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Contaminación

Cuenca vuelve a superar el límite de pequeñas partículas PM10

Restos de polvo, cenizas, hollín, cemento o polen se acumularon en 75 microgramos por metro cúbico frente al máximo de 50 permitido
Cuenca vuelve a superar el límite de pequeñas partículas PM10
Foto: Saúl García
01/04/2019 - Gorka Díez

Cuenca no fue ajena durante el invierno recién terminado al incremento generalizado registrado en el conjunto del país de los niveles máximos de pequeñas partículas (polvo, cenizas, hollín, cemento, polen) de entre 10 y 2,5 micras de diámetro dispersas en la atmósfera, conocidas como PM10, al haber superado en la segunda quincena de febrero los niveles máximos permitidos.


En concreto, estos se situaron en 75 microgramos por metro cúbico (µg/m3) frente al máximo permitido de 50 µg/m3.


Detrás de este aumento de la contaminación estuvo el anticiclón registrado en febrero en España, que provocó situaciones de tiempo estable, con ausencia de precipitaciones, y temperaturas más altas de lo habitual en estas fechas, lo que en vez de impedir que las partículas se dispersaran por el aire hizo que se mantuvieran a ras del suelo, acumulándose y haciéndose más perceptibles.


Carlos Villeta, de Ecologistas en Acción, advierte de que esta situación, que este año ha tenido una especial difusión por el eco que le han dado medios de comunicación de ámbito nacional, “no es nueva: ocurre todos los años desde hace más de dos décadas”, sin que a su entender la mayor parte de las administraciones locales hagan nada para intentar reducir los niveles de contaminación.


Entre las escasas excepciones estarían las ciudades de Avilés, Gijón, Oviedo, Madrid, Barcelona y Valladolid, donde sí se han adoptado restricciones del tráfico con el fin de reducir las emisiones contaminantes.

Ecologistas en Acción denuncia que el ayuntamiento de la capital no haya tomado ni una sola medida para reducir el tráfico ni les haya hecho llegar el Plan de Movilidad

En el caso de Cuenca, sigue sin haber límite alguno al tráfico de vehículos, ni siquiera en el acceso al Casco Antiguo de la ciudad, donde sobre todo los fines de semana se forman molestos atascos, pues el sistema de control de matrículas puesto en marcha el pasado verano limita la circulación por esta zona a 30 kilómetros por hora y a un máximo de 30 minutos pero permite que los coches lo sigan atravesando en su totalidad y que muchos conductores busquen aparcamiento en lo alto del barrio del Castillo.


NINGUNA MEDIDA MUNICIPAL


Asimismo, aunque recientemente se aprobó el denominado Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS), este no ha sido aún difundido entre los medios de comunicación ni se ha hecho llegar a colectivos como el ecologista. Villeta denuncia además que no se haya tomado ninguna medida relevante más allá de la reanudación de un parking con cerca de 300 plazas en el centro de la ciudad, el de Astrana Marín, que a lo que podría contribuir es a provocar un “efecto llamada” de vehículos al centro de la capital.

El refuerzo del transporte colectivo, la creación de carriles bus en las grandes vías, promover el autobús eléctrico o la bicicleta son otras de las medidas que deberían tomarse para reducir estos contaminantes, pero lo que se ha hecho en esta legislatura ha sido, precisamente, recortar el servicio del transporte urbano. “Deberían confeccionar un plan de contingencias y marcarse el reto de reducir la movilidad motorizada en un porcentaje mínimo del 20 por ciento”, sostiene Villeta. De lo contrario, advierte, se seguirán incumpliendo normativas como Ley 34/2007, de 15 de noviembre, de calidad del aire y protección de la atmósfera, que insta a las administraciones púbicas a “adoptar las medidas necesarias para mantener y, en su caso, mejorar la calidad del aire”, o la normativa europea de 2008. Está en juego, alerta Villeta, nuestra salud, pues hay personas que mueren fruto de la contaminación del aire o arrastran enfermedades pulmonares.

DEBATE EN EL PLENO


El hecho de que Cuenca traspasara en febrero el nivel permitido de contaminación atmosférica por estos materiales fue abordado en el pleno municipal de marzo celebrado en el Ayuntamiento de Cuenca a preguntas de Izquierda Unida, que pidió información al equipo municipal sobre las medidas adoptadas para intentar enderezar la situación.


El concejal de Servicios y Atención a la Ciudadanía, Pedro J. García Hidalgo, respondió señalando que la contaminación “no todo es tráfico”, sino también “polvo y calefacciones”, aunque según los ecologistas la mayor parte de estas partículas se debe a las emisiones de los coches, sobre todo los demotor diésel, pues “aquí no hay grandes obras para que se genere mucho polvo”, como consecuencia de lo cual “los contaminantes se reducen los fines de semana y se mantienen altos entre semana”, cuando aumenta el tráfico.


