La fiesta de Halloween se ha convertido en una cita obligada en colegios, asociaciones, instituciones e incluso empresas que inundan con disfraces y decoración para celebrar la noche del terror. Los más pequeños vuelven a ser los protagonistas y, mediante el divertido Truco o Trato, recorren la ciudad mostrando sus trabajados atuendos.
Lejos quedó el reparo a los disfraces atrevidos, los adultos también imponen la ley del terror y de esta manera se pueden encontrar vampiros, diablos o esqueletos que se codean con el resto de los viandantes por las calles más transitadas de Cuenca.
Más de dos semanas de actividades infantiles para convertir las aulas en terroríficos escenarios donde las calabazas, murciélagos y arañas recorren las paredes del centro.
Para festejar este día, los más pequeños se han transformado en horripilantes monstruos, elegantes vampiros y esqueletos andantes, una de las fiestas más celebradas por las clases de infantil del CEIP El Carmen.
Por un día, también se han puesto en la piel de un auténtico mago, convirtiendo botellas de agua en pócimas secretas o elaborando una merienda pavorosa de ojos y arañas mediante dulces y galletas. No han faltado las historias de terror ni las chucherías, con el conocido trick or treat, truco o trato.
La Comunidad de los Amish ha llegado al Cadig El Crisol para celebrar la festividad de Halloween. Un pasaje terrorífico que cada año mejora su atrezzo y puesta en escena con espacios escalofriantes donde el miedo se enfrenta a la valentía de los visitantes más atrevidos.
Para la realización de esta actividad, los trabajadores del centro y usuarios del mismo llevan en torno a un mes y medio recolectando elementos y creando escenas, con el objetivo de amenizar los cerca de quince minutos que dura el recorrido.
Con dos días de actuaciones, grupos de distintas asociaciones de discapacitados, diversos colectivos y particulares han acudido a conocer este trabajado pasaje del terror.
