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Desde Cuenca al mundo: cuatro décadas de pasión por la radioafición

Luis Bermejo, presidente de la Unión de Radioaficionados de Cuenca, lamenta la falta de relevo generacional
Desde Cuenca al mundo: cuatro décadas de pasión por la radioafición
Foto: Ricardo Vega
15/01/2025 - Ricardo Vega

Desde la habitación de su casa, Luis Bermejo Fernández (Cuenca, 1957) tiene la posibilidad de estar en contacto con todo el mundo gracias a su equipo de radioafición. Su vinculación con este mundo comenzó desde pequeño debido a su empeño por “enredar” y su carácter “impulsivo”.

En los años 80 se unió a la banda ciudadana del 27 o CB-27, siglas que hacen referencia a la frecuencia de 27 MHz utilizada para la comunicación entre civiles.

Por medio de un walkie-talkie, se conectaba con sus compañeros, lo que marcó el inicio de una pasión que lleva más de cuatro décadas.

Su interés en este campo creció con el tiempo, especialmente al vincularse con su trabajo como maquinista de excavadoras, donde la empresa instaló equipos para facilitar la comunicación entre los empleados.

En 1989, Bermejo obtuvo la licencia de tipo B, que le permitía transmitir por bandas de tipo V y U. Posteriormente, con la profesionalización del sector, superó un examen para adquirir la licencia de tipo C, que exigía conocimientos de telegrafía y le permitía transmitir en bandas de HF de largo alcance. “Las de tipo V y U, sin repetidores, no sirven para nada”, explica Bermejo, quien también detalla que en Cuenca existen hasta cuatro repetidores que mejoran el alcance de la transmisión.

En 1993, completó su especialización con la licencia de tipo A, que le permitió operar en todas las bandas oficiales de radioaficionados, desde los 10 hasta los 160 metros. Con esta licencia, obtuvo su indicativo ‘EA4ALK’, una combinación de letras y números que funciona como su DNI en el mundo de la radioafición, identificándolo por país y zona.

Además de ser un aficionado, Bermejo es el presidente de la Unión de Radioaficionados Españoles (URE) de la sección de Cuenca, cargo que desempeña desde el año 2012. En la provincia existen alrededor de cuarenta aficionados activos, según detalla Bermejo. Algunos de los radioaficionados en la zona 4 de los denominados (Eco-Alfa) o ‘EA’ son EA4XT, EA4OA, EA4EOS o EA4FSA.

La media de edad es muy avanzada. Entre los aficionados, destaca una persona de 101 años que se comunica todas las noches de manera telegráfica con otra de 90 años. Ambos fueron telegrafistas de aviación en el pasado, lo que les facilita el manejo de esta técnica. En las conversaciones, se puede hablar de cualquier tema, excepto de política, ya que es un asunto prohibido.

La pasión de Bermejo trasciende fronteras. Cada año, el grupo de Cuenca viaja a Friedrichshafen (Alemania) para participar en la mayor Feria Internacional de Europa de radioafición, fundada en 1976. Además, se reúnen anualmente en un albergue de Alarcón para compartir experiencias. “Si todo falla: radioafición” es un eslogan no oficial que resalta la importancia de esta actividad, no solo para conectar con personas de todo el mundo, sino también como un medio de comunicación esencial en situaciones extremas. Muchos radioaficionados pertenecen a la Red Nacional de Radio de Emergencia (REMER), una red alternativa y complementaria que el Gobierno puede activar en casos de necesidad.

 

Desde hace cuatro años, Bermejo, ya jubilado, dedica entre dos y tres horas diarias a esta afición.En su domicilio, dispone de un cuarto equipado con aparatos analógicos y digitales. Aunque prefiere la telegrafía sobre la comunicación oral, tiene los medios necesarios para hablar con personas de todo el mundo. Los radioaficionados utilizan los denominados códigos Q para facilitar las conversaciones, así como abreviaturas como ‘73’, que significa saludos.

En sus contactos, suelen intercambiar tarjetas QSL como acuse de recibo, y Bermejo conserva ejemplares de países como Brasil, Alemania, Japón y Catar, así como de diversas regiones de España.

 

Falta de relevo generacional

El presidente de la sección de la Unión de Radioaficionados Españoles (URE) en Cuenca señala la preocupante falta de relevo generacional. “Desde que me postulé no ha habido quien me sustituya porque todos hemos pasado por este puesto. Con el paso de los años, uno se cansa de estar siempre al pie del cañón”, lamenta.Bermejo destaca la escasez de jóvenes interesados en este entretenimiento, algo evidente en las ferias y reuniones a las que asisten. Si esta tendencia persiste, advierte que la radioafición podría desaparecer, algo que espera evitar.

A pesar de las nuevas tecnologías, Bermejo cree que ambos medios son compatibles. “Los dispositivos modernos fabricados por empresas especializadas mejoran la experiencia para los usuarios”, afirma. También señala que empezar en este mundo no es costoso y anima a las nuevas generaciones a descubrir un pasatiempo que permite conectar con personas de todo el mundo. “He conocido al 90% de mis amigos gracias a la radioafición. Conoces a mucha y muy buena gente”, concluye.