Aunque no ha llovido desde la medianoche pasada, la ciudad de Cuenca continúa esta mañana sufriendo los efectos de la borrasca Efraín, que ha hecho que el río Júcar se haya desbordado por algunos puntos y que las aguas torrenciales hayan llenado de piedras y barro algunas calles de la capital, según confirman fuentes municipales.
Y es que las persistentes lluvias caídas a lo largo de la jornada del martes en Cuenca dejaron un total de 47,40 litros por metro cuadrado, que se sumaron a los 22,20 registrados el día anterior, según el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). Nivel pluviométrico que ha tenido consecuencias notorias en numerosos puntos de la ciudad, aunque especialmente en las zonas del recinto ferial, El Sargal y el Recreo Peral.
De hecho, esta misma mañana quedaba cortado al tráfico el camino de San Isidro, muy cerca del Puente de Valdecabras, como consecuencia del desbordamiento del río Júcar en ese punto, tal y como constataban fuentes municipales, al tiempo que los operarios de limpieza se afanaban desde primeras horas de la mañana en despejar las calles de piedras, ramas y barro arrastradas por las aguas torrenciales, como es el caso de la calle Francisco Suay, en el barrio de Villa Román, muy cerca de la Casa del Agua Sport.
No obstante, paulatinamente el río Júcar va regresando a la normalidad y su cauce disminuye progresivamente según van pasando las horas. No en vano, después de alcanzar el mayor pico de caudal sobre las siete de la mañana, con un total de 295,83 metros cúbicos de agua por segundo, pasadas las diez de la mañana esta cifra ha caído hasta los 287,98. Aunque, eso sí, no hay que olvidar que no deja de ser un caudal extremadamente elevado y que supera en más de diez veces el existente en la jornada del lunes.
