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Virgen de la Luz

Cuenca y la Virgen de la Luz, recorrido al pasado de su historia como ciudad

Fue en el siglo XVIII cuando la iglesia alcanza dimensiones importantes, siendo José Martín de Aldehuela su arquitecto
Cuenca y la Virgen de la Luz, recorrido al pasado de su historia como ciudad
Procesion de este viernes en honor a la Patrona. Foto: Saúl García
01/06/2018 - Miguel Romero

“En Cuenca, la devoción a sus patronas es excelsa. No sé si una supera a la otra, porque la Virgen de las Angustias congrega en Semana Santa un peregrinar constante y la Virgen de la Luz es la gran patrona de la ciudad desde su enclave en San Antón, sin olvidarnos que otra Virgen, la del Sagrario -sin ser patrona- es la que concita la devoción de la Fiesta de la Vaquilla”.

Pero, curioso es ese patronazgo para nuestra ciudad. La ciudad se conquista en el año 1177 por las tropas cristinas que dirige Alfonso VIII y él mismo, trae en su montura una pequeña imagen de madera, de la Virgen del Sagrario. Hay leyendas y como tal, hay deseos. Por eso, hablar de que una primitiva ermita románica pudo albergar en esta zona extramuros a la Virgen que el rey trajera no es muy fiel ante la historia, porque cierto es que una vez realizada la conquista de un territorio lo primero que hay que hacer es levantar un altar donde la Cruz presida y eso se hizo en la zona donde se ubicaba la mezquita musulmana y que es el lugar que ahora ocupa nuestra catedral. Allí, Alfonso VIII de Castilla y Alfonso II de Aragón, junto a los obispos que le acompañaban, dieron las gracias con un Te Deum y colocaron un primer altar donde la mezquita ocupaba su lugar privilegiado.

¿Qué hubo en este lugar donde se alza la ermita de nuestra añorada Virgen de la Luz?

Habría que ir a los papeles viejos y en ellos nos citan como más antigüedad, tres hospitales aquí ubicados, extramuros de la ciudad, y una iglesia conventual donde los antoneros (de San Antón) hacían vida de ayuda a los necesitados.

Más tarde -siglo XVIII-, la iglesia alcanza dimensiones importantes y se erige como una gran iglesia en tiempos del barroco como estilo arquitectónico y ornamental, siendo José Martín de Aldehuela su arquitecto y la Virgen, moreneta como por entonces era común, la que ocuparía ese patronazgo que hasta ese momento se llamaba iglesia de la Virgen de la Puente.

Aparece así, la Virgen de la Luz, por ese necesario resplandor que necesitaba la ciudad y todos sus feligreses. Aquí, en este lugar como barrio excepcional donde los olleros como artesanos del barro, hicieron vida al lado de los molineros que se ubicaban en la ribera del Júcar, sin olvidar que las laderas que accedían al cerro de las Cruces -llamado ahora- estaba ocupado por viñas que daban subida a una pequeña ermita situada en lo alto de ese cerro histórico.

Todo esto es historia, tanta, que esta iglesia barroca es ahora, casa singular y muy querida por todos los conquenses. En ella, varios pasos de nuestra Semana Santa ocupan solar, y sin duda, el peregrinar de todo conquense se cierra entre este puente de San Antón, ahora moderno y cuidado, frente a lo que la historia nos dejo como señal: Casa de la Moneda antigua al lado del Júcar, Casa de las Arrecogidas y ahora Delegación de Agricultura, Casa conventual de los antoneros y ahora parte de la sede de la RACAL y dependencias parroquiales, Taller de alfarería del gran maestro del barro Pedro Mercedes, en restauración, Fuente de San Antón -bien acondicionada-, barrios que escalan en la ladera como un zigurat, camino de San Lázaro hacia lo que fue en tiempos ubicase una Cruz del Humilladero y ahora es Barrio de la Fuensanta con campo de fútbol y campus universitario y sin girar, la ciudad de Cuenca se estira hacia el Hospital como ese lagarto que busca el sol para su brillo de progreso.

Este día 1, fiesta de nuestra patrona, la Virgen de la Luz, congregaba a las autoridades en su iglesia para la misa, la caridad, la procesión y el homenaje a nuestra Reina y Señora. ¡Qué siga bendiciéndonos como hasta ahora¡