Este jueves, 28 de septiembre, se presentará la Oficina Municipal de Revisión del Plan de Ordenación Municipal (POM) de Cuenca de la que se encargará el estudio del que es hoy por hoy el urbanista español más premiado nacional e internacionalmente, José María Ezquiaga.
Será el propio Ezquiaga el que exponga sus propuestas a la ciudadanía en un acto que tendrá lugar a partir de las 19:30 horas en el salón de actos Liberbank-Banco CCM, con una conferencia bajo el sugerente título “De la expansión a la regeneración urbana: ideas para un renacimiento de la ciudad”.
Será presentado por el director de la UNED, Miguel Ángel Valero, y posteriormente habrá un coloquio en el que además del prestigioso arquitecto intervendrán el teniente de alcalde y concejal de Urbanismo, Julián Huete, y el presidente del Colegio de Arquitectos de Cuenca, Miguel Ángel Redondo.
DIEZ AÑOS DESPUÉS
Ezquiaga Arquitectura abordará de la revisión del POM tras más de diez años en stand by, por un importe de 314.600 euros.
En este proyecto trabajarán junto a Ezquiaga, Francisco Pol, premio nacional por su intervención patrimonial, Rafael Mata, catedrático de Medio Ambiente de la Universidad Complutense de Madrid, y arquitectos conquenses como Carmen Mota o Fernando Olmedilla, además de varios miembros doctores de la comunidad universitaria castellano-manchega.
El estudio afronta esta revisión como un reto para hacer urbanismo del nuevo siglo. “Mejorar lo que tenemos en contra de ampliar la huella”, es el mensaje que Ezquiaga abandera desde sus tribunas, trabajos, y colaboraciones en medios de comunicación. Un profesional que aboga en cada una de sus intervenciones por barrios vivos y que tiene muy presente a los ciudadanos y sus necesidades.
En cuanto a las dificultades con las que el equipo se va a encontrar, destacan viejas conocidas en el urbanismo conquense, como el destino de las hectáreas ferroviarias; el malogrado recinto ferial y sus aledaños; o los nuevos barrios repletos de solares sin edificar; también la reconversión del centro de la ciudad; la protección del patrimonio cultural; la mejora de la movilidad urbana y la accesibilidad al Casco; o la intervención en los barrios de las Quinientas, Casablanca, las Doscientas o Cerro Molina, grandes olvidados que demandan cada vez más soluciones.