El crematorio municipal, situado junto al cementerio Santísimo Cristo del Perdón de la capital, recibe diariamente entre ocho y doce solicitudes de incineración que proceden de fuera de Cuenca, las cuales se están rechazando para no aumentar el periodo de espera para las cremaciones, que actualmente oscila entre 2,5 y 3 días de media debido al aumento de fallecimientos por la Covid-19.
Así lo aseguran desde el tanatorio Nuestra Señora de la Paz -adjudicatario de la concesión municipal del horno crematorio en Cuenca-, que precisa que, desde el 14 de marzo hasta el 9 de abril, el número de incineraciones realizadas asciende a 67.
Funerarias como Grupo Alborada recordaban días antes que provincias límitrofes como Madrid y Albacete están más desbordadas que Cuenca por la emergencia sanitaria y están teniendo más problemas para hacer frente al incremento del número de fallecidos.
Desde el tanatorio La Paz reconocen que el número de incineraciones ha aumentado respecto al periodo anterior a la crisis de la Covid-19 aunque dicen que es difícil dar un porcentaje: “En el contexto al que nos estamos refiriendo es imposible comparar dos intervalos de tiempo. No hay regla que se ajuste a las leyes de la vida”.
“Los tiempos de espera son provocados por el desafortunado marco mundial en el que nos encontramos”, lamentan desde el tanatorio, que concreta que cada proceso de incineración tiene una duración aproximada de tres horas y media.
“En la ciudad de Cuenca poseemos una de las mejores maquinarias que ofrece el mercado en cuanto a hornos crematorios”, aseguran. “En circunstancias óptimas y de forma puntual, el horno puede llegar a realizar seis incineraciones diarias”, aclaran.
Desde Grupo Alborada, estiman que, en la capital, las cremaciones representan el 40% del total de las muertes mientras que en la provincia “es una minoría la que opta por incinerar aunque va en aumento año tras año”No obstante, puntualizan que si se hicieran seis en una jornada, al día siguiente, “solo se podría realizar una o ninguna ya que las piezas de acero acopladas en el exterior del horno o incluso la misma estructura arquitectónica no soportarían la temperatura y presión de forma continuada”, según las recomendaciones del fabricante. Así, que, a día de hoy, están llevando a cabo tres procesos de incineración por día.
Desde el tanatorio explican que, al terminar cada jornada, los técnicos que están al mando del horno crematorio deciden, en base a su experiencia y comportamientos de hornos crematorios en otras ciudades, los tiempos de trabajo y reposo de la maquinaria, habiendo llegado a la conclusión de que lo más adecuado es realizar tres cremaciones diarias.
“Cualquier aumento de la cantidad de procesos de incineración por día supone un riesgo real de rotura arquitectónica o del propio horno crematorio, como ha pasado en distintas ciudades de España estos últimos días. Si desafortunadamente esto ocurriese y tuviésemos que trasladar los fallecidos a otras ciudades, los tiempos de espera no se medirían en días, sino en semanas”, concluyen.
De todas formas, el número de enterramientos es superior al de incineraciones. Desde Grupo Alborada, estiman que, en Cuenca capital, las cremaciones representan el 40% del total de las muertes mientras que en la provincia “es una minoría la que opta por incinerar aunque va en aumento año tras año”.
