Doña Beatriz de Villarreal es una dama conquense del siglo XVI que vive cerca de la Plaza de San Nicolás. Es hija de Pedro de Villarreal y Teresa Bustos de Villegas, prima, por cierto, del Corregidor de la ciudad. Su vecina Eustaquia le tiene celos y prepara una poción con la que la manda al futuro. En concreto, al año 2017 y a una ciudad llena de turistas.
Y ahí, en medio de hombres, mujeres y niños que llevan ‘ropajes’ muy raros, no como los que se hacen en la calle de los Tintes, la pobre dama tiene que buscar la fórmula de volver a su época. De paso, aprovecha para contar leyendas y anécdotas de todos y cada uno de los rincones de la parte antigua.
Dori Arribas es la actriz que da vida a Beatriz gracias a las visitas guiadas teatralizadas que ofrece Cuenca Viajes. Se realizan los sábados a las 18:30 horas y tienen una duración de dos horas y media. Por un lado, un guía explica los principales atractivos turísticos, y por otro, Dori, o doña Beatriz, va apareciendo por diferentes lugares aportando diversión, sorprendiendo, y a veces dando algún que otro sustillo al grupo. “El que sea un recorrido teatralizado aporta frescura, algo más que escuchar datos y más datos. La gente vive las historias desde dentro, es como un viaje en el tiempo”, explica Dori.
Lo que más le gusta de su papel es poder interactuar con la gente y con el guía “con el que no paro de discutir porque dice que soy una loca y no se cree que venga del pasado”.
Caracterizada y utilizando algunas expresiones del castellano antiguo, la actriz consigue que el público se sumerja a cada paso en historias locales que han pasado de generación en generación como la del Cristo del Pasadizo. “A todo el mundo le gusta y se le hace muy corto. La interpretación facilita que se preste más atención y el tiempo se pasa volando”.
Le atrae de este personaje “que tiene las cosas muy claras”. Dori Arribas se siente muy cómoda en el papel y admite que ha sido fácil adaptarse. No en vano, lleva en el mundo de la interpretación desde los 15 años. Ya en el instituto se subía al escenario con obras de Shakespeare. Ha trabajado también en la compañía Engatos y en Trastos Teatro.
Esta joven, de origen vasco pero afincada en Cuenca desde 1992, se considera trabajadora y autodidacta. Es de las pocas personas en la ciudad que domina el japonés, incluso se atrevió a grabar un videoclip musical en este idioma. Tiene su propia página web de artista, canta, y como ella misma dice “nunca paro”. Aunque no quiere abandonar el teatro, y tiene algún proyecto en mente, le gustaría enfocar su futuro hacia el turismo. Por eso se está preparando el examen para obtener en Valencia el carnet de guía oficial. “Me gustaría compaginar ambas cosas, enseñar Cuenca y su provincia, y actuar”, admite.
Cree que desde el punto de vista turístico hay muchas posibilidades que se pueden explotar, como hacer visitas guiadas dentro de los edificios. “Se necesita más creatividad e innovación, dar un giro de tuerca”, apunta. Su sueño, dice, sería interpretar a algún personaje de terror y hacer doblaje. Ideas y ganas no le faltan. Y mientras llega, doña Beatriz sigue paseando por las calles haciendo pasar un buen rato a todos los visitantes.
