La hostelería podrá volver a abrir sus puertas a partir de este viernes después de que el Consejo de Gobierno extraordinario, reunido este jueves, haya aprobado flexibilizar las restricciones en la comunidad autónoma, que ha logrado reducir a la mitad la incidencia acumulada a 14 días en las últimas dos semanas, que ha pasado de 1.269 casos por cada 100.000 habitantes a 644.
Además, el índice reproductivo –la capacidad de contagiar de cada positivo por Covid– es en Castilla-La Mancha de 0,70, frente a 1,20 antes de endurecer las restricciones el pasado 18 de enero. De hecho, es la segunda Comunidad Autónoma que más baja tras Baleares.
De esta forma, toda Castilla-La Mancha pasa de nivel 3 reforzado a nivel 3 'modulado', salvo los municipios toledanos de Fuensalida, Torrijos y Casarrubios, en el que el toque de queda se mantiene a las 22 horas.
Así, bares y restaurantes podrán el interior cumpliendo un tercio de su aforo, mientras que en las terrazas será del 50%. No se permite el consumo en barra y en ningún caso se permite estar de pie; es decir, todos los clientes deben estar sentados, manteniendo las medidas de higiene sanitarias y la distancia de seguridad. Los grupos podrán ser como máximo de seis personas.
El cierre de los establecimientos hosteleros se producirá a las 21 horas, una hora antes del toque de queda fijado.
Las nuevas medidas adoptadas son por un plazo de 10 días, cuando se procederá a su revisión.