Pleno de orgullo tras el récord de plazas de Médico Interno Residente (MIR) ofertadas en el Área Integrada de Cuenca, que este año ascienden a 28, y haberlas ocupado todas en la primera ronda. Así se pronuncia el gerente José Antonio Ballesteros a Las Noticias de Cuenca después de dar la bienvenida a los nuevos sanitarios, que ya ocupan su puesto en las 15 especialidades ofrecidas.
Y es que, a nivel nacional, sólo ha habido 17 provincias (de las 50 que hay) que han logrado cubrir la totalidad de las plazas ofertadas en la primera ronda, algo que, a juicio de Ballesteros, es sinónimo de que Cuenca cada vez tiene “más atractivo a nivel de docencia que cada año va en aumento”.
En primer lugar, este año se ha contado con más plazas que nunca, ya que el Ministerio de Sanidad acreditó el año pasado la segunda de radiología, y se han cubierto ambas “con muy buena nota”. Con esto, el total de oferta ha ascendido a 28 plazas, mientras que en el año 2015, fueron 22. “Es un crecimiento en seis plazas que, mantenido en el tiempo, tiene que dar buenos frutos en el futuro, porque siempre decimos que es más difícil traer profesionales que evitar que se marchen”, destaca Ballesteros. Además, de las 10 especialidades hace 8 años, ahora hay acreditadas 15, algo “muy importante” para el gerente dado que “hay muy pocas áreas sanitarias a nivel nacional que estén con esta dinámica de crecimiento”, reseña.
Las 28 plazas ofertadas este año se distribuyen de la siguiente manera: 9 de Medicina Familiar y Comunitaria, 3 de Matrona, dos plazas en Enfermería Familiar y Comunitaria, Radiología y Medicina Interna II y una plaza en Farmacia, Análisis Clínicos, Digestivo, Ginecología, Cuidados Intensivos, Anestesia y Reanimación, Traumatología, Medicina Preventiva, Oftalmología y Medicina del Trabajo.
“El atractivo docente de Cuenca en materia sanitaria está en expansión, y tenemos MIR llegados de todo el mundo, tanto de la provincia como de la región, de España y de otros países”, recalca Ballesteros.
MEDIO RURAL
Además, no solo los MIR de Medicina Familiar van a hacer su rotación para conocer el medio rural. Desde el Área Integrada quieren que los enfermeros de Familiar y Comunitaria hagan rotaciones. También incluir en el porfolio de los residentes del ámbito hospitalario un periodo “muy cortito” en la Atención Primaria para conocer esta parte “tan trascendental” del Sistema Nacional de Salud. “Queremos que conozcan el medio rural durante su periodo formativo para que después les atraiga trabajar en él”, destaca José Antonio Ballesteros.
Y es que, los últimos centros sanitarios que se han construido en la provincia, como puede ser el de Campillo de Altobuey, tienen ya instalaciones específicas para los residentes, pensando en sus rotaciones y guardias y así encuentren una zona de descanso y aseo personal. “Esa parte está mirada de cara a futuras expansiones sobre todo de los MIR de Medicina Familiar y Enfermería”.
Entre las razones que han llevado a los estudiantes a decantarse por Cuenca a la hora de escoger plaza, el gerente del Área Integrada conquense expone varios motivos. En primer lugar, ve atractivo el reto que va a suponer cerrar un hospital y abrir otro nuevo, que se hará en fechas próximas, también, que el Virgen de la Luz sea el primer hospital de la comunidad en el Monitor de Reputación Sanitaria y el 45 de España, al mismo tiempo que la actividad asistencial cada vez crece más con nuevos proyectos que, sumados, hacen que Cuenca sea un destino “atractivísimo”.
EN PRIMERA PErSONA
María San Blas, Cristina Megía, Ana Muñoz y Darío Rodríguez son cuatro de los 28 nuevos sanitarios que han empezado estos días su residencia en el Área Integrada de Cuenca. La primera es conquense, tiene 25 años y ha estudiado Medicina en la Universidad Autónoma de Madrid. “Ha sido irme a la capital y darme cuenta de que me encanta mi ciudad”, explica la MIR, quien no dudó ni un segundo en elegir su plaza en Cuenca.
Va a estar cuatro años en el servicio de Anestesia, que asegura, “es una especialidad que se conoce muy poco en la carrera porque no se trata mucho”. Por eso, afronta “con algo de incertidumbre” su nueva etapa profesional, aunque eso sí, tiene “muchas ganas”. “Ya nos han puesto guardias de urgencias, nos han dicho que vamos a atender, y da respeto porque nunca antes había trabajado”, sostiene. Además, dentro de su ADN ya está la medicina: sus padres son urólogos en el hospital Virgen de la Luz.
Cristina Megía es de Pozorrubio de Santiago, aunque vive en Tarancón. Tiene 38 años y, primero, empezó a estudiar Medicina, pero finalmente se sacó la carrera de Enfermería, por lo que ha estado 14 años trabajando, con plaza fija, en la sanidad madrileña como enfermera. Aunque realmente, su vocación desde pequeña era ser médico, les veía como unos superhéroes, y ella tenía claro que de mayor quería ser como ellos. Por eso, a raíz de su segundo embarazo en 2017, retomó la carrera de medicina, que consiguió acabar el año pasado, y ahora ya está haciendo su MIR en Cuenca en Medicina Familiar.
“Ahora podré ser yo uno de esos superhéroes en el medio rural de Cuenca, en mi tierra”, explica Megía, ya que sostiene que, aunque hubiera sido la nota más alta de toda España y a pesar de poder elegir cualquier destino, “tengo clarísimo que hubiera sido Cuenca.
Se han ofertado, y ocupado, nueve plazas de medicina familiar, tres de matrona y dos en enfermería y radiología entre otras especialidades La experiencia de vivir el traslado de un hospital o vivir en una ciudad tranquila son algunos de los factores que han llevado a los MIR a elegir Cuenca
Ana Muñoz, de 22 años, ha estudiado la carrera de Enfermería en la facultad de Cuenca. Es de Torrevieja, en Alicante, y aunque el verano pasado estuvo trabajando en el hospital de su ciudad, “tenía claro que quería volver a Cuenca, y eso era posible gracias a la residencia del MIR”. Ahora estará dos años como enfermera de familia y comunitaria.
“Aquí vive gente muy amable que te hace sentir una más de la ciudad”, explica la alicantina, quien valora sobre todo la calidad de vida que ofrece Cuenca. “En Torrevieja, al ser un sitio tan turístico, no entablas tanta relación con la gente”, sostiene, y por eso “en ningún momento” se le pasó por la cabeza solicitar la residencia en su localidad natal. “Yo buscaba sitios donde pudiera vivir en el mundo rural, que me encanta, porque las ciudades grandes no las llevo nada bien”.
Por último, Darío Rodríguez tiene 45 años. Es de Albacete y, aunque ha trabajado muchos años como médico de familia, ha cursado la especialidad de radiología en la facultad de la capital vecina. Ahora está haciendo el MIR en Cuenca, una ciudad a la que tenía claro que quería venir sobre todo por las buenas comunicaciones que tiene con su localidad. Él tiene allí su familia, donde vive, y viajará todos los días entre ambas ciudades.
Además, le han hablado “maravillas” del servicio de radiología que hay en el Área Sanitaria de Cuenca, “caracterizado por ser muy fraternal”. Aunque ya acumule bagaje médico, ahora tiene “los pequeños nervios” de comenzar una nueva etapa profesional.