Francisco Pastor, Antonio Carretero y Sergio Tirado son tres alumnos de la Escuela Politécnica de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) en el campus de Cuenca que han conseguido crear el prototipo de un coche motorizado que ayudará a niños y niñas con discapacidad en edades tempranas (9-10 meses).
Se trata de un convenio de colaboración firmado por el Gobierno regional y la UCLM, a través de la Escuela Politécnica, para el desarrollo del proyecto de investigación ‘Tecnología para la infancia: Atención Temprana sobre ruedas’. Los alumnos cuentan que es un trabajo reciente que comenzó hace pocos meses y esperan terminar el próximo año.
Todo comenzó porque Raquel Cervigón Abad, su coordinadora, les comentó que buscasen personas interesadas en participar y al no encontrar a nadie ellos mismos se interesaron por la idea y, finalmente, aceptaron “porque nos apuntamos a todo”, señala Sergio Tirado, uno de los componentes.
Este fue el inicio de un proyecto en equipo que, aunque está por terminar, ha llevado a estos tres jóvenes a construir, en su tiempo libre y de manera altruista, un vehículo que ayudará a muchos niños y niñas con discapacidad.
El proyecto es un convenio de colaboración entre el Gobierno regional y la UCLM, a través de la Escuela PolitécnicaCervigón explica que la idea de este proyecto es la movilidad sobre ruedas de niños con discapacidad con la adaptación de estos coches a niños que “todavía no tienen acceso a sillas de ruedas eléctricas para que puedan integrarse, jugar, participar en la vida social con otros niños y también ir iniciándose en el movimiento”.
La coordinadora se muestra satisfecha por el trabajo realizado y que comenzó como un proyecto “bonito”, a pesar de que “no está finalizado ni muchísimo menos”.
El nombre escogido para este vehículo es ‘Fastbaby’ y, como explica uno de los componentes del grupo de trabajo, Fernando pastor, fue bautizado de esta manera porque es la propuesta que “más les gustó”.
Aunque existe un proyecto similar en Estados Unidos llamado ‘Go baby Go’, simplemente estos vehículos solo son para moverse y por eso decidieron “mejorarlo”.
La denominación final surge de juntar dos palabras inglesas, Fast -rápido en castellano- y baby -bebé-.
El coche de pequeñas dimensiones se puede trasportar fácilmente gracias a su peso ligero y es recargable a través de un cable que se conecta a la corriente eléctrica. La batería tiene una duración aproximada de una hora en uso continuo.
En lo que se refiere al proceso de construcción, partieron de un vehículo base que ya había del que aprovecharon el molde. Luego vaciaron todo y se quedaron con la batería, los motores y las ruedas, tal y como recuerda Antonio Carretero.
De cara a un futuro, a estos jóvenes les gustaría realizar modelos que se puedan adaptar cambiando diversas piezas, por ejemplo, el mando con el que se controla este vehículo se podría implantar en la mano dominante del menor, sea cual sea el lado.
Francisco Pastor comenta que, en un tiempo, el objetivo que tienen sería desarrollar sus propios vehículos “sin necesidad de tener que comprar algo y adaptarlo, sino fabricarlo a medida y además crear distintos modelos”.
La idea también consideran que podría ayudar a personas que vivan en entornos rurales de la provincia de Cuenca y que tienen estos problemas.
En este sentido, resalta que tendrían que realizar coches “con otros diseños, otras características que tengan más potencia para estos entornos o si los sacas a la calle”.
Asimismo, una vez implementados los cambios con la retroalimentación que han recibido “empezar a hacer otros para que lo vayan probando más niños y tener un rango bastante más grande de feedback para poder decir vamos a desarrollar ya uno para cualquier niño y que le vaya a servir igual, que sea personalizable y modular de forma que cualquiera lo pueda probar sin ningún problema”, explica.
A través de una aplicación móvil que, por el momento, está disponible para Android y conectado por tecnología bluetooth, los padres o tutores legales pueden hacerse con el control del coche en caso de que fuese necesario.
La velocidad que alcanza no llega a superar a una persona andando de manera normal. En cuanto a la movilidad que tiene, tan solo puede moverse hacia adelante y girar a los lados.
El vehículo se mejorará en las distintas pruebas que realicen y según las necesidades
Pastor explica que las personas con este tipo de discapacidad a una edad más avanzada tienen silla de ruedas, pero al principio no. De esta manera con el coche se pueden ir “familiarizando” con el control de una silla cuando sean más mayores ya que si no a los 12 años el aprendizaje considera que “es muy tarde” y hasta esa edad “han tenido un montón de dificultades de aprendizaje y de socialización”.
El coche vendría también a dar respuesta a la solución de movilidad en trayectos cortos como ir a la compra o desplazarse de una clase a otra. El prototipo se ha probado con dos menores Martín y Jimena, de 3 y 2 años, con dificultades severas en su desempleo motor, que reciben servicio por parte del Equipo de Atención Temprana del Centro Base de Cuenca.
A raíz de estas pruebas que realizaron la semana pasada en la presentación, han detectado “algunos fallos” y que esperan corregir a lo largo de este tiempo.
Algunas de las propuestas de mejoras que han recibido ha sido que el coche pudiera controlarse desde una App para los padres, que tuviera sensores para ver posibles paredes y que el niño no se choque o que incluso girase sobre sí mismo para poder manejarse en sitios estrechos. Comentarios que han tomado en cuenta para incorporarlo al prototipo.
En cuanto a la financiación del vehículo no han necesitado aportar capital propio de ningún tipo. Todo el dinero que han ido recaudando ha sido a través de diferentes fondos como Indra, Bienestar Social y una la UCLM por la formación de un grupo de investigación.
A nivel personal, Pastor expresa que se sienten “contentos” con lo que han desarrollado ya que les ha servido, sobre todo, para aprender. Aunque también siente ganas de hacer uno más profesional y “llevarlo a otro nivel”.
Recuerda que tuvo la oportunidad, un par de días antes del acto de presentación, de estar con los padres de los menores que han utilizado este prototipo y, aunque vio mejoras que aún quedaban por hacer, el ver cómo se movían y sonreían con esta creación fue un “momento bastante emotivo” para él.
En este sentido, Sergio Tirado, también se muestra orgulloso por el trabajo realizado ya que siente que al final “ha merecido la pena todo el esfuerzo” cuando ven como se ha materializado la idea y “ha tenido su fruto”.
Asimismo, Antonio Carretero coincide con el resto de sus compañeros y destaca cómo a través de este coche “ayudas a la sociedad”, sobre todo a los niños. El ver su felicidad comenta que “motiva mucho a seguir desarrollándolo” además de hacerle sentir “muy bien” al poder ver que las horas de trabajo que han empeñado “parece que son productivas”.