Dudas, incertidumbre, esperanza e ilusión vienen a definir el sentir de los padres de los alumnos conquenses ante el particular inicio de curso escolar de este año, que comienza su andadura mañana miércoles.
Y así lo ha puesto de manifiesto el presidente de la Federación Provincial de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos de Centros Públicos de Cuenca, Javier Pérez, quien, sin embargo, ha dejado claro que no es lo mismo lo que se está viviendo en la capital o en municipios grandes que cómo se están desarrollando las cosas en pequeños pueblos, donde todo está yendo con más fluidez.
No obstante, en términos generales, los padres de alumnos han denotado hasta el momento “una falta de coordinación entre las administraciones con competencias en esta materia, a lo que se ha sumado que no han sabido transmitir de manera ordenada a todos los afectados la información existente sobre cómo va a ser este curso tan condicionado por la pandemia”, señala Pérez, quien ve entre las posibles razones el hecho de que se esté haciendo todo en el último momento.
Y es que, según dice, “si, en un primer momento, había una clara falta de información, ahora, en una semana, ha aflorado todo tipo de material informativo, como guías y otras publicaciones oficiales, que se solapan unas a otras, generando cierta desinformación y, por supuesto, incertidumbre”. Es por ello que han echado de menos una acción comunicativa más clara.
De todos modos, desde la FAMPA se muestran esperanzados en que “al final todo vaya a salir bien”, ya que consideran fundamental la presencialidad en las aulas, en la medida de lo posible, sobre todo en las primeras etapas del alumno, puesto que “los centros educativos son, hoy en día, la mejor herramienta de conciliación familiar hasta que se desarrollen las leyes de teletrabajo o conciliación; sin olvidar, por supuesto, que aprenden otro tipo de valores y se socializan”.
Sin embargo, ven con cierta ansiedad el riesgo de contagio existente en las aulas, sobre todo, porque “pensábamos que las guías editadas en este sentido iban a ser más concretas a la hora de actuar ante algún positivo, mediante umbrales de contagios, por ejemplo, pero, sin embargo, se ha optado por la opción de que todo dependa de la tipología de los centros educativos y de la evaluación de Sanidad”, señala Pérez.
En este sentido, consideran que, de esta manera, en este tipo de situaciones se está descargando demasiada responsabilidad en los equipos directivos y, a su juicio, no se puede olvidar que son profesores, no sanitarios. Es por ello que reivindican la figura de la enfermera escolar, como personal permanente en los centros, que se encargue de asesorar no solo sobre la Covid, sino también sobre otras cuestiones importantes, como nutición, educación física, etc., de ahí que consideren insuficiente la enfermera de referencia de los colegios que se ha instaurado ahora.
A pesar de todo, la FAMPA quiere lanzar un mensaje de tranquilidad ante la vuelta a las aulas, al tiempo que hace un llamamiento a la responsabilidad de todos.
