A pesar de que durante este año el Ayuntamiento prevé destinar en torno a 6,5 millones de euros a reducir la deuda financiera, esta, que a fecha del pasado 1 de enero el equipo municipal cifró en 63,5 millones de euros (cantidad a la que habría que añadir otros cuatro millones de deuda no comercial), solo va a verse reducida en 1,2 millones de euros, según trascendió en el pleno extraordinario de los presupuestos celebrado el martes en el Ayuntamiento de Cuenca.
“¿Cómo es posible pagar seis millones para reducir la deuda del banco y que esta solo se reduzca en un millón de euros”, advirtió durante el pleno el concejal de IU Pablo García, según cuyos cálculos pagar la deuda es la “máxima inversión” prevista por el equipo municipal en los presupuestos de 2018, pues aunque con respecto al pasado año la cantidad a pagar se reduce de cerca de 10 millones a 6,5, lo que supone un descenso de en torno al 34 por ciento, esta cantidad “sigue siendo mucho dinero” y equivale a en torno al 15 por ciento de las inversiones previstas en la ciudad. “La máxima inversión es pagar deuda”.
Detrás de esta realidad se encontraría la aparición de nuevos “pufos”, en palabras de García, como consecuencia, entre otros asuntos, de sentencias favorables a trabajadores del Ayuntamiento.
“Salen pufos por todas partes porque llegan sentencias de todos los tipos, formas y colores. Y a pagar porque no se gestiona bien”, apuntó García.
Detrás de ese dinero que está contribuyendo a que, aunque la deuda baje por un lado, ascienda por otro, estarían varias sentencias de trabajadores del Ayuntamiento, varias relacionadas con la Gerencia de Urbanismo, o el pago reclamado por los trabajadores del Instituto Municipal de Deportes (IMD) por sábados y domingos trabajados entre los años 2012 y 2014.
Ya a mediados del pasado mes de junio el alcalde, Ángel Mariscal, advertía de la posibilidad de que próximamente al Consistorio se le reclamaran unos 15 millones de euros entre demandas de trabajadores, kilómetros de más realizados por la empresa adjudicataria del servicio de autobuses, expropiaciones de terrenos en el entorno de La Fuensanta, el Bosque de Acero y Ars Natura o fundaciones públicas que siguen sin liquidarse como la de la candidatura de Cuenca a Capital Cultural Europea en 2016 o la de turismo.
Si esto sigue así, advierten en IU, “por muchos esfuerzos que se hagan tardaremos 63 años en saldar la deuda”, de ahí que esta, que según el Plan de Ajuste debería estar saldada en el año 2035, no lo estaría “hasta en torno a 2085”.
Ante esta situación, en IU insisten en que se debe “exigir responsabilidad a quien generó la deuda” y que sean sus responsables quienes la afronten y no el conjunto de la ciudadanía, “que pagan sus tasas e impuestos” sin que la ciudad tenga, según consideran, el debido mantenimiento.
No se paga más
Pese a lo poco que en principo bajará la deuda este año, y a que el Ayuntamiento se comprometió en la pasada legislatura a liquidarla en el año 2035 para acogerse al Plan de Ajuste del Ministerio de Hacienda, en los presupuestos de 2018 que fueron rechazados en el pleno celebrado el pasado martes pero que podrían volver a llevarse a pleno si el Grupo Popular atiende las demandas del Grupo Municipal de Ciudadanos, el equipo municipal no prevé hacer un mayor esfuerzo en la reducción de esos 63 millones de euros de deuda al entender que recientemente se han firmado nuevas operaciones de financiación con tipos de interés más relajados, que en su mayoría rondan el 1 por ciento, aunque hay dos que alcanzarían el 2,5 por ciento.