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Semana Santa Cuenca 2022

Cuenca vive una inolvidable procesión Camino del Calvario

El desfile de la madrugada del Viernes Santo se ha desarrollado con total normalidad y con gran participación tanto de hermanos como de turbos
Foto: Saúl García
15/04/2022 - Miguel A. Ramón

Casi 1.500 días de espera, pero, sin lugar a dudas, ha merecido la pena. La procesión Camino del Calvario ha recorrido las calles de la ciudad de Cuenca con gran participación de hermanos en filas y miles de turbos, que han acompañado al Señor en su camino hacia la cruz. Turba con alta participación femenina y de muchos niños y niñas que, junto a sus padres, no han querido perderse esta cita tan especial de la Semana Santa conquense.

La Real, Antiquísima, Ilustre y Venerable Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno (de El Salvador) ha sido puntual a la llamada de la Turba y a las 5:30 horas en punto hacía su salida triunfal de la iglesia de El Salvador ante el atronador ruido de cientos de tambores y clarines, que hacían presagiar una memorable madrugada de Viernes Santo.

Tras los pasos del Jesús de las Seis y de Jesús Caído y la Verónica, la Venerable Hermandad y Cofradía de Nazarenos de San Juan Apóstol Evangelista se incorporaba con su imagen titular al desfile, acompañada por la Asociación Musical La Concepción, de Horcajo de Santiago y ante el estruendo de la Turba que con sus tambores y clarines anunciaban a la ciudad la salida del Evangelista.

Diez minutos después de las seis de la madrugada, el silencio se adueñaba de la abarrotada plaza del Salvador a la salida, en un primer momento, del guion de la Venerable Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad (de San Agustín), e, inmediatamente después, sus dos pasos, El Encuentro de Jesús y la Virgen Camino del Calvario y Nuestra Señora de la Soledad (de San Agustín).

Imagen esta última obra de Federico Collaut-Valera, que este año conmemora el 75 Aniversario de su Hechura, por lo que, entre otras novedades, desfilaba con el manto procesional que en 1958 diseñó y bordó Encarnación Román y restauró en 2016 Francisco Carrera Iglesias, además de portar un medallón con un icono ortodoxo, obra del sacerdote Anastasio Martínez, como símbolo de comunión con los hermanos que sufren la guerra de Ucrania.

Arropada por numerosos hermanos en las filas y con el acompañamiento de la Juvenil Filarmónica de Villamayor de Santiago, la Madre llegaba a uno de los momentos más emotivos de esta procesión del Viernes Santo, con el canto a la Virgen del Motete ‘Oh Soledad’ a la altura de la herrería de Alonso de Ojeda y entre sonidos de martillos y yunques.

Encabezado por miles de turbos, la procesión Camino del Calvario discurría muy fluida y a buen ritmo por las calles Las Torres, Aguirre, Carretería, Calderón de la Barca y puente de la Trinidad. Allí, en la curva de Palafox, los clarines tomaban el protagonismo ante la atenta mirada del Monumento al Turbo, de José Luis Martínez, y encaraban las curvas de la Audiencia, uno de los momentos con más plasticidad de la subida.

Bajo el banzo del San Juan Evangelista, por primera vez una mujer, Laura Espada, que hace historia en esta Hermandad, puesto que es “la primera bancera desde 1797 que, según reza el libro de actas, se sorteaban banzos y participaron las mujeres”.

No sería hasta las 9:20 de la mañana cuando Nuestro Padre Jesús de las Seis cruzara los arcos del ayuntamiento para llegar a una abarrotadísima Plaza Mayor, donde le esperaban más de 8.500 personas y entre ellas miles de turbos que hacían sonar sus tambores y clarines.

Ensordecedor rugido de la Turba que callaría media hora después, a las 9:50 horas, en un sepulcral silencio, con la llegada del guion de la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad (de San Agustín). La Madre hacía su entrada pasadas las 10 de la mañana cerrando la subida de la procesión Camino del Calvario.

Poco antes de las 11 de la mañana, se iniciaba el descenso hacia la iglesia de El Salvador con la salida del Jesús de las Seis, junto a los miles de turbos que le precedían. En el camino, una parada obligada y, sin duda, uno de los momentos más emotivos de esta procesión, el Miserere en los Oblatos, donde, como manda la tradición, la Turba callaba ante las voces del Coro del Conservatorio.

Al mediodía, el Jesús de las Seis llegaba a la calle Solera, donde se giraba hacia la casa natal de Edu Zafra, nazareno del Viernes fallecido el pasado mes de agosto, y que serviría de preámbulo al final del Camino del Calvario en la iglesia de El Salvador, donde entraría sobre las 12:15 horas y seguidamente el resto de pasos de este cortejo, siendo a las 12:50 horas el momento de entrada a El Salvador de La Soledad, poniendo así el punto y final a esta espectacular procesión Camino del Calvario, que será difícil de olvidar. 


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