El 7 de septiembre se celebra el Día Internacional del Aire Limpio por un Cielo Azul. Dióxido de nitrógeno, dióxido de azufre, monóxido de nitrógeno, ozono y partículas en suspensión son algunas de las sustancias tóxicas que, en mayor o menor medida dependiendo del lugar, flotan en el aire. Pero ¿cuál es la situación de Cuenca en lo referente a contaminación atmosférica? ¿Cuánta polución pasa por nuestros pulmones? En el caso de las llamadas partículas PM10 (menores de diez micras), uno de los contaminantes que más afectan a la población, la capital ha registrado hasta julio diez días con calidad de aire “desfavorable” o “muy desfavorable”, a lo que habría que sumar otras cinco jornadas con la etiqueta de “regular”.
Así lo reflejan los informes mensuales de la Red de Control y Vigilancia de la Calidad del Aire en Castilla-La Mancha, que recogen los datos de concentración de ozono, dióxido de azufre, dióxido de nitrógeno y las partículas PM10 suministrados por doce estaciones de medida distribuidas por todo el territorio regional, una de ellas ubicada en Cuenca capital.
Estos informes establecen seis categorías de valoración del aire: buena, razonablemente buena, regular, desfavorable, muy desfavorable y extremadamente desfavorable (ordenados de mejor a peor calidad). En el caso de Cuenca, el nivel de la mayor parte de los días de lo que va de año es buena, seguida en segundo lugar de razonablemente buena, y no hubo ninguna jornada con la etiqueta de extremadamente desfavorable.
Hasta julio de 2020 se registraron seis días con concentraciones altas de partículas en suspensión, si bien estos niveles no son los de un año habitual dado que la restricción de la movilidad durante el confinamiento mejoró la calidad del aire
COMPARATIVA CON 2020
Si comparamos con la estadística de 2020, vemos que en lo que va de año se ha producido en Cuenca un aumento de días con concentración alta de partículas PM10 en relación con ese periodo ya que en los siete primeros meses del pasado ejercicio se contabilizaron seis malos o muy malos (entonces se catalogaban con esas etiquetas, que equivalían más o menos a desfavorables o muy desfavorables) en relación con este contaminante, además de otras nueve jornadas regulares. Sin embargo, hay que puntualizar que los índices del año anterior no son los habituales dado que la reducción de la movilidad debido al estado de alarma decretado de marzo a junio favoreció una mejora de la calidad del aire.
Los informes establecen la categoría de desfavorable cuando la concentración de estas partículas se sitúa entre 51 y 100 microgramos por metro cúbico, mientras que en la de muy desfavorable, la cantidad asciende a entre 101 y 150. En el lado contrario del escalafón, las catalogaciones de buena y razonablemente buena presentan niveles de 0 a 20 y de 21 a 40, respectivamente.
Pormenorizados los datos, hasta julio de este año se han contabilizado ocho días desfavorables y dos muy desfavorables. El peor mes en relación con estas partículas (que incluyen desde polvo a cenizas, metales y polén, entre otras) fue marzo, cuando la Red de Control y Vigilancia de la Calidad del Aire en Castilla-La Mancha catalogó cuatro jornadas como desfavorables (del 2 al 5 de ese mes), además de otras dos como regulares.
Por detrás se sitúa febrero, que presentó dos jornadas desfavorables (días 5 y 19) y uno muy desfavorable (21), a lo que hay que sumar otras tres jornadas con niveles regulares. Precisamente la jornada con una mayor concentración de estas partículas en suspensión en lo que va de año fue la del 21 de ese mes, con 115 microgramos por metro cúbico, lo que le cataloga como día muy desfavorable. No obstante, los niveles del día 5 en la ciudad de Cuenca estuvieron a punto de alcanzar también esta etiqueta dado que se situaron en 98,58, prácticamente en el límite de la categoría inferior.
Por su parte, en julio, los días 12 y 23 presentaron la catalogación de desfavorables mientras que el 11 se alcanzó la de muy desfavorable, con un nivel de 108,13 microgramos por metro cúbico.
LOS MEJORES MESES
Según estos informes, en enero, abril, mayo y junio de este año, el aire de Cuenca capital no presentó ninguna jornada con niveles regulares, desfavorables o muy desfavorables en cuanto a concentración de partículas en suspensión más pequeñas de diez micras.
Si se analiza al detalle los datos de los primeros siete meses de 2020, se observa que hubo cuatro días muy malos y dos muy malos, que se concentraron todos en enero y febrero. Este último fue la mensualidad con peores registros durante ese periodo dado que durante tres jornadas (los días 3, 27 y 29) se alcanzaron niveles malos y en una (28), muy malos, al presentar 157,25 microgramos por metro cúbico.
Cabe recordar que entonces solo se establecían cinco categorías de clasificación de la calidad del aire: muy buena, buena, regular, mala (cuyos niveles de concentración se corresponden con la etiqueta actual de desfavorable) y muy mala (que engloba a las de muy desfavorable y extremadamente desfavorable, dado que abarca de 101 a 1.200 microgramos por metro cúbico).
Por su parte, en enero hubo un día malo (22) y otro muy malo (23), con un nivel de 107,25 microgramos. En los meses de marzo, abril, mayo, junio y julio no hubo jornadas con niveles altos aunque sí se presentaron uno y tres días, respectivamente, con registros regulares.
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