Consternación y sorpresa entre los vecinos de la localidad de Nohales desde primeras horas de la mañana de este lunes, cuando se han enterado del asesinato de una mujer a manos presuntamente de su expareja en una vivienda unifamiliar de la calle Real.
No se hablaba de otra cosa en esta pequeña pedanía de la capital conquense, mientras agentes de la Guardia Civil custodiaban la vivienda donde se había producido el trágico suceso, así como un vehículo, Fiat Múltipla, de color granate, aparcado en la cercana calle de San José e implicado en los hechos.
Turismo, por cierto, que se encontraba precintado a la espera de que los agentes de la Unidad de Criminalística de la Guardia Civil llegaran para su inspección. Algo que se producía en torno a las diez y media de la mañana, cuando dos agentes han procedido al análisis de vehículo, toma de muestras, etc. Todo ello en una zona donde llamaba la atención dos regueros de sangre que discurrían de manera errática uno por la calle Nueva y otro por la calle Albaladejito, sin duda relacionados con este terrible suceso.
Los vecinos de Nohales no daban crédito a lo sucedido en esta vivienda, según dicen, propiedad de una agente de policía, natural de Cuenca, que presta servicio en Albacete, y que “le había dejado hacía poco la casa a una amiga, tras haberse separado”, aunque desconocían la identidad de esta mujer.
A pesar de que este chalet se encuentra dentro del casco urbano de esta pedanía de la capital y justo enfrente de un hotel y restaurante, los vecinos consultados por esta redacción aseguran no haber oído nada extraño que les hubiera llamado la atención. Y eso, según detalla una vecina, que “vivo al lado y anoche me acosté sobre las doce y media y no me suelo dormir hasta las dos o las tres”.
El caso es que el asesinato de esta mujer, víctima de violencia de género y con dos hijos, ha cogido por sorpresa a los vecinos de Nohales, que aún no se podían creer que “esto pudiera pasar aquí”.