La ganadería también puede ser una forma de vida en pleno siglo XXI. Bien lo sabe Javier Palomares que, a sus 28 años, ha hecho de esta profesión su forma de vida. Así lo ha expuesto durante el VI Congreso Culinaria, donde ha defendido sus raíces, puesto que él es la tercera generación de ganaderos.
Palomares, que tiene más de 1.800 cabezas de ganado ovino en Alcázar de San Juan, ha intentado inculcar a los más jóvenes que están asistiendo como público al congreso su pasión por el sector agroalimentario. Y es que, Culinaria no sería posible sin el trabajo de estos profesionales que llevan los productos hasta los mejores fogones de la región.
“La ganadería es fundamental”, ha destacado Palomares, quien ha puesto en valor su trabajo de abono de los campos, a nivel cárnico, la lactancia de los animales para mejorar su genética e incluso el lácteo con los diferentes tipos de quesos. Todo ello en un trabajo que, aunque apasionante, requiere de los 365 días del año. “Pero cuando algo te gusta, realmente no lo consideras un trabajo”, caso que es el suyo, ha subrayado.
Sobre la clave para que sus productos ganaderos gocen del mayor de los reconocimientos una vez están en la mesa del comensal, Javier Palomares ha asegurado que ese es la calidad, que se consigue con mucho trabajo detrás y dedicación. Porque el animal no solo tiene que gozar de los mejores cuidados o la mejor alimentación, sino que también hay que tener unas buenas instalaciones, un control total de la salud y el bienestar de las parideras.
Una profesión la de ganadero que, si bien cada vez tiene menos relevo generacional, es una imprescindible para que cocineros y congresos como Culinaria puedan exponer a todo el mundo las bondades del campo castellanomanchego. Por eso, en la VI edición se ha querido dar voz y visibilidad a los jóvenes talentos del sector a través de una mesa redonda donde Palomares ha compartido con los estudiantes y asistentes su pasión.
En esta tarea de visibilizar al futuro de la gastronomía de Castilla-La Mancha también han estado presentes Rocío Arroyo, profesora de Pastelería en Escuela Efa La Serna; Jesús Quirós, de la pastelería La Rosa de Alcázar de San Juan; Pablo Linares, repostero en OBA- y Miguel Rodríguez Cortina, jefe de Sumillería Restaurante Iván Cerdeño.