Cuenca encara ya la recta final de las Fiestas de San Julián 2021, que comenzaron el 12 de agosto y se prolongarán hasta el 30. Después de un año y medio de dificultades económicas debido a la pandemia, los sectores del turismo y la hostelería de la capital miraban esperanzados hacia la Feria con el fin de aliviar algo sus cuentas. Hasta el momento, las expectativas halagüeñas se están cumpliendo, dentro de las circunstancias, dado que estos días festivos, que van a durar más de lo habitual, están generando un “movimiento importante tanto en alojamiento como en restauración”.
Así lo señala Diego López, técnico de hostelería de CEOE Cepyme Cuenca, que celebra en primer lugar que se hayan podido celebrar fiestas, aunque adaptadas a la situación y extremando la seguridad para prevenir contagios, porque “ayudan bastante” a estos dos sectores.
En el caso de la hostelería, el técnico destaca sobre todo que, al haber ampliado el Ayuntamiento de la capital la duración de las fiestas, no se han producido aglomeraciones en el recinto y tanto en este como en los establecimientos de la ciudad está habiendo todos los días una afluencia de público “regular”, no registrándose drásticas bajadas aunque tampoco está habiendo grandes picos.
A su juicio, la ampliación de las fiestas es muy positiva porque ha logrado responder al que era el gran “reto” de estas fiestas: organizar una feria en la que pudiera participar mucha gente, dentro de las circunstancias, “pero de una forma segura”.
Los establecimientos hosteleros más beneficiados son sobre todo los que rodean al Recinto Ferial, centro neurálgico de las fiestas. “El Casco suele bajar normalmente en estos días porque la actividad se concentra en otra zona aunque este año también está teniendo una buena afluencia y no ha pegado un bajón como otras ferias”, apunta el responsable.
En cuanto a los días con más afluencia de público, López destaca especialmente los de la Feria Taurina, que este año se ha celebrado del 21 al 23 de agosto. “Cuando hay corridas, la restauración está a tope. La gente queda a comer y después se va a los toros”, cuenta, señalando que estos eventos benefician a los establecimientos hosteleros de toda la capital porque viene “mucha gente de la provincia y eso se nota”.
En cuanto al alojamiento, los dos conciertos que el artista José Luis Perales daba este pasado fin de semana en la ciudad propiciaron una ocupación “casi de pleno” en el sector turístico de la ciudad dado que también vino “mucha gente de fuera”.
Eventos deportivos incluidos dentro del programa de fiestas como el Triatlón Hoces de Cuenca que se celebraba el pasado sábado o el Concurso Hípico, que comenzó este jueves y se prolongará hasta el domingo 29, también aumentan las reservas en los alojamientos de la ciudad.
En cuanto al Espacio Gastro San Julián -una de las novedades de estas fiestas y en el que se puede disfrutar de la la oferta hostelera de ocho establecimientos locales, además de un escenario que acoge actuaciones todas las noches-, el técnico de hostelería de la patronal conquense considera que “es una muy buena idea. “Este año era una prueba, un embrión de lo que puede ser”, indica, puntualizando no obstante que en esta edición no está siendo rentable económicamente para los negocios ubicados allí porque los aforos están limitados y montar “un restaurante desde cero tiene unos costes muy importantes” para los participantes.
“Esto hace que no puedas hacer grandes números”, asegura. De todas formas, sí reconoce que esta iniciativa es rentable “ a nivel de promoción y de imagen” de los negocios ubicados en el Espacio Gastro-San Julián. En cuanto a la afluencia de público, habla igualmente de que se mantiene en general todos los días y tampoco se están produciendo grandes aglomeraciones. “No hay grandes picos entre un martes y un sábado”, ejemplifica.
“Esperemos que en los próximos años, con todo lo aprendido y si la situación sanitaria mejora, pueda ir mejor. Ahora, con este aforo, es muy difícil”, afirma el técnico.
De cara al fin de semana, mantienen las “buenas expectativas” y esperan rematar las fiestas de la mejor manera posible para estos sectores, que desde finales de julio y durante agosto han remontado un primer semestre que no fue nada bueno turísticamente hablando para la ciudad por los cierres perimetrales y las restricciones. “Lo que tuvimos fue consumo local. Agradecemos a la gente de aquí, que en los malos momentos ha seguido confiando en nosotros”, recalca.
José Manuel Abascal, presidente de la Agrupación Provincial de Hostelería y Turismo de Cuenca y propietario del hotel Torremangana, también coincide en que el fin de semana de los conciertos de Perales ha sido el mejor en cuanto a ocupación, reforzada también por otros eventos como las corridas de toros y la prueba de triatlón. Por ello, pide a la administración que no deje de organizar actividades.
“La gente está reservando y hemos tenido lleno prácticamente todos los días para comer, con la limitación de aforo”, cuenta por su parte Manolo Moya, propietario de La Venta, restaurante céntrico de la ciudad.
Desde el Casco Antiguo, Pablo Cortina, de la Posada San José, apunta que, normalmente, les suele influir poco la feria pero que este año han tenido reservas de alojamiento de personas de fuera que han venido a los conciertos de Vetusta Morla y Perales y también están notando que la gente sale más a comer y cenar estos días. “Aunque se mueve menos dinero”, matiza.
Con todo, parece que las fiestas han dado un nuevo balón de oxígeno al turismo y la restauración.
Tras un año de parón, había ganas de fiestas y el público está respondiendo, dentro de la situación, a una Feria histórica por las circunstancias y que ha ampliado su número de días con el fin de evitar aglomeraciones. Cada día están pasando de media por el apartado reservado a las atracciones en el Recinto Ferial de Cuenca entre 8.500 y 9.500 personas, explica el edil Mario Fernández, que ha afrontado su primer San Julián al frente de la Concejalía de Festejos. “Queda la recta final. Insistimos en la responsabilidad”, hace hincapié.
El concejal destaca el buen desarrollo de unas “fiestas moderadas” y el comportamiento general de la ciudadanía. En algunos momentos, se ha llegado a completar el aforo de 1.900 personas del Recinto Ferial y ha habido que esperar para entrar aunque el edil asegura que “las colas fluyen bastante bien”.
El fin de semana y el lunes, coincidiendo con los conciertos de José Luis Perales y la Feria Taurina, han sido los días con mayor afluencia de público. En relación con los botellones, el edil asegura que no están relacionados con la Feria y que seguirán trabajando para erradicarlos.