Cada 16 de febrero se conmemora el Día Nacional de los Institutos Históricos y en la provincia de Cuenca tan solo el IES Alfonso VIII pertenece a este selecto grupo. El centro, fundado en 1844, es un referente a nivel educativo no solo por la cantidad de personajes ilustres que han pasado por sus aulas en calidad de profesores y alumnos, sino también por el gran patrimonio histórico que conserva en su interior.
Cuentan con un archivo de valor incalculable en el que destacan la colección de modelos plásticos de papel maché del doctor Auzoux, una gran muestra de corales internacionales, así como instrumentos del laboratorio de Física y Química. Sin embargo, una de las grandes joyas de la corona es la cartoteca en la que se recogen planos desde 1885 hasta 2008, así como la biblioteca en la que el volumen más antiguo data del siglo XVII.
Un patrimonio inigualable que refleja la historia de la ciudad de Cuenca, pues el instituto desde sus inicios estuvo estrechamente ligado a la vida social y cultural de la capital conquense. Sin embargo, la mayoría de estos documentos, maquetas y libros están guardados desde años en almacenes porque, a pesar de tener espacios museísticos y una biblioteca para mostrarlos, el centro no puede hacerse cargo de la compra de expositores, estanterías y mobiliario necesario para dotar estas salas.
Por este motivo, un año más, hacen un llamamiento a las administraciones e instituciones locales, provinciales y regionales porque “son ellos quienes pueden aportar la parte económica al proyecto”. Una propuesta que tiene como objetivo crear una exposición permanente en el centro para que cualquier persona pueda visitarla.
Para intentar impulsar la propuesta, con motivo del Día Nacional de Institutos Históricos, los profesores encargados de poner en valor este patrimonio han sacado a la luz una pequeña muestra para mostrarla a parte del profesorado y alumnado. Y es que, en palabras de Nuria Moreno, profesora de Música, Jesús López, de Geografía, María Jesús de Dios, de Cultura Clásica y Julio Martín de Física y Química, “es una pena que permanezca guardado”, recalcan desde el instituto.
Además, creen que el archivo del Alfonso VIII tiene “un potencial tremendo para la investigación” por lo que esperan trabajar de la mano de la Universidad de Castilla-La Mancha y en especial con el Campus de Cuenca para que los universitarios aprovechen sus archivos para desarrollar tesis.
No obstante, el centro lanza una última petición para lograr catalogar todo el material, ya que solo está registrado alrededor de un siete por ciento del total pero, para esta labor, “necesitamos de un archivero o archivera profesional”. Y es que, los profesores solo se encargan de mantenerlo guardado en las mejores condiciones hasta que pueda ser mostrado al mundo.