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Centros educativos

Crece la pasión por el Cubo de Rubik

El campeonato que organiza el IES 'San José' de Cuenca ha duplicado su participación con respecto al pasado año
Ganadores del Concurso local.// Fotos: Saúl García
30/04/2019 - C.I.P.

Cúbicos, cuboides con diferentes números de columnas y capas, curvos con engranaje, con diferentes dimensiones, tamaños y formas.. Desde que en los 80 el famoso Cubo de Rubik causara furor, este ‘mágico’ rompecabezas mecánico no ha dejado de evolucionar, ni de ‘enganchar’ a grandes y pequeños.

El récord mundial para armar el tradicional hexaedro hasta hacer coincidir los colores de cada una de sus caras (blanco, rojo, azul, naranja, verde y amarillo, del clásico 3x3) está en menos de cuatro segundos y medio. Exactamente en 4,22. Dicho así parece fácil pero desde luego no lo es. Y precisamente es el reto de resolver, primero, y de alcanzar velocidad, después –cuanto más complejo el cubo, mejor- lo que hace que el puzzle tridimensional del húngaro Erno Rubik, levante pasiones 45 años después de su invención. Una afición que, además, no deja de crecer.

“En los centros educativos cada vez es más común ver a los alumnos con un cubo de Rubik en la mano, pero si hablamos del IES 'San José', es que son un montón”. Habla la profesora Miriam Muñoz, coordinadora del taller de Cubo de Rubik. Una actividad en la que la que este centro de la capital es pionero en Cuenca.

“Todo empezó el pasado año con un proyecto de recreos solidarios y creativos que buscaba que los alumnos se ocuparan en este tiempo de ocio con actividades recreativas y formativas, que a la vez sean muy entretenidas”, señala a Las Noticias el director de centro, Pablo Pérez. Y, sin lugar a dudas, “la estrella es el Cubo de Rubik”. Tanto que tienen su propio campeonato, el ‘RUBIKQNK’, que a finales de la pasada semana celebraba su segunda edición con gran éxito de participación.

De hecho, casi ha doblado la primera experiencia, con la participación de cerca de 70 estudiantes de Primaria y Secundaria de distintos centros de la ciudad. Concretamente tomaron parte alumnos de los colegios: Fuente del oro, Sagrada Familia y Albéniz. Y de los IES ‘Lorenzo Hervás y Panduro’, ‘Fernando Zóbel’,’ Alfonso VIII’ y, claro está, el ‘San José’.

Una intensa y apasionante jornada en la que los chavales desafiaron al cronómetro para ser los más rápidos. El máximo alcanzado fue de 20 cubos en cinco minutos, por equipos (modalidad en la que los participantes pueden hacer una capa y pasar la siguiente a su compañero) y de 15, en tres minutos, en la modalidad individual.

Tiempos que no están nada mal, aunque aún están por debajo de los que, por ejemplo, se exige en el Campeonato Interescuelas que organiza la Asociación Nacional del Cubo de Rubik. Eso sí, el avance que han experimentado los alumnos después de la experiencia de los talleres ha sido espectacular.

“El año pasado ya tomaron parte en el torneo pero este han conseguido llegar a la final junto a otros veinte equipos de España. No ganaron pero quedaron en la posición 14, que está muy bien”, señala Muñoz.

Crece la pasión por el Cubo de Rubik

La pasión por el famoso cubo lleva a los alumnos de este y otros centros de la ciudad a no dejar de avanzar en el conocimiento de nuevos algoritmos y de mejorar sus técnicas y habilidades en esta apasionante actividad que, desde luego es más que un juego. Y es que además de mejorar la psicomotricidad, la intuición y la memoria, fomenta la paciencia, la confianza y la seguridad de los chavales. Valores que favorecen la capacidad del trabajo en equipo. y lo demuestran cada semana en los talleres que se imparten en los recreos, en los que los alumnos son a su vez los monitores.

Las profesoras coordinan pero “los verdaderos maestros son ellos. El que más sabe enseña a los demás”, señala Miriam Muñoz, quien reconoce que aunque los profesores resuelven el cubo “no conocemos los algoritmos que saben ellos ni manejamos su velocidad. Los mayores, o los que más saben son los que enseñan al resto y, además, lo hacen con mucho cariño. Es una experiencia muy enriquecedora para todos. Se crean lazos entre los alumnos que van desde FP básica hasta bachillerato”.

Es habilidad, claro, pero también estrategia, concentración, agilidad mental, cálculo y perspectiva tridimensional. En definitiva un valioso instrumento didáctico, muy enriquecedor, con el que además se disfruta a lo grande.

"Ahora hay muchos cubos basados en el de rubik pero diferentes. Esto va creciendo y los chicos van buscando ya otros más complicados pero el básico sigue siendo el rey. De todos modos para nosotros lo mejor es el ambiente que se crea. Por ejemplo, a los talleres también vienen chavales con necesidades especiales y está resultando muy positivo”, destaca Miriam Muñoz, una de las coordinadoras de estos talleres organizados por el Departamento de Matemáticas, que forman parte del proyecto de mejora del desarrollo y la convivencia enmarcado en el programa Erasmus + de la Unión Europea.