El dueño del Seat Ibiza que usó Morate asegura que le dijo que lo necesitaba “para unas cosas del pueblo”

R.T.D., el conocido de Sergio Morate que le prestó el Seat Ibiza rojo en el que, supuestamente, habría trasladado los cadáveres de Laura del Hoyo y Marina Okarinska hasta el nacimiento del río Huécar donde aparecieron el 12 de agosto de 2015, ha asegurado que el día 6 de agosto, enque supuestamente fueron asesinadas las jóvenes, Morate le pidió el vehículo, propiedad de su mujer, porque lo necesitaba “para unas cosas del pueblo”.

A lo largo de su declaración, R.T.D. ha agregado que ya había prestado al acusado este automóvil en alguna ocasión más en los seis meses anteriores a que se produjeran los hechos “porque él me había dejado su furgoneta en alguna ocasión para hacer mudanza”, ha dicho.

En relación al día de los hechos, el 6 de agosto, ha aclarado que Morate acudió por la mañana, sobre la una del mediodía, a la empresa donde él trabaja con su hermano para pedirle este vehículo, que él tenía aparcado junto a su casa, en la calle río Cabriel, y del que solo hay un juego de llaves.

Sobre las 19.00 horas del día de los hechos, Morate le llamó en varias ocasiones para quedar con él y entregarle un navegador que le había actualizado. “A la hora y pico me llamó para ver si había acabado de trabajar”, ha informado, subrayando que el acusado cambió varias veces de opinión sobre la hora y el lugar de entregarle el navegador.

Tras pedirle que fuera a Chillarón, le sugirió verse con él en el área de servicio El Área y, finalmente, fue en Cuenca donde le entregó “más que nervioso, con mucha prisa” el navegador, que Morate tenía en el interior del maletero del Seat Ibiza verde que conducía habitualmente y se percató de que no había nada más en el interior del maletero, tan solo una bolsa de marihuana que Morate posteriormente le regaló, aunque sí comprobó que incurrió en algunas contradicciones, para, a continuación, asegurar que "lo mismo" se iba de viaje.

Por la noche, sobre la una de la madrugada, el testigo volvió a casa con su mujer y no tiene claro si el Seat Ibiza rojo ya no estaba donde lo dejaron o fue a la mañana siguiente cuando se percató de que estaba aparcado en la misma calle río Cabriel pero en dirección inversa a como lo habían estacionado el día anterior. Su mujer se percató de ello después de que, tras conocer la desaparición de víctimas y supuesto asesino, él acudiera a la policía para comunicar que le había prestado el coche, que la policía abrió, porque Morate era el único que tenía el juego de llaves, que aparecieron en el interior de la guantera.

Ya en la mañana del día 7, una vez conoció que Laura, Marina y Sergio habían desaparecido, “que la estaban buscando y familiares vinieron porque sabían que teníamos relación”, se personó en la Comisaría de Policía “asustado porque le había prestado el coche”.

En relación a la vinculación que le unía a Sergio Morate, ha reconocido que lo conocía “de antes, del instituto”, pero que no era su “gran amigo”.

“No me llevaba mal y poco más”, ha espetado, para, a continuación, aseverar que lo conocía de unos tres años aproximadamente, aunque “tampoco era amigo íntimo suyo”, aunque sí había hecho “ciertos trabajos con él y poco más”. “Tampoco tenía una relación de verlo todos los días, ni mucho menos”, ha resuelto.

Respecto a su relación con Marina, ha dicho no saber “gran cosa”, así como que conocía a Laura de cuando eran “más pequeños”, aunque ya no estaba en contacto con ella.

Su hermano, S.T.D., ha reconocido que Sergio Morate era cliente suyo y le actualizaba los navegadores “y poco más”, aunque sí ha reconocido que el día 6 de agosto le insistió para quedar y entregarle un navegador actualizado “porque se iba a coger vacaciones en la empresa familiar”.

Aunque en ningún momento él habló con el acusado por teléfono, que se comunicó con su hermano, ha aseverado que era un hombre “muy tranquilo” y ese día, “a lo mejor estaba más nervioso de lo normal, con la prisa que tenía”.