El aroma a buñuelo y mazapán impregna todos los rincones de las pastelerías y obradores de Cuenca desde hace ya varios días. Manchados de harina, huevo, mantequilla o limón, en plena faena y con el aceite bien caliente se encuentran las confiterías conquenses preparadas para llegar a cientos de paladares en el Día de Todos los Santos.
Una explosión de sabor en boca con el relleno de los buñuelos y un delicado bocado de almendra y yema, para los más tradicionales, en cuanto a los huesos de santo. Aunque los comercios de Cuenca también ofrecerán el mazapán colmado de cabello de ángel o chocolate, entre otros muchos sabores, para los paladares más exigentes y atrevidos.
Como protagonistas gastronómicos consagrados estos dos manjares ocupan las vitrinas de las pastelerías esperando poner el toque dulce a las habituales reuniones familiares de este día. Productos típicos y tradicionales que consiguen endulzar recuerdos y reencuentros.
Pastelería artesanal y casera son las peculiaridades que hacen que una elaboración sea sinónimo de calidad. Una mezcla a partes iguales de tradición e innovación, ingredientes imprescindibles para ofrecer productos clásicos a los gustos más conservadores y sabores nuevos a los más arriesgados, algo que en ‘Casamayor’ siguen al pie de la receta.
Originalidad define a esta pastelería en la que su propietario, Peter Guba, apuesta por gustos diferentes. Crema, nata, trufa, chantilly o chocolate son los rellenos típicos, pero apuestan también por las combinaciones arriesgadas como naranja y chocolate, cremoso de dulce o tiramisú.
Como novedad este año ofrecen todos sus productos sin gluten y sin lactosa para que celiacos e intolerantes puedan disfrutar de estos apetecibles bocados. Producir siempre con ingredientes nacionales, como la almendra, es su punto fuerte, “apostamos por las materias primas españolas”, añade Guba.
Las dos semanas previas funcionan a pleno rendimiento elaborando más de cien kilos de huesos de santo ya que tienen que reposar para después poderlos rellenar con yema. Solo para el Día de la conmemoración tendrán disponibles unos cien kilos de buñuelos y “nunca nos sobra género”, apunta el propietario.
Las ventas se mantienen año tras año, pero “es cierto que la gente joven va perdiendo la tradición de comprar estos dulces”, explica Peter Guba. Desde ‘Casamayor’ llevan años amasando la fórmula del éxito, aunque como dicen: “cuesta mucho llegar a este nivel y mantenerse, trabajamos día a día”.
El calendario gastronómico de noviembre comienza cargado de repostería para endulzar sentimientos y recuerdos en el Día de Todos los Santos.