Empresa familiar que se renueva
Cuarta generación de empresarios, primero en el sector lácteo y después en el hotelero, avalan a la familia Arévalo en su trayectoria empresarial, que desde hace 36 años está ligada al Hotel Arévalo, en pleno centro de la capital conquense.
Francisco y Teresa Arévalo están al frente de este establecimiento que lleva inmerso, desde hace algo más de un año, en una ambiciosa rehabilitación integral del inmueble situado en la calle Ramón y Cajal, con un claro objetivo, lograr la tercera estrella y, de esta manera, “cumplir con el sueño de mi padre desde que fundó este hotel en el año 1987”, subraya Francisco.
Con la llegada de la pandemia, se vieron obligados a cerrar sus puertas al público, lo que, por cierto, supuso un punto de inflexión que les llevó a replantearse la situación y apostar no solo por seguir adelante con este proyecto familiar, sino, además, por dar un salto, tanto cuantitativo como cualitativo, para, de esta manera, afrontar una nueva e ilusionante etapa después de casi cuatro décadas de andadura.
REHABILITACIÓN INTEGRAL
De ahí que se embarcaran en una ambiciosa rehabilitación integral de su hotel de cinco plantas enfocada, tal y como subraya Francisco Arévalo, a su adaptación a las exigencias de la normativa vigente para conseguir la tercera estrella.
Unas obras que arrancaron a mediados de enero del pasado año 2022 y que, según las estimaciones iniciales, está previsto que se vayan a concluir en unas semanas, a lo largo del próximo mes de marzo.
Algo más de un año de trabajos que le han dado un giro de 180 grados a estas instalaciones, que nada tienen que ver con las antiguas. No en vano, este inmueble se ha rehabilitado por completo, tanto en el exterior como en su interior, con un proyecto redactado por los arquitectos Miguel Ángel y Javier Redondo y ejecutado por la empresa conquense Hijos de Victoriano Valera.
Una reforma integral que ha tenido como eje principal la máxima comodidad del cliente y la funcionalidad de sus espacios en aras de ofrecer el mejor servicio y lograr la satisfacción plena de sus huéspedes.
En consecuencia, se ha optado por redistribuir los espacios de las cinco plantas, de tal manera que las habitaciones han visto incrementada de manera notable su superficie, lo que ha llevado consigo que el hotel vaya a contar con un total de 29 habitaciones, todas ellas dobles, en vez de 35 como tenía antes, aunque, eso sí, “su capacidad será la misma”, aclara Fernando Arévalo.
Habitaciones que, por cierto, contarán con un cuarto de baño moderno y actual, con ducha en vez de bañera y espejo con retroiluminación. El armario será abierto y las camas con tamaño Queen Size, es decir, de 150x200 centímetros. A ello se sumará un mobiliario con diseño atractivo y funcional.
Una vez concluyan las obras en unas semanas, el Hotel Arévalo va a ser el único de la ciudad dotado con domótica KNX, que permitirá un importante ahorro energético
Pero, sin duda, lo más innovador de sus habitaciones será el hecho de que estarán dotadas con domótica KNX. Un sistema que permitirá controlar de manera automática, tanto el aire acondicionado como la luces de la habitación, mediante detectores de presencia, de tal manera que, por ejemplo, cuando se abra la ventana se apagará el aire acondicionado o cuando el huésped abandone la habitación se desconectará la luz y el sistema de refrigeración.
Esta apuesta por la innovación tecnológica convertirá al Hotel Arévalo en “el único de la ciudad con domótica KNX”, tal y como subraya su cogerente, Francisco Arévalo, quien a su vez recalca que también posibilitará optimizar el consumo energético del establecimiento desde una doble perspectiva, por un lado, por unas buenas prácticas vinculadas a la sostenibilidad y el respeto medioambiental, y, por otro, por el ahorro energético y la rentabilidad resultante.
La accesibilidad también ha sido un aspecto contemplado en esta rehabilitación integral, que se ha materializado en la puesta en servicio de una habitación adaptada para clientes con movilidad reducida y un nuevo ascensor con el doble de capacidad, al pasar de cuatro a ocho plazas.
Asimismo, el nuevo Arévalo prevé contar con un espacio reservado en la puerta, a semejanza del existente en el Hotel Alfonso VIII, que permita a los clientes dejar su vehículo durante el check-in y el check-out. La planta baja, por último, cambiará totalmente su aspecto y distribución, de tal manera que la recepción tendrá una nueva ubicación, se ha dado más espacio al salón-desayunador, donde ofrecer a los huéspedes un desayuno-buffet, y se ha habilitado una sala de trabajo para los clientes con conexión a Internet.
En definitiva, los hermanos Arévalo han apostado de manera decidida por continuar con su hotel, pero, eso sí, adaptado a los nuevos tiempos.
