Tal y como se preveía, la IV Concentración del Vespa Club Cuenca cumplió con las expectativas de participantes y turistas que fueron testigos de cómo la capital conquense y varias de las carreteras de la provincia se inundó con más de dos centenares de modelos de motos italianas de Piaggo. Con multitud de colores, versiones, y la gran mayoría con grandes toques de personalización, las monturas fueron las protagonistas de este evento.
Ya el día de antes, los más atrevidos disfrutaron de una ruta nocturna que finalizó en el Parador de Cuenca. Así, al siguiente día, el foco pasó a la Plaza Mayor, donde desde primera hora de la mañana, cada vez más y más motocicletas se agrupaban frente a La Catedral, provocando que los más curiosos se acercaran para ver de cerca las motos y realizarse fotografías con ellas.
Tras la quedada inicial, los más de doscientos participantes tomaron carretera para realizar una senda de hasta 90 kilómetros que finalizó con la vuelta a la capital hasta el Hotel de la Cueva del Fraile, previa parada para almorzar en la Ciudad Encantada. Una experiencia y recorrido que tal y como indican los propios organizadores de la concentración: "Es siempre un acierto dado el enorme atractivo que tienen nuestras carreteras para rodar y disfrutar del paisaje".