Esta madrugada habrá que retrasar los relojes, de modo que a las 3:00 serán las 2:00 horas, un cambio que suscita cada vez más críticas entre los ciudadanos y algunos sectores y que afecta poco al organismo humano, algo más a niños y mayores.
Además de España, cerca de 50 países moverán esta madrugada las agujas o tocarán los botones de sus relojes.
Se dejará así detrás el conocido como horario de verano, que se aplicó por primera vez durante el transcurso de la I Guerra Mundial con el objetivo de mantener las fábricas abiertas una hora más.
Introducir dos veces al año un cambio de hora ha venido suscitando protestas de agricultores y ganaderos, por sus repercusiones biológicas y económicas, además de reticencias entre algunos ciudadanos, que dicen afectarles tanto física como psicológicamente.
Sin embargo, según los expertos, los trastornos son mínimos: un "mini jet-lag" que influye más a niños y personas mayores.
En cuanto al ahorro de energía que se da con el horario de verano también hay debate.
Según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el ahorro en iluminación propiciado por el cambio durante los meses en los que éste ha tenido efectos, de marzo a octubre, podría haber alcanzado el 5 por ciento, equivalente a unos 300 millones de euros.
De esa cantidad, 90 millones correspondería al potencial de los hogares españoles, lo que supone un ahorro de 6 euros por hogar; mientras que los otros 210 millones de euros restantes se ahorrarían en los edificios del terciario y en la industria.
Sin embargo, algunos expertos argumentan que este ahorro es relativo, pues la luz que no se emplea a primeras horas del día al final del día se gasta, en parte, en los hogares.
La meteoróloga Mar Gómez cree que con los actuales sistemas de iluminación, "automáticos y más rentables", podría replantearse la estimación de ahorro que se maneja en la actualidad así como la verdadera necesidad de cambiar el horario dos veces al año.