La Comunidad de Propietarios denominada ‘Las Doscientas’ ya recibe la energía sostenible de la Red de Calor. Está situada en la calle Florencio Martínez Ruiz y Pintor Adrián Moya, en el barrio Reyes Católicos. Los 200 vecinos que residen a la espalda de la plaza de toros de la capital y cercanos al recinto ferial se suman a la transición energética sostenible iniciada por la empresa Rebi en la ciudad conquense
Hasta el momento utilizaban gas para calefacción con dos calderas que superaba los 15 años de antigüedad, lo que supone un gran volumen de contaminación medioambiental, casi 300 toneladas de CO2 al año, “en concreto 271 toneladas que ya no se van a emitir más a la atmósfera de la ciudad al quedar las chimeneas y calderas cerradas, una excelente noticia para la calidad del aire de Cuenca y para la salud de todos los ciudadanos”, explica el responsable comercial de la Red de Calor, Roberto Gómez. Puesto que el edificio presenta un aislamiento mejorable, la Red de Calor estudia junto a sus vecinos un proyecto de rehabilitación para mejorar la eficiencia energética.
Y es que, en un mundo cada vez más preocupado por la sostenibilidad y el impacto ambiental, la búsqueda de fuentes de energía renovable y respetuosas con el medio ambiente se ha convertido en una prioridad. “En este contexto, el funcionamiento de la Red de Calor sostenible se presenta como una alternativa innovadora y sostenible para la calefacción de edificios y comunidades enteras”.
La biomasa, que consiste en materia orgánica renovable como residuos forestales, se ha convertido en una fuente de energía cada vez más popular debido a su bajo impacto ambiental y su capacidad para reducir las emisiones de carbono. “En una red de calor con biomasa, esta materia orgánica se quema para generar calor, que luego se distribuye a través de una red de tuberías subterráneas a los edificios conectados, proporcionando calefacción de manera eficiente y sostenible”.
El funcionamiento de la Red de Calor es un proceso cuidadosamente diseñado que combina tecnología avanzada con prácticas sostenibles. En primer lugar, la biomasa se recolecta y se somete a un proceso de secado y trituración para garantizar su eficiencia como combustible. Una vez preparada, la biomasa se consume en una caldera de alta eficiencia en la central de producción energía térmica, donde se genera calor que se transfiere a un fluido térmico que circula a través de la red de tuberías.
Una de las principales ventajas de la Red de Calor es “su capacidad para proporcionar calefacción a una amplia gama de edificios, desde viviendas residenciales hasta instalaciones industriales y comerciales. Al conectar varios edificios a una sola fuente de calor, se reduce la necesidad de sistemas de calefacción individuales, lo que resulta en ahorros significativos de energía y costos para los usuarios”, puntualiza Roberto Gómez.
Además, el uso de biomasa como fuente de energía renovable contribuye a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y al fomento de la economía local al promover la utilización de recursos naturales locales. Al optar por una red de calor con biomasa, las comunidades pueden reducir su dependencia de combustibles fósiles y avanzar hacia un futuro más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.
El funcionamiento de la Red de Calor representa una solución innovadora y sostenible para la calefacción de edificios y comunidades. Al aprovechar la biomasa como fuente de energía renovable, estas redes no sólo proporcionan calefacción eficiente y económica, sino que también contribuyen a la lucha contra el cambio climático y la promoción de un futuro más sostenible para todos