Navidad se convierte cada año en una de las mejores épocas para el sector hostelero de la ciudad, donde amigos, familiares y compañeros de trabajo se citan en torno a una mesa para compartir unos momentos y disfrutar de estas fechas tan entrañables.
Y, por supuesto, estas Navidades no están siendo una excepción, a pesar de lo convulso del presente año con la escalada de precios de la energía y de los alimentos que parecían dibujar un escenario de incertidumbre en la recta final de este 2022.
El sector hostelero conquense, de hecho, afronta la Navidad con muy buenas perspectivas. Todo parece volver a la normalidad después de los años de pandemia, asegura Diego López, secretario de la Agrupación Provincial de Hostelería y Turismo (APHT), quien indica que se ha recuperado en su totalidad la demanda de comidas y cenas de Navidad.
Los restaurantes han estado recibiendo desde mediados de noviembre las primeras reservas, que se han ido generalizando desde primeros de diciembre hasta el punto de que prácticamente todos los días hay eventos de este tipo. Eso sí, el grueso de estas comidas y cenas se ha concentrado en la semana del 12 al 18, y, especialmente, del 15 al 18. En esos cuatro días los establecimientos hosteleros han lucido completos para atender tanto comidas como cenas de Navidad, ya que, como viene siendo habitual, no han predominado prácticamente unas sobre las otras.
Este año, sin embargo, los hosteleros han tenido un poco más complicado la confección de sus menús de Navidad a un precio cerrado, debido, según López, a la constante fluctuación de los precios de los alimentos y bebidas. Algo que, a su juicio, se ha convertido en todo un riesgo para estos negocios, ya que “tienen que hacer estos menús, al menos, con un mes de antelación para su correspondiente promoción, sin saber a qué precios se tienen que enfrentar en dos o tres semanas”.
A ello se suma, el hecho de que los hosteleros no han querido repercutir en su totalidad el incremento de costes en los precios de los menús en aras de mantener su competitividad, lo que, en palabras de López, no deja de ser otro riesgo más a correr.
Aun así, el sector tiene puestas muchas expectativas en esta campaña navideña y, por ejemplo, Pedro José Valiente, propietario de Bodeguita Capuz, de la capital, no duda en hablar de previsiones muy buenas. Desde mediados de noviembre ha estado cerrando reservas, que, como en el resto de establecimientos, se concentran entre el 16 y el 18.
En su caso no opta por un menú especial, sino que se inclina por mantener su excelente carta sin subir los precios, asumiendo por lo tanto el incremento de costes.
Desde el restaurante ‘La Terraza’ del Hotel Alfonso VIII de la capital, su director, Eugenio Martínez destaca que este año se han adelantado estas celebraciones, puesto que se llevan desarrollando en su establecimiento desde finales de noviembre, aunque es en esta semana cuando más hay programadas.
Con tal motivo, han confeccionado menús navideños a partir de 40 euros, que están teniendo una aceptación muy buena; sin olvidar, según subraya Martínez, que también ofrecen el servicio a domicilio para “aquellos que quieran un menú de Navidad en su propia casa y sin tener que cocinar”.
En el restaurante La Barrica de Miguel, en el barrio de Fuente del Oro de la capital, prácticamente están llenos a lo largo de las Navidades. Su propietario, Miguel Ángel Ortega, explica que llevan desde mediados de noviembre cerrando reservas, pero que ha sido en la primera mitad de diciembre cuando ha llegado el aluvión de demandas.
Ofrece menús navideños a partir de 30 euros y la respuesta de los clientes está siendo muy buena. De hecho, están predominando las cenas de empresas, mientras que los encuentros entre amigos y familiares se están inclinando preferentemente por las comidas.
En general, por lo tanto, buenos augurios para la campaña de Navidad en la hostelería conquense, aunque los márgenes de beneficios no vayan a ser tan buenos.