimos ganando bastante con el cambio”
La vuelta del IES Alfonso VIII a su sede original beneficiará por otro lado al IES San José, que podrá descongestionar sus instalaciones trasladando parte de sus enseñanzas al IES Nº7, que se quedará libre tras el regreso del primer instituto a su edificio tradicional.
El centro mantendrá en su actual sede ubicada en la calle Fuensanta todas las enseñanzas de Formación Profesional (FP) -ya que ahí están los talleres donde se imparten las enseñanzas prácticas de los ciclos- y la residencia, mientras que se trasladarán Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y Bachillerato al IES Nº7, en la calle Juan Martino.
Para el director del centro, Pablo Pérez, el cambio es para mejor en términos generales. “Salimos ganando bastante”, asegura, reconociendo que el IES San José se ha quedado “completamente obsoleto”. “Las instalaciones son muy antiguas. Arquitectónicamente, es un instituto muy complicado porque al edificio principal se han ido añadiendo nuevos módulos con el paso de los años”, añade, lamentando también las deficiencias en accesibilidad. Como ejemplo, apunta que el edificio central no tiene ascensor.
“El nuevo centro es mucho mejor desde todos los puntos de vista. Es más diáfano, más amplio, con mejor iluminación... Las condiciones son mucho mejores. Las instalaciones y las aulas son más grandes y hay más servicios. En general, el alumnado sale ganando”, subraya.
Además, el traslado también les permitirá descongestionar las instalaciones. “Estábamos saturadísimos. Teníamos dificultades para hacer desdobles. Habría sido imposible cumplir las medidas frente a la Covid-19 con los espacios que tenemos ahora. Con la partición, va a ser posible”, espera.
No obstante, en el lado negativo, admite que tener dos emplazamientos tan alejados entre sí va a dificultar el trabajo principalmente del equipo directivo, que estará a caballo entre las dos sedes. De todas formas, en las instalaciones actuales del IES San José se quedarán la responsable de la residencia y el jefe de estudios que coordina FP.
De cara al próximo curso y a falta del cierre de la matrícula, el director calcula que el centro tendrá en torno a los 450 alumnos en ESO y Bachillerato, más unos 170 en FP.
En la actualidad, el centro imparte un total de diez ciclos de los grados Básico, Medio y Superior de tres familias profesionales: Hostelería y Cocina, Electricidad y Electrónica, y Mantenimiento de Viviendas, incluyendo también otro de Turismo en modalidad e-learning.
En un principio, el director apunta que el centro se mantendrá así los próximos años aunque, de cara al futuro, se contempla la idea de que el IES San José se convierta en un centro integrado de FP con una gran oferta de enseñanzas.
MENOS PLAZAS EN LA RESIDENCIA
Por su parte, la residencia ofertará 35 plazas este curso frente a las 60 de años anteriores porque, debido a la Covid-19, ahora solo se permite un estudiante por habitación. “Hemos tenido que reducir practicamente a la mitad. Se han habilitado otras cinco habitaciones para que pueda haber unos pocos alumnos más”, detalla. Además, se va a poner en marcha un protocolo de medidas higiénico-sanitarias para evitar riesgos de contagio en las instalaciones.
