No era consciente de ello pero la madrileña Almudena Viñas Majadas, de 27 años, va a hacer historia: la joven va a ser la primera bombera que se incorpora al servicio de extinción de incendios de la capital tras haber superado el proceso de oposición convocado por el Ayuntamiento de la ciudad para cubrir seis plazas de bombero-conductor y al que se presentaron 139 personas.
“Estoy muy ilusionada. Es la recompensa al trabajo de los últimos años. Pero el esfuerzo no ha sido solo mío. En este tiempo, el apoyo de mi entorno ha sido fundamental”, cuenta la joven, que está completando estos días en Cuenca junto a los otros cinco aspirantes que han obtenido plaza la formación para incorporarse al Cuerpo una vez que han sido nombrados como funcionarios de carrera.
La vocación de Almudena no le viene de pequeña. Hasta hace apenas unos años, ni siquiera se le había pasado por la mente ser bombera. De hecho, estaba estudiando Arquitectura en Madrid cuando empezó a planteárselo. Le gustaba su carrera pero no acababa de verse ejerciendo en el futuro este oficio metida en una oficina. Quería algo más activo. Y justamente un amigo suyo bombero empezó a animarla para que se dedicase a esta profesión. “Porque he hecho mucho deporte siempre. He jugado al baloncesto y también nadaba. He sido muy inquieta y él me decía que tenía capacidades”, rememora.
FALTA DE REFERENTES
Su respuesta fue épica: “Pero ¿hay bomberas en España?” Para la joven, su contestación evidencia la falta de referentes femeninos en este sector tan masculinizado. “Yo no me había planteado nunca dedicarme a esta profesión porque no conocía a ninguna mujer en este oficio en mi entorno. Pero mi vocación estaba ahí y salió a la luz a raíz de empezar a conocer referentes a través de entrevistas y por las redes sociales”, reflexiona.
Y así fue como en 2017 comenzó a entrenar aunque reconoce que no podía compatibilizar sus estudios con la preparación de las oposiciones, por lo que empezó con la parte física y esperó a finalizar la carrera para meterse de lleno también con las pruebas teóricas.
“No me había planteado dedicarme a esta profesión porque no conocía a ninguna bombera. Pero mi vocación estaba ahí y salió a la luz a raíz de empezar a conocer referentes”Durante un año y medio, se dedicó en cuerpo y alma a opositar. “Estudiaba y entrenaba todos los días. Si hubiera estado trabajando, sé que hubiera sido más difícil conseguir una plaza”, reconoce.
Se ha presentado a varias oposiciones pero confiesa que las de la capital conquense le llamaban especialmente la atención porque había hecho un curso sobre emergencias en patrimonio histórico y había ponentes de Cuenca. “De alguna manera, está relacionado con mis estudios de Arquitectura”, apunta.
Y al final han sido justamente las oposiciones convocadas por el Ayuntamiento de la capital las que ha aprobado tras estar entre los seis mejores aspirantes y superar un proceso que comenzó el pasado noviembre y que englobaba un examen teórico tipo test, pruebas físicas, conducción de un vehículo del servicio y reconocimiento de herramientas.
La parte física del proceso incluía desde pruebas de fuerza a un circuito de agilidad, pasando por natación y carreras tanto de velocidad como de resistencia. “Son muy duras”, asegura.
Con todo, logró estar entre los mejores y, tras superar un periodo formativo, se incorporará en breve al servicio de extinción de incendios de Cuenca. Ha sido la única mujer que ha concluido el proceso aunque explica que durante el examen teórico sí que había más chicas. “Pero en las pruebas físicas, solo estaba yo”, aclara.
De todas formas, dice que no se ha sentido fuera de lugar porque preparó las pruebas físicas junto a cuatro opositores, todos varones, y siempre se consideró “una más” del grupo. “Me trataron igual y estaba muy cómoda”, afirma. Y así espera sentirse en el parque de bomberos de Cuenca, donde hay 45 efectivos, siendo ella la única mujer.