En el magnífico paraje de la Playa Artificial de Cuenca, bañada por el Júcar, se celebró el acto de entrega del XIX Trofeo al Mejor Toro de la Feria Taurina de San Julián 2022, que según el jurado calificador correspondió al toro “Lumbrero”, de 518 kilos, de la ganadería Rehuelga, lidiado por el diestro Emilio de Justo en segundo lugar. Tras la lectura del acta, a cargo del secretario del Colegio, Emilio Camilo Gómez, se hizo la entrega del trofeo, un toro de forja, realizado por el artista José Luis Martínez, por parte del presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de Cuenca, Luis Colmenar Astudillo, quien lo entregó al ganadero Rafael Buendía.
El presidente del Colegio de Veterinarios puso de relieve las exigencias del galardón que patrocina el propio Colegio, en el sentido de premiar al Mejor Toro, teniendo en cuenta tanto su presentación como especialmente su trapío, comportamiento durante los tercios de la lidia, encaste y bravura y cómo no la nobleza en la embestida, para terminar agradeciendo el trabajo que se hace en Cuenca y en toda la provincia. En la misma línea se pronunció José Ramón Caballero de la Calle, presidente del Consejo de Veterinarios de Castilla-La Mancha.
El ganadero Rafael Buendía agradeció el fallo del jurado y señaló que tanto los ganaderos como los veterinarios “tenemos que remar en la misma línea”, destacando su alegría de volver a lidiar en Cuenca el 30 de agosto tras el triunfo del año pasado. “Mantenemos --recordó el hijo decimotercero de Buendía--, el encaste Santa Coloma-Buendía Peña”. Hay que recordar que en la Feria de 2022 a dos toros de Rehuelga se les dio la vuelta al ruedo: al premiado “Lumbrero” y al sexto “Callejón”, lidiado por Pablo Aguado, para el que se pidió el indulto.
El alcalde Darío Dolz, habló de la importancia de la Tauromaquia en Cuenca, destacando la labor de Maximino Pérez en los veinticinco años que va a cumplir como empresario y la respuesta de la afición, siendo la tercera plaza española de segunda en abonos.
En el acto, junto al alcalde y concejales, asistieron representantes de la Diputación y de la Junta de Comunidades, el empresario Maximino Pérez; exmatadores de toros, presidente de la plaza y otras representaciones de la sociedad conquense.
LA FAENA A “LUMBRERO”
De la crónica firmada por Chicuelito para Las Noticias de Cuenca Digital recogemos estas notas de la faena a “Lumbrero” del 22 de agosto de 2022: “Con la plaza casi llena, el público hizo saludar a Emilio de Justo por su reaparición tras su gravísima cogida en Madrid el abrileño domingo de Ramos… Su faena a “Lumbrero” queda para el recuerdo. El toro de Rehuelga fue una lumbrera, con nota para el Premio al Mejor Toro, recibido con aplausos; Emilio ejecutó cinco verónicas y la media, llevándolo al caballo por delantales; Bernal le suministró ¡dos varas! entre aplausos, y a partir de aquí llegaron los mejores momentos: Pablo Aguado se lució en un quite por delantales y la media en el centro del platillo y llegó la réplica de Emilio de Justo con un primoroso quite por chicuelinas a manos bajas, que encendieron al público…
Con pases genuflexos inició De Justo su labor muleteril, que fue “in crescendo” ante la nobleza y movilidad de “Lumbrero” que supo aprovechar el torero cacereño para crear y recrear una faena de ensueño, con redondos hondos y largos pases de pecho y naturales humillando al de santacoloma, de casi seis años. Así una y otra, se fueron repitiendo las series ligadas con temple, mando y torería, entre los compases de “Concha flamenca” y los sonidos de “la trompeta lejana”… y cercana que se mezclaba con los olés y las ovaciones.
Toreo puro de un diestro corajudo y templado, que tras esa grave cogida, ha vuelto con el tomo del Arte de Cúchares corregido y aumentado en valor y serenidad, templanza y confianza. Esta faena de Cuenca debe pasar a su particular historia y a la de la feria sanjulianera. El colofón a su sensacional actuación fue con la estocada que puso al veterano “Lumbrero” a pies de las mulillas para que le diesen la vuelta al ruedo –pañuelo azul presidencial– y recoger las dos orejas que paseó por el redondel”, escribía Chicuelito.
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