Diez años, sí. Toda una década ha pasado ya desde que un 15 de diciembre de 2010 los Reyes de España, don Felipe y doña Letizia, entonces Príncipes de Asturias, inauguraran, junto al ministro de Fomento, José Blanco, el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, y su homóloga madrileña, Esperanza Aguirre, la línea de AVE Madrid-Cuenca-Albacete y, con ella, la estación Cuenca-Fernando Zóbel. Aunque, eso sí, el servicio no se puso en marcha hasta cuatro días después, el 19 de diciembre.
Uno de los hitos más importantes para la ciudad de Cuenca en las últimas décadas que ponía a la capital en el mapa de la alta velocidad española y en la vanguardia del transporte ferroviario, acercando Madrid y Valencia a menos de una hora de trayecto. Un servicio que no ha parado de crecer en viajeros año tras año y convirtiéndose en una importante entrada de visitantes a la capital.
No en vano, en estos diez años de andadura, los trenes de alta velocidad (AVE y Alvia) Madrid-Cuenca-Requena-Valencia y Madrid-Cuenca-Albacete-Alicante han transportado a más de 2,5 millones de viajeros con origen y destino en la capital conquense.
Una cifra provisional antes del cierre de año, que da una idea de la relevancia de esta línea ferroviaria de 438 kilómetros de longitud, que supuso una inversión inicial de 6.600 millones de euros y que cuando se complete conectando con la Región de Murcia, se estará hablando de 995 kilómetros de longitud y 12.410 millones de inversión.
EFECTO TRANSFORMADOR
No es de extrañar, por lo tanto, que con su llegada hace diez años el AVE haya transformado la ciudad de Cuenca en muchos aspectos, aunque “aún quede mucho por pulir”. Al menos así lo considera el presidente de la Confederación de Empresarios de Cuenca (CEOE CEPYME), David Peña, quien no duda en afirmar que “fue, sin duda, una oportunidad que no podía perder la ciudad”. Y, de hecho, es de la opinión de que “en este tiempo le ha ayudado a potenciar diversos aspectos, como su atractivo turístico y sus posibilidades en el ámbito de las relaciones empresariales y comerciales; algo fundamental para una capital como Cuenca”.
La patronal conquense cree que el AVE jugará un papel clave en el futuro de la ciudad
Para Peña, el acercamiento de Cuenca a poco menos de una hora de la primera y la tercera ciudad del país le ha hecho ganar enteros, puesto que ofrece la oportunidad, más que factible, de trabajar en Madrid y vivir en una ciudad encantadora y tranquila, como Cuenca; algo que, según señala, ya están haciendo bastantes personas, sobre todo, a raíz de esta pandemia, que ha puesto en valor el teletrabajo.
Todo ello, sin olvidar, el notable flujo de visitantes que ha llevado consigo, que, en su opinión, está suponiendo un salto cualitativo y cuantitativo de un sector económico tan importante como el turístico.
Así las cosas, Peña tiene claro que “con el AVE Cuenca tiene mucho futuro en el ámbito empresarial y, como no, en el turístico”. Y, de hecho, hace especial hincapié en el importante filón que supone para la ciudad el turismo de congresos. Un nicho de mercado que, desde su punto de vista, “debe de ser una asignatura a tener en cuenta en los próximos años con el fin de potenciarlo”.
La verdad es que la incorporación de Cuenca al mapa de la alta velocidad española ha traído consigo en estos años un importante flujo de visitantes, que, sin duda, ha revolucionado un sector estratégico como el turístico. Giro de 180 grados que se ha materializado no solo en un considerable incremento de los turistas y la aparición de nuevos perfiles en la ciudad, como por ejemplo el turista asiático que hasta la llegada del AVE su presencia era prácticamente anecdótica, sino también en el crecimiento de la oferta de alojamiento, sobre todo con la apertura de numerosos apartamentos turísticos y viviendas de uso turístico por toda la capital, aunque especialmente a lo largo y ancho del Casco Antiguo.
Transformación que también se ha hecho notar, aunque en menor medida, en el tejido empresarial con la implantación de diversas empresas, si bien, desde todos los ámbitos se considera que aún hay mucho que hacer y camino por recorrer.