Una de las novedades de la entrada en desescalada es la posibilidad de utilizar la bicicleta para realizar deporte o para poder utilizarlo como medio alternativo al vehículo a motor. Una posibilidad que se ha dejado sentir en el taller de Recicleta. Este pequeño espacio social del Barrio de San Antón que promueve el aprendizaje y manejo de este vehículo no contaminante así como imparte cursos y talleres para que los usuarios sepan cómo arreglar sus bicicletas con mecánica básica abrió sus puertas el pasado 4 de mayo para volver a la actividad.
“El resultado ha sido un aumento de los préstamos increíble”, nos explica Antonio López, gerente de Recicleta. “Antes del estado de alarma, recibíamos una o dos peticiones de préstamo por semana, y normalmente eran en su mayoría estudiantes Erasmus o de intercambio que llegaban a la ciudad y optaban por este método para moverse por Cuenca. Ahora, sólo en la primera semana desde que hemos vuelto a la actividad hemos respondido a 12 préstamos y todos de gente de aquí, y no paramos de seguir preparando bicicletas. Si antes abríamos dos o tres días a la semana, ahora estamos haciéndolo a diario”, explica.
La situación en este taller que impulsa la herramienta de la bicicleta como una alternativa al transporte limpio y sostenible, pero también como un elemento de eliminar esa estigmatización del barrio, ha cambiado levemente con la situación de desescalada. “En el interior del taller sólo estamos dos personas y se siguen las medidas de seguridad de desinfección de todo el material. Seguimos recogiendo donaciones de bicicletas que ya no sirve o de las que podemos aprovechar piezas que obviamente se desinfectan cuando llega aquí, lo único que hemos restringido es el hecho de que la gente pueda venir a que les arreglemos la bicicleta, para evitar así un mayor trasiego de gente y material”.
Asimismo, para facilitar la vida de aquellos que lo necesiten en un momento de improviso, el taller ha dejado en su exterior tanto una bomba de auto inflado como una herramienta multiusos para todo aquel que la necesite. “Es nuestra manera de poder echar una mano puntual a aquellos que no tiene o no pueden proveerse de estos materiales simples que les pueden solucionar algo tan básico como hinchar la rueda o apretar bien un tornillo de su bicicleta”, añade Antonio.
Mientras tanto, día a día tanto Antonio como el presidente de la Asociación de Vecinos de San Antón, Jesús Jiménez ‘Tala’, no paran de preparar bicicletas de cara a que este aumento de las peticiones de préstamo continúe.
“Estamos viniendo más tardes de lo habitual y sólo estamos dos personas, lo que es una carga de trabajo importante si tienes en cuenta que esto es un taller social, no cobramos por ello. Las bicicletas no son último modelo, pero son vehículos completamente reparados y fiables a las que le damos una nueva vida y que lo hacemos por dar un servicio que no existe en Cuenca, pero que sí hay gente que lo demanda”, añade.
El procedimiento es tan sencillo como venía siendo habitual con la excepción de que ahora se debe realizar con cita previa, como manda la normativa del momento actual. “Normalmente funcionamos a través de nuestra página de Facebook, ahí se recalca a qué hora estará abierto el taller y quién estará allí para atender, sólo hay que dejarnos un mensaje y nosotros preparamos la bicicleta”. Una vez acordada la solicitud, el préstamo del vehículo se realiza a un adulto (bien sea para una bicicleta para él o para un niño, pues existen estas dos posibilidades), realizado un pago de 30 euros para el préstamo de tres meses con una posible ampliación de un mes más y al terminar este periodo se devuelve la bicicleta y se le devuelven 25 que son en concepto de fianza.
Así, la bicicleta nunca ha sido tan accesible a aquellos que lo necesitan. De igual forma, y tal y como nos avanza Antonio, siguen pensando en llevar a cabo, en la medida de lo posible, la realización de cursos de veranos de mecánica básica para que los más pequeños sepan manejarse para arreglar su bicicleta.
De esta forma y desde este pequeño rincón de Cuenca, siguen promocionando la bicicleta como medio de transporte saludable y respetuoso con el medio ambiente, si bien no olvidan que en este complicado momento es necesario seguir las medidas de seguridad y distanciamiento social para realizar su práctica.
‘BICIMACETAS’ EN SAN ANTÓN
Más allá del servicio indispensable que cumplen para muchos, este taller del Barrio de San Antón también trabaja en darle una nueva imagen al barrio mediante las ‘bicimacetas’.
“Desde hace tiempo venimos redecorando puntos de San Antón con bicicletas recicladas a las que les añadimos maceteros para también llenar de colorido nuestro vecindario”, explica ‘Tala’, presidente de la asociación de vecinos del barrio. “La iniciativa es sencilla y son varios los vecinos que se han sumado a esta propuesta que trata de darle otro aire al barrio”.
Justo en la puerta del taller de Recicleta hay una de estas monturas recicladas pintadas completamente de morado y con un compartimento en el que se dejan plantas. “Normalmente la gente viene y deja aquí plantas, otros las cogen y las plantan por su zona, es algo que está funcionando”, defiende Antonio.
Así que ya saben, si en estos días de desescalada salen a dar un paseo, siempre en el horario habituado para ello, y se encuentran una bicicleta saliendo de un muro u otra aparcada pintada completamente de un solo color con multitud de plantas sobresaliendo de su cesto, se trata de esta curiosa y colorida propuesta de este vecindario.
