Una alternativa, una oreja, un aviso por torero y fallos a espadas que cerraron la puerta grande del toricantano y trofeos de sus compañeros de terna. Más de 4.000 espectadores y por tanto igual número de opiniones. Para unos, los toros de Cebada estuvieron por encima de los toreros, para otros fueron los lidiadores los que se encontraron con unos toros poco propicios para el lucimiento, pues la bella y buena estampa quedó en eso, por el juego deslucido en algunos casos de las reses y por el fallo en la suerte suprema que hubiera igualado el fiel de la balanza orejil y como hemos dicho al comienzo, la probable puerta grande para el nuevo matador.
No fue tarde de oros (ningún torero de la terna lo llevaba en el vestido), sino de espadas de poco filo y de bastos en avisos. Ni de copas para el descanso que no lo hubo, ni siquiera para volver a marcar el ruedo.
Aitor Darío “El Gallo” recibió en todo momento el cariño de un público que le arropó en todo momento, ante la exigente ganadería de Cebada Gago. Para mayor suspense, el toro de la alternativa, nacido en 2016, con 526 kilos de peso, atendía por el nombre de “Asustado”. ¡Ozú! con el ganadero, presente en el festejo. No parecía asustado, sino envalentonado “El Gallo” en su terno de blanco satén y plata, recibiendo a su primer toro por verónicas y la media. Lidió bien Ismael Pastor y hasta “El Gallo” llevó al burel al piquero con chicuelinas al paso y la revolera.
Tras los tercios de varas y de garapullos, se celebró la ceremonia de alternativa. Palabras del padrino Joselito Adame (“suerte, manito”, le diría), entregándole los trastos de matar y recibiendo el capote del neófito, ante la presencia de Pepe Moral. Más moral que el Alcoyano tenía el nuevo maestro, casi inédito en lo que va de temporada.
Brindó “El Gallo” su primer toro al abuelo Pedro “El Gallo”, torero de capeas y lunas, en otras calendas con “Dorito”, “El Curi” y “Caracolo”. Ese brindis encerraba muchos sacrificios pasados y esperanza de futuro. Aitor se fue centrando ante “Asustado” en series cortas y el pase de pecho, pausado, con valor y torería. No era toro fácil, sino complicado. Salió el toricantano airoso de su primer trance como matador, e incluso “galleando” en los desplantes. Faena meritoria amén de voluntariosa por la ilusión en la tarde soñada. La estocada fue certera y ello le valió la oreja, pedida en clamor popular. En la vuelta al ruedo de flores y oreja, el joven torero respiraba hondo.
Hasta el sexto de la tarde tuvo que esperar “El Gallo” su segundo turno, con alguna intervención capoteril en su función en la lidia. El sexto, de bella estampa, atendía por “Liante” y el torero de Cuenca la pudo liar, tras el saludo por verónicas al compás y la revolera muy aplaudida. Pero quien la “lió” fue el picador de turno rectificando los puyazos que casi dejan a “Liante” para el arrastre, e incluso con otra vara tras pedirse el cambio. Ante la bronca, el piquero se quitó el castoreño “saludando” al público. Le llamaron de todo, claro.
Parecía que “Liante” iba a dar el juego apetecido por “El Gallo”, quien tras brindar al público volvió a sacar una faena con series cortas que llegaban al público, al son de “Amparito Roca”. Se encontraba a gusto en las primeras tandas, pero el de Cebada Gago fue perdiendo fuerza y gas, y con ello ganas de embestir. Había que abreviar y pese a su ilusión y entusiasmo en ejecutar la suerte suprema los cuatro pinchazos le sellaron la puerta grande. Otra vez será y ojalá sea en Belmonte donde parece que actuará. Mucha suerte, Aitor.
Joselito Adame está curtido en mil batallas con once años de alternativa. Tuvo en “Musiquito” el mejor toro de la tarde, con el que no se le vio con el capote. Destacó en banderillas Fernando Sánchez, y con la muleta el torero mejicano trenzó una faena bastante compacta, con series sobre la derecha con mucho son y armonía, pese al ligero viento. Supo llegar al público con su toreo corajudo rematado con largos pases de pecho, con enjundia, sobre ambas manos, pero a la hora de la verdad falló a espadas y el personal guardó los pañuelos.
En el cuarto, el del bocadillo, Joselito se lució por verónicas ante “Olímpico”, como se lucieron el piquero y dos banderilleros, arrancando ovaciones. Brindó el torero hidrocálido de Aguascalientes al público, llevando al de Cebada a los medios, pero no había ligazón ni entendimiento, dejando ver el torero dificultades del burel, lo que propició protestas. La estocada fue hasta las cintas y ello propició las ovaciones del 2, con nutrida presencia mejicana con bandera incluida. Palmas que se repitieron con el descabello a la primera, aunque el público guardó respetuoso silencio.
Pepe Moral tuvo una tarde de altibajos. Le notamos a la defensiva y poco confiado, pese a que su altura y largura de brazos suponen un plus para lidiar a cada oponente. El sevillano lidió primero a “Barbero”, que no era “el barbero de Sevilla”, sino un toro que iba bien por ambos pitones. Nada con la capa, su labor muleteril se fue ciñendo sobre la mano izquierda con la que sacó pases estimables y ayudados; luchando contra el viento y el burel hizo una faena efectista y poco más, que estropeó con los aceros.
En el quinto, Pepe Moral se lució por verónicas y chicuelinas ante “Cencerrito”, que parecía tener buen son, pero fue un amago porque planteó idénticas dificultades en la embestida, pese a los intentos del sevillano de torearlo de largo para poder hacer un toreo más armonioso. Sin confianzas, Moral sacó pases sueltos sin transmisión en una faena sosa solo animada por un pasodoble. Era la tarde de las espadas fallonas y ello hizo que entre algunos pitos el personal hiciera mutis por el foro o los tendidos.
Al final, la corrida quedó con la “cebada” al rabo. Una oreja… y gracias, aunque si los estoques no hubiesen fallado, estaríamos hablando de orejas, pero con las mismas faenas. ¡Cosas de los toros!
FICHA
Primera corrida de la Feria de San Julián. Sábado, 18 agosto de 2018. Media entrada en tarde agradable, con ligero viento. Presidió Emiliano García, asesorado por Miguel Tinajero y el veterinario Luis Colmenar.
Aitor Darío Pastor “El Gallo” (blanco y plata), que tomaba la alternativa, estocada: Una oreja. Cuatra pinchazos (aviso): Silencio.
Joselito Adame (catafalco y plata), tres pinchazos, estocada y cinco descabellos (aviso): Silencio. Estocada y descabello: Silencio.
Pepe Moral (azul Prusia y azabache), media sin soltar, pinchazo y estocada: Silencio. Estocada y tres descabellos (aviso): Silencio.
Ganado: Se lidiaron seis toros de Herederos de José Cebada Gago, de Cádiz, desiguales de presentación, astifinos, que pelearon con los piqueros y con el burladero del “7”, exigentes para sus lidiadores por las complicaciones que crearon. Destacó el segundo. Peso: 526 kilos, 522, 497, 504, 512 y 464.
Incidencias: Los tres espadas hicieron el paseíllo montera en mano por ser su primera actuación en Cuenca como matadores de toros. Se guardó un minuto de silencio por el reciente fallecimiento de Félix Leal, que fue empleado de la plaza durante 47 años. “El Gallo”, que llevaba en su cuadrilla a Ismael Pastor, de Villar de Olalla, y a Valentín Ruiz, de Tarancón, recibió una ovación del público tras el paseíllo y fue despedido con una gran ovación.