Una persona que ha tenido un accidente laboral cayéndose de un andamio en la Serranía de Cuenca, un paciente que ha sufrido un ictus y necesita de forma urgente una hemodinámica o un conductor que ha sufrido un accidente de tráfico que está perdiendo sangre y la UVI que le está atendiendo no tiene bolsas de sangre para poder hacerle una transfusión urgente. Estas son algunas situaciones en las que los servicios de emergencias sanitarias consideran necesaria la activación de alguno de los helicópteros que el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha tiene en la región, un servicio que nació en el año 2001 pero que desde el año 2006 opera las 24 horas del día, sin interrupciones, siempre en alerta en favor del paciente.
Así lo pone de manifiesto el director de la Gerencia de Urgencias, Emergencias y Transporte Sanitario, Alberto López, quien asegura que en la actualidad este servicio cuenta con cuatro ‘gigantes’ en el conjunto de la región, como se denomina en el argot a esta aeronave, todo ello en una alegoría al quijote. De ellos, dos vuelan únicamente de día, mientras que otro par de helicópteros lo hace las 24 horas del día.
De estos, uno se encuentra en Ciudad Real mientras que el segundo está en Cuenca, y permite realizar vuelos nocturnos en una operativa que no cesa para que los incidentes primarios que se produzcan puedan ser cubiertos, siendo Castilla-La Mancha la única comunidad autónoma de la península en contar con este servicio.
Estas cuatro aeronaves dan servicio a las 236 helisuperficies de la región, y que dan una operativa “fundamental” en una región tan dispersa como la castellano manchega. Este engranaje perfecto ha permitido que en los últimos dos años se hayan realizado a nivel regional 6.600 intervenciones, de las que un 30% (en torno a 2.000) han sido con el helicóptero de Cuenca. En Castilla-La Mancha, desde la puesta en marcha del servicio, ya se han efectuado más de 36.200 intervenciones.
Pero aunque las máquinas juegan un papel “fundamental”, tal y como considera López, lo más importante es el personal que sostiene el servicio y da cobertura al paciente. En el caso de Cuenca, el SESCAM dispone de 5 pilotos, 5 copilotos, 3 mecánicos, 6 médicos y 6 enfermeros, todos trabajando las 24 horas y sin ninguna interrupción de la actividad, “algo difícil de ver en otros servicios sanitarios del país”.
“Castilla-La Mancha va muchos años a la vanguardia en cuanto a transporte sanitario aéreo, y de hecho en los últimos años nos están visitando muchos servicios regionales porque están interesados en este modelo único de la península y se quiere exportar”, se muestra orgulloso el director de la gerencia.
En el helipuerto de Cuenca trabajan 25 profesionales en diferentes turnos disponibles las 24 horas del día
FUNCIONAMIENTO
Pero, ¿cómo funciona este servicio y qué casos atiende? Manuel de la Cruz es uno de los pilotos. Explica que la jornada arranca cada día con lo que se conoce como prevuelo, y tanto él como su copiloto y el mecánico de turno revisan de arriba abajo la aeronave para garantizar la máxima seguridad y la efectividad del operativo. Además, todas las personas que estén en turno conviven durante su jornada en un apartamento ubicado en el interior de la helisuperficie para estar listos en caso de activación.
Cuando suena la sirena, comandante, copiloto y mecánico ponen en marcha el helicóptero, mientras que el médico y el enfermero hacen acopio del material que van a necesitar para atender el paciente según la información que les han trasladado desde el centro de emergencias.
Como expone Maribel Sánchez, una de las médicos que trabajan en la helisuperficie de Cuenca, más del 60% de las intervenciones que llevan a cabo son patología médica, que pueden ser primaria o secundaria. Del primer grupo se encuentran casos como patologías cardiovasculares (ictus, hemorragias cerebrales, dolores torácicos, infartos...), arritmias, síncopes y ya en época de primavera y verano, accidentes de tráfico de motoristas así como accidentes laborales sobre todo en el sector del campo.
En cuanto a traslados secundarios, estos se dan cuando un paciente tiene que salir de los hospitales de Cuenca o Guadalajara (zona que atiende el helicóptero conquense) porque necesita unos medios diagnósticos o una intervención que no hay en ese lugar, siempre mirando el centro sanitario que sea más útil para garantizar la supervivencia del paciente.
BANCO DE SANGRE
El trabajo de estos héroes bajo hélices no solo se limita al traslado de pacientes o acudir al lugar de los siniestros, sino que también desarrollan una labor vital para garantizar la supervivencia de pacientes que han sufrido diferentes hemorragias y necesitan sangre de forma urgente.
Así, la gerencia tiene un programa de trasfusión extrahospitalaria urgente que en Cuenca se presta desde el año 2022. El helipuerto dispone de una nevera especial donde hay un banco de sangre, y cuando por ejemplo hay un accidente de tráfico y la UVI no lleva ese sangrifigrinógeno, está la posibilidad de que el helicóptero, en cuestión de minutos, la transporte al lugar de los hechos.
Este es otro de los servicios por los que la región es punta de lanza en materia sanitaria, y que ha permitido al SESCAM dar un salto de gigante en la atención a pacientes traumáticos que necesitan transfusión sanguínea de forma urgente fuera del hospital.
“Hay pacientes que si no fuera por esta sangre, no tendría la oportunidad de llegar a un hospital, y con este servicio que entró en vigor en 2016 en Ciudad Real damos la oportunidad de que pueda llegar a un hospital útil para ser tratado”, sostiene la médico.
Todo un engranaje perfecto que, sumado al despliegue de UVIS móviles, permite al SESCAM presumir de unos tiempos de atención al paciente que están en la media a pesar de la dispersión geográfica: en medio urbano se sitúa por debajo de los ocho minutos, mientras que en el medio rural se sitúa en 15 minutos.
Referencia nacional en el transporte nocturno de emergencias
El Gobierno de Castilla-La Mancha puso en funcionamiento en el año 2016 en Cuenca uno de los dos helicópteros que permiten atender urgencias sanitarias de noche. Aunque sea un “pelín” más limitado que el servicio que se ofrece de día, a nivel europeo “es de los más punteros y desarrollados”.
Solo se vuela desde el helipuerto a otras helisuperficies habilitadas para el vuelo nocturno, y para ello se ha establecido un mapa con zonas reconocidas en las que no hay tendido eléctrico ni otros elementos que pudieran afectar al vuelo del helicóptero. Una ruta que, aunque esté estrictamente marcada, cuenta siempre con el apoyo del meteorólogo que está siempre presente en el centro de coordinación porque ayuda y apoya la operación en temas como las condiciones climáticas que se va a encontrar o la visibilidad.
Pero además, el comandante tiene a su disposición unas gafas con visión nocturna que permite ver al piloto nubes o elementos en el aire que, a simple vista, sería muy complicado de detectar.
Los comandantes disponen de unas gafas de visión nocturna para poder realizar los vuelos
“Todo tiene que estar perfectamente coordinado porque hay patologías que requieren un tiempo máximo para actuar a tiempo, algo fundamental para la supervivencia del paciente”, expone Maribel. Por eso, ella está al teléfono en todo momento con los sanitarios que están atendiendo al paciente que cuya vida está en peligro, y mientras se moviliza el helicóptero, ya se está gestionando el traslado hasta una de las helisuperficies aptas para el vuelo nocturno.
La gran parte de ellas cuentan con sistemas muy avanzados en cuanto a seguridad, radares e iluminación, todo ello controlado de forma remota y que se pueden activar o desactivar a kilómetros de distancia para que toda la operativa del vuelo nocturno sea igual de rápida que cuando se hace de día.
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