García Hidalgo añadió que, próximamente, “se va a instalar una red de sensores que dará datos más representativos” de la acumulación de partículas, pero Villeta asegura que esto es algo que el consistorio lleva varios años anunciando sin terminar de llevar a cabo.


A este respecto, los ecologistas denuncian que haya un único sensor para realizar mediciones en toda la provincia, ubicado en la capital, y que carezcan de este recurso poblaciones como Tarancón o Motilla del Palanacar. El existente está ubicado además en la Avenida del Mediterráneo, cuando la contaminación en principio es superior en lugares de mayor tránsito de coches como la Ronda Oeste o la zona del Xúcar.

Cuenca vuelve a superar el límite de pequeñas partículas PM10
El ozono troposférico, por encima de lo recomendado por la OMS: Según un informe elaborado por Ecologistas en Acción, en el que se analizaron datos oficiales de primavera y verano correspondientes al pasado año

Cuenca, con 77 microgramos por metro cúbico (µg/m3), superó el pasado año el valor máximo de ozono troposférico o en superficie recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), según el informe elaborado por Ecologistas en Acción, en el que se analizan datos oficiales de primavera y verano correspondientes a las distintas comunidades autónomas.

Mientras que el ozono estratosférico se considera bueno al ejercer un filtro de protección contra las radiaciones solares, el troposférico es malo. Se trata además del contaminante de mayor extensión y afección en España, un problema específico de la Europa mediterránea (España e Italia), al formarse en en la atmósfera en presencia de radiación solar (a temperaturas más elevadas, más riesgo) y por el efecto de los vehículos de motor (sobre todo el diésel), la combustión de carbón, petróleo o gas, calderas urbanas e industriales. Durante los días de olas de calor, cada vez más frecuentes, los porcentajes pueden dispararse.

Una de sus peculiaridades es que se acumula a cierta distancia de las fuentes que lo irradian, pues los desplazamientos de masas de aire contribuyen a su propagación. Así, la provincia conquense se ve muy damnificada por su cercanía a Madrid y el Levante.
En concreto, aunque no es fácil conocer su origen a ciencia cierta, según algunos expertos los contaminantes llegarían a la capital procedentes del Levante y al entorno de Tarancón (donde no hay medidor) procedente de Madrid. Ambas se verían asimismo afectadas por el tráfico de la A-3.
Los contaminantes generados en la capital, por su parte, afectarían más a las zonas rurales

DAÑO A LA SALUD
La exposición a altos niveles de ozono, advierten los ecologista, provoca un grave daño a la salud de las personas, llegando a ocasionar 1.600 muertes prematuras al año en el conjunto del país.

A ello hay que añadir los problemas que causa a la vegetación, pudiendo incluso disminuir el rendimiento de los cultivos, algo especialmente preocupante en una provincia eminentemente agrícola como la conquense.

Los ecologistas acusan tanto al Gobierno central como a las Comunidades Autónomas de incumplir “sistemáticamente” sus obligaciones en materia de información, control y prevención de la contaminación por ozono, al no reducir las emisiones del transporte o de las centrales térmicas.

Para darle la vuelta a la situación, consideran indispensable reducir el tráfico motorizado en las ciudades, disminuyendo la necesidad de movilidad con un urbanismo de proximidad y potenciando el transporte público (en especial eléctrico) y los medios no motorizados como la bicicleta o el tránsito peatonal; la reconversión ecológica del transporte interurbano desde la carretera a un ferrocarril convencional mejorado y socialmente accesible; el ahorro y la eficiencia energética; la recuperación de los estímulos para la generación eléctrica renovable, en sustitución de las centrales termoeléctricas a partir de combustibles fósiles; o la adopción generalizada de las mejores técnicas industriales disponibles para la reducción de la contaminación, en particular sustituyendo la fabricación y uso de los disolventes orgánicos por agua.

Se trataría, eso sí, de medidas que deberían tomarse conjuntamente en todo el país para evitar la propagación de los contaminantes de una comunidad a otra a través del aire. En el caso de Castilla-La Mancha, la región se encuentra a la cabeza en este contaminante junto a las comunidades de Madrid y Murcia. Cuenca tiene, eso sí, con los citados 77 microgramos por metro cúbico, una incidencia menor al resto, pues Toledo alcanza los 117 µg/m3, Guadalajara los 88, Albacete los 86 y Ciudad Real los 84.