Una vez termina el curso o incluso semanas antes de que llegue el final de los exámenes los estudiantes universitarios y de Formación Profesional se ponen manos a la obra para buscar piso de cara a septiembre. Siempre ha sido así ya que los jóvenes tratan de encontrar año tras años una vivienda más barata y con mejores condiciones antes de regresar a sus ciudades y pueblos de origen para disfrutar del verano. Sin embargo, este año, el asunto se ha complicado en Cuenca por la subida de precios del alquiler. Así lo ponen de manifiesto Begoña Belmar, propietaria de Dúplex Inmobiliaria; Iván Algara, agente comercial de Inmobiliaria GAP; y Pilín Vázquez, comercial de Huécar Inmobiliaria.
Todos ellos coinciden en que la oferta de viviendas se ha visto reducida considerablemente ya que los estudiantes al acabar el curso no entregan las llaves a las inmobiliarias, sino que hablan con compañeros o amigos de clase para ‘pasarles’ la vivienda con el objetivo de que el propietario mantenga el precio. En este sentido, muchos de los caseros y caseras están aprovechando la falta de inmuebles para aumentar el importe de alquiler porque “saben que los pisos se van a alquilar sí o sí y se aprovechan de ello”, señala Belmar al tiempo que se muestra en “total descuerdo” con esta práctica. “Me parece abusivo”, sentencia.
Los jóvenes se pasan los pisos de unos a otros para que así los propietarios no tengan margen para subirles el precio. Desde las inmobiliarias califican de “abusivo” el incremento de las cuotasIván Algara, agente comercial de Inmobiliaria GAP, va más allá y cifra el aumento de precios en un 25% respecto al año anterior.
Más demanda que oferta
Ese miedo al incremento de precios ha hecho que, al evitar pasar por las inmobiliarias, éstas tengan menos inmuebles en cartera lo que complica la situación para los chicos y chicas que llegarán por primera vez a Cuenca el curso que viene. “Ahora mismo tenemos en cartera tan solo un piso cuando en años anteriores teníamos hasta 30. A eso hay que sumarle que tenemos más de 100 personas en espera”, señala Pilín Vázquez, comercial de Huécar Inmobiliaria.
Por su parte, en GAP tienen a disposición 7 pisos mientras que en Dúplex rozan los 20. Eso sí, las listas de espera son interminables. “Este descenso dificulta mucho a la gente encontrar una vivienda digna de cara al curso que viene porque la mayoría de pisos disponibles son muy antiguos y los propietarios se niegan a hacer mejoras en muchos casos”, explica Belmar.
Además, ya no es solo que los jóvenes contacten directamente con los propietarios saltándose a las inmobiliarias, sino que muchos han optado por no buscar otro piso y mantenerse en el mismo durante todos los años de carrera. “Antes cada año cambiaban de zona, no se conformaban con estar en el mismo piso cuatro años seguidos y ahora esa tendencia está cambiando. Tienen miedo de buscar otra cosa y que el precio sea más alto”, dice Pilín.
LÍMITE DEL 2%
Y es que, pisos de tres habitaciones que hace un par de años podrían encontrarse por 400 euros ahora se alquilan entre 500 y 550 euros. Esto demuestra que los propietarios no están teniendo en cuenta el acuerdo del Consejo de Ministros en el que se aprobó la prorroga del límite del 2% a la subida de los alquileres. “Esto es Cuenca y en esto vamos atrasados”, dice Begoña Belmar. “Si un inquilino le dice al propietario que no debe subirle el alquiler éstos tratan de no renovar el contrato porque encontrarán a otros que sí paguen el precio que piden”, apostilla.
ZONAS MÁS DEMANDADAS
En cuanto a las zonas más demandadas por los estudiantes están Princesa Zaida, Carretería y centro, Fermín Caballero y Fuente del Oro porque o bien les pillan cerca de las facultades o de la zona de ocio que regentan. Además, los pisos más buscados son de 3 o 4 habitaciones, aunque también existen pisos de 2 dormitorios y de hasta 5, aunque la mayoría de inmobiliarias los desaconsejan porque “la convivencia muchas veces se les complica cuando son muchos. Lo ideal es que convivan 3 personas”, apunta Pilín Vázquez.
Otro de los cambios de tendencia que han observado desde estas empresas está relacionado con las preferencias de los arrendadores ya que antes preferían alquilar a grupos de chicas y ahora se está equiparando. “Quizá porque como ahora se alquila cualquier vivienda, tanto si está en buenas condiciones como si es muy antigua, los chicos ponen menos pegas y se conforman más”, sugieren desde GAP.
La situación, por ahora, se presenta difícil pero los profesionales de las inmobiliarias confían en que una vez concluyan los trabajos de construcción del nuevo hospital muchas viviendas se queden libres.
