La segunda semana de paro de los transportistas, convocado por la subida del combustible, está teniendo sus efectos en la cesta de la compra para los conquenses, tanto en el coste, dado que ha habido un aumento generalizado de los precios, como en la variedad, puesto que establecimientos de todo el país ya sufren escasez en determinados productos como lácteos y determinadas marcas de pasta y arroz.
“Ahora, traemos lo que podemos, no lo que queremos”, dice con resignación Esteban Saavedra, de Frutas Saavedra, uno de los dos puestos que todavía resisten en el Mercado Municipal de Cuenca. El comerciante señala que las dificultades se están registrando en los productos que se recogen al día como tomates, lechugas y calabacines, entre otros. “En frutas como manzanas o peras no está habiendo problemas porque están en cámaras y no faltan”, matiza. “Pero de coliflor no había apaño y las fresas eran caras y malas”, añade, precisando que tampoco se encontraban judías nacionales y ha habido que recurrir a las de Marruecos.
En cuanto a los precios, destaca especialmente la subida de los tomates. “Están carísimos. Falta bastante y lo poco que hay, a unos precios...”, asegura este comerciante, señalando unos que él vende a más de dos euros y “que tampoco son gran cosa; no son tipo Raff ni nada”. “Se está notando que han subido los precios en todo. Y no poco”, confirma una de las clientas.
LOS TOMATES, POR LAS NUBES
En Panadería-Frutería La Ventilla de Cuenca, su propietario, Miguel Ángel Moya de la Cruz, también destaca especialmente la subida que ha experimentado el tomate, poniendo como ejemplo que unos de ellos han pasado de 0,95 a 2,95 euros. “Hoy [jueves 24] han llegado a la lonja solo tres mayoristas de los nueve o diez que suelen venir”, cuenta.
En cuanto a otro tipo de productos, “no es que falten pero van escaseando”, y cita artículos como algunas marcas de arroz y el aceite de girasol, en este caso derivada la carencia de la invasión de Rusia a Ucrania, principal productor en todo el mundo.
“También hay gente que intenta aprovecharse. El aceite de girasol me lo vendían a mí a 3,25 euros ayer [miércoles 23]. ¿A cuánto lo tengo que poner yo? Me niego a comprarlo a ese precio. Hay gente que lo tenía almacenado y ahora quiere sacarlo muy por encima”, lamenta. “Y la bollería también ha subido y los huevos, unos diez céntimos la docena”, añade.
Desde el establecimiento Frutería Hermanos Campillo de la capital, apuntan igualmente que se ha notado el aumento de precios, destacando productos como la leche, el pan y los aceites de girasol y oliva. “La fruta también, aunque no mucho”, reconocen, explicando que están teniendo problemas para encontrar judía nacional.
¿Y cómo lo viven los clientes? “Pues aprovisionándose y quejándose”, aseguran desde el comercio. “Hay que aprovechar mientras haya porque como siga la huelga...”, le dice una de las dependientas a una mujer que pregunta por fresas.
Pero llueve sobre mojado. La huelga en el transporte se suma a los efectos de la guerra de Ucrania en el mercado energético y en los carburantes. Justamente los sindicatos CCOO y UGT se concentraron el miércoles 23 por el aumento de los precios, recordando que en la provincia de Cuenca han subido más de un 8% mientras que en 2021 la subida salarial apenas rozó el 2%.
GARANTIZAR EL TRANSPORTE
Las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado en Castilla-La Mancha han realizado desde el 14 de marzo 721 escoltas de convoyes para asegurar el transporte de suministros de primera necesidad y de bienes esenciales, se han presentado 130 denuncias, y se ha investigado a nueve personas y hay ocho detenidos, principalmente por daños ocasionados en vía pública, según la Delegación del Gobierno.
El mismo jueves 24, los agentes de la Guardia Civil y la Policía Nacional escoltaron un convoy de 80 camiones desde distintos puntos de la comunidad hasta el puerto de Cartagena (Murcia) para cargar soja y otros cereales para el pienso del ganado.
Desde que comenzó el paro, 1.886 efectivos de la Guardia Civil y la Policía Nacional han prestado servicio “de forma permanente” para garantizar la actividad de los transportistas que no han secundado la protesta, para tener abastecidas las necesidades de las personas y el alimento de los animales, y para actuar contra las “puntuales acciones violentas” producidas.