En pleno siglo XXI el aprendizaje de idiomas es fundamental, ya sea para optar a un futuro laboral en el extranjero o para ser capaz de relacionarse en otro país. Si bien, lo más común es estudiar en centros escolares o academias privadas, aunque existen un sinfín de alternativas para aprender o perfeccionar la conversación fluida en otro idioma, ya sea con campamentos, viajes o intercambios.
Por ello, hay muchos jóvenes alrededor del mundo que estudian español y la mejor forma de mejorar su vocabulario y comprensión lectora y escrita es viajando hasta nuestro país y, por qué no, a Cuenca.
Y es que, en la capital conquense se encuentra el centro Español en Cuenca (Espacu), que sirve de referencia para universitarios internacionales que llegan cada año a nuestra ciudad atraídos por los variados y competitivos cursos de verano que ofertan cada temporada.
El centro está asociado a la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y su objetivo es enseñar español en un marco incomparable como es la capital conquense. Si bien, “los estudiantes llegan con un nivel entre intermedio y alto, algo que hace que se adapten mucho mejor”, explica su director, David Segovia.
Así, este año, a pesar de la pandemia, trece jóvenes de Estados Unidos, Reino Unido y Japón han llegado para empaparse del lenguaje y la cultura española durante el mes de julio aunque, en condiciones normales, Espacu ha llegado a recibir hasta 130 alumnos.
En concreto, por el curso intensivo del mes de julio pagan una matrícula que oscila entre los 2.000 y los 2.200 euros. “Normalmente son los padres los que hacen frente al pago y este año muchos se han echado atrás por miedo a que sus hijos se contagien de Covid, además es una cantidad importante y la economía de muchas familias se ha visto resentida”, apostilla su director.
Durante su estancia acuden a clases de gramática todas las mañanas de 10:00 a 14:00 horas y por las tardes disfrutan de visitas a la Catedral de Cuenca, al Museo de Paleontología de Castilla-La Mancha o al Museo de las Ciencias, pero también participan en actividades deportivas como un taller de piragüismo, van de tapas por la ciudad o reciben clases de flamenco. “El coronavirus ha influido mucho en la programación, ahora procuramos que todas las actividades sean al aire libre y en espacios interiores siempre se usa la mascarilla y el gel hidroalcohólico para mantener la seguridad”, dice Segovia.
Eso sí, no todo es viajar y disfrutar pues al final de su estancia se enfrentan a un examen para certificar su nivel y demostrar lo aprendido durante el mes de julio. Así, en el acto de clausura reciben un diploma que acredita su participación.
Además, el programa incluye todos los sábados del mes excursiones a Madrid, Valencia o Toledo, e incluso recorren La Ruta del Quijote y para garantizar la asistencia sanitaria ante cualquier imprevisto cuentan con un seguro médico que abarca su estancia en Cuenca.
Con el pago también tienen acceso a alojamiento y manutención completa en la residencia universitaria ‘Alonso de Ojeda’, pero este año al estar cerrada durante el periodo estival, a consecuencia de la pandemia, han sido reubicados en un hostal cercano al Campus.
Además, desde Espacu buscan solución a todo para que los estudiantes se sientan como en casa. Por ejemplo, una jóven vegana reside junto a una familia local para poder ser fiel a su dieta y los alumnos que han venido para hacer prácticas durante tres meses se hospedan en un apartamento. Señar que, estos úlimos, han dado clase de español a los niños y niñas del CEIP ‘Federico Muelas’, una experiencia que les ha servido para continuar mejorando pero también para convalidar créditos de sus carreras universitarias.
En conjunto, que estos estudiantes extranjeros lleguen a la ciudad de Cuenca supone un revulsivo económico ya que, a parte de pagar la matrícula, salen, compran y consumen en los negocios y establecimientos locales.
En este sentido, son ya varios familiares y amigos los que han venido a visitar a estos jóvenes, por ello, la cuenta, suma y sigue.
CAPTACIÓN
Estos estudiantes extranjeros no llegan a Cuenca porque sí, sino que es el propio equipo de Espacu el que se desplaza hasta las universidades de todo el mundo para ofrecer su programa, establecer contactos y promoción sus cursos.
Algo con lo que consiguen acercarse a los jóvenes, quienes motivados por sus tutores llegan encantados a Cuenca. “Siempre vienen a través de contactos directos ya que dirigimos nuestro marketing a ello. No es que vengan, es que nosotros vamos a por ellos”, comenta el director.
CENTRO EXAMINADOR
Otro de los factores atractivos de Espacu pasa por ser un centro examinador de exámenes DELE y CCSE, correpondientes al Instituto Cervantes y que permite evaluar por medio de distintas tareas el conocimiento de la cultura española con el fin de obtener la nacionalidad.
Así, tras trece años de actividad, Espacu ya es sinónimo de experiencia y calidad y poco a poco ha conseguido internacionalizar la ciudad, aunque están abiertos a cualquier iniciativa y apoyo a nivel local, provincial o regional para continuar mejorando.
La opinión de los estudiantesCaitlyn Reeve. Estudiante de Español y Chino:
Estudio Español y Chino en Chester y venir a Cuenca está siendo fantástico porque he aprendido mucho en las clases de gramática. Además, al vivir aquí y hablar siempre en español me ha hecho mejorar mucho. También me encanta la cultura y la comida y recomendaría a todos mis amigos hacer los cursos intensivos de Espacu.
Evan Boatwright. Estudiante de Educación Infantil:
Soy de Estados Unidos, estudio para ser profesor de educación infantil y he venido a Cuenca para después poder enseñar español a los niños y niñas. Cuenca es una ciudad muy bonita y las actividades que hemos hecho han sido interesantes además, he aprendido más español en dos semanas aquí que durante un año en mi país.
Katie Baker. Estudiante de Psciología y Español:
Conocí Espacu porque mi universidad de Reino Unido me habló de este programa. Estudio Psicología y Español y llevo casi tres meses en Cuenca porque he hecho prácticas en el CEIP ‘Federico Muelas’ y ayudé a los niños y niñas que tienen necesidades especiales y en las clases de inglés. Recomendaría la experiencia porque descubres una cultura nueva.