Samuel López López es donante de sangre desde que tiene 18 años y enfermero de profesión. Ahora, con 34, ha tomado las riendas de la Hermandad de Donantes de Sangre, siendo su presidente desde el pasado 14 de octubre. Dio el paso al frente “por necesidad y responsabilidad”, asegura, porque, tras dejar la presidencia Luis Miguel del Pozo, después de 16 años de mandato, decidió presentarse al cargo.
“Luis Miguel me lo propuso, y soy de esas personas que no pueden decir que no”, incide López. “Al principio te cuesta porque tengo muchas cosas que hacer, pero, como enfermero que trabaja en el hospital, conociendo el funcionamiento de la hermandad, acabó convenciéndome”, explica el nuevo presidente, quien aceptó el ofrecimiento “muy ilusionado” con el único condicionante de que Luis Miguel se quedara a su lado, “porque tengo que aprender mucho de él”. “No es lo mismo ser donante que estar en la presidencia, cuando tienes una responsabilidad en la gestión de la hermandad”, añade.
La institución ya suma 52 años de historia en la provincia de Cuenca, y la labor del presidente consiste en ejecutar el presupuesto de la entidad, las colectas externas, las campañas de publicidad, los desplazamientos a pueblos, etcétera. Aunque, si hay algo que merece un especial reconocimiento, son los trabajadores de la hermandad, Jesús y Fernando, así como los propios donantes, quienes aportan cada uno su granito de arena.
Actualmente hay 35.000 donantes de sangre activos en la Hermandad conquense que han realizado al menos una donación en los últimos años
En la actualidad, hay cerca de 35.000 donantes en activo en la provincia de Cuenca, que son aquellos que han donado sangre al menos una vez a lo largo de su vida. Con fecha de 14 de octubre, cuando se llevó a cabo la junta en la que fue elegido presidente, se habían registrado, en lo que va de año, 5.268 donaciones, de las cuales 5.184 eran de sangre y 76 de plaquetas.
En general, la Hermandad de Donantes de Sangre de Cuenca registra una media de 7.000 donaciones cada año, una cifra que se ha mantenido estable en los últimos años. Aunque con la pandemia sí hubo dificultades para donar debido a las situaciones derivadas de la emergencia, ya todo ha quedado normalizado, y la sangre donada actualmente cubre las necesidades de los centros hospitalarios de Cuenca y Albacete, de los que depende la hermandad.
“Sería mejor si hubiera más donantes, porque este es un acto altruista muy bonito que no supone nada para el donante, pero da vida a quien lo recibe”, señala López. Sin embargo, en la provincia de Cuenca se mantiene el número de personas que donan, aunque hay meses en los que se registran ciertos altibajos.
EN PRIMERA PERSONA
Paula Figueroa es estudiante de segundo curso del grado en Enfermería. Es conquense y acaba de hacer su segunda donación de sangre. “En el mes de junio nos llegó un correo de la universidad donde decía que hacía falta gente para donar sangre, y me animé a venir a la hermandad”, rememora la joven. Siendo estudiante de Enfermería y con padres donantes desde hace mucho tiempo, tuvo claro que iba a seguir su ejemplo.
Tiene 22 años, y con su segunda donación ha sentido satisfacción. “Me gusta donar, no se tarda nada, y es un pequeño gesto que puede ayudar a muchísima gente”, recuerda, porque con una bolsa de sangre se puede ayudar hasta a tres pacientes, ya que de aquí se separan la sangre, el plasma y las plaquetas.
En este tiempo, dada su experiencia, ya está intentando que sus amigos y su entorno más próximo se hagan también donantes, algo que está consiguiendo poco a poco. Ellos son también estudiantes del sector sanitario, en carreras como Farmacia, Medicina o Psicología, y, de ahí, que estén más concienciados que otros jóvenes sobre la importancia de donar sangre.
FUTURO DE LA HERMANDAD
Precisamente, atraer a más gente joven es uno de los retos que Samuel López se ha propuesto de cara al futuro. “Tienen que arrancar a donar y romper el miedo de no hacerlo porque no lo conocen”, subraya. En este sentido, el presidente destaca la importancia de fomentar la donación de sangre entre los jóvenes apoyándose en voluntarios veteranos, quienes están concienciados gracias a su larga trayectoria como donantes.
“Los jóvenes nos pensamos que somos inmortales, pero nadie está libre de que, en cualquier circunstancia puntual o sobrevenida, podamos necesitar un producto resultante de la donación de sangre”, señala López.
Aunque en estos momentos la hermandad “ya funciona muy bien”, López también quiere implementar una aplicación móvil para que el donante pueda reservar cita para acudir a donar sin tener que llamar a ningún sitio. Además, planea trasladar la hermandad a las instalaciones del nuevo hospital.
Por tanto, “enganchar” a la gente joven, empezar a trabajar en un centro hospitalario nuevo y adaptarse a las nuevas tecnologías son los principales retos que Samuel López quiere abordar como nuevo presidente de la Hermandad de Donantes de Sangre de Cuenca.