‘Él se va’. Y Cuenca entera se rindió ante el Silencio de la traición que da paso a la Pascua en una conmovedora y multitudinaria procesión que abarrotaba las calles hasta su final. Fluido y elegante, el cortejo dejaba momentos de gran belleza en un desfile extraordinario.
Impresionante la oliva de Getsemaní en la Oración en el Huerto, que salía puntual de San Esteban a las 19 horas con filas interminables de niños. Detrás, El Prendimiento –que lucía crespón negro en recuerdo de un hermano fallecido –con muchos hermanos desde sus inicios, y con muchos niños abría el desfile al ritmo de 'Dios de Esperanza' con la banda de la JdC en la cabecera.
Especialmente emotiva resultaba la salida del Beso de Judas con la marcha que, a modo de oración hecha música, dedicaba la Banda de Horcajo con ‘El Prendimiento ’ a Julián López Calvo, compositor y hermano de honor de la hermandad recientemente fallecido.
A golpe de horquilla y presumiendo de olivo, el cortejo encaraba la subida al Salvador para encontrarse con la Amargura y San Juan Apóstol. Impresionante el Huerto en la subida. Con el ánimo de las notas de la Banda Municipal hacía de una tirada Solera y salvaba a la perfección las curvas del Peso.
Mecidos por la Banda 'San Clemente de La Mancha' –recién llegada de su participación en el certamen internacional Flicorno D'Oro, celebrado en Riva del Garda (Italia)– la Amargura y San Juan Apóstol subían solemnes hacia a la Plaza Mayor. Antes, el representante de la Amargura, José Bodoque, imponía un corbatín de la Hermandad al banderín de la Banda de la JdC, y en agradecimiento ésta le regalaba ‘Bajo tu Mirada’, uno de los estrenos en su repertorio.
En la subida se levantaba el viento y obligaba a los portainsignias a emplearse a fondo. Con todo, se cumplían los tiempos previstos y a las 21 horas el cortejo llegaba a la Plaza Mayor, donde no cabía ni un alma.
Desde las escaleras de la Catedral hacia San Pedro y desde los arcos a la Anteplaza, una multitud aguardaba ya la salida de la Santa Cena, portada a pulso por los banceros en su salida de la Catedral. Mientras, en los arcos del Ayuntamiento bailaba el olivo con gran destreza.
Este año el secretario de la Santa Cena portaba un nuevo cetro, obra de Pedro Joyeros, que era bendecido en la catedral por el consiliario de la Hermandad, antes de la salida.
Y la Hermandad de San Pedro bajaba imponente, arropada por la Asociación Musical Moteña de Mota del Cuervo en los pasos de San Pedro Apóstol , La Negación y el Ecce-Homo de San Miguel.
Eran las 22:15 horas cuando ya con el cortejo al completo se iniciaba la bajada con largas filas de hermanos y mucho público flanqueando el recorrido. Impresionantes las curvas de la Audiencia y el Escardillo, con extraordinaria sincronización banceros y lucimiento de olivos que dejaban hermosas imágenes en una noche conmovedora.
A destacar también el canto del Miserere que,a cargo del Coro del Conservatorio, encogía los corazones en San Felipe Neri al paso de las sagradas imágenes.
Elegante y compacto caminaba el cortejo en su bajada, interrumpida por unos instantes para atender una lipotimia tras lo que continuó con paso ordenado. Impresionante el silencio y el respeto con el que recibía Calderón de la Barca y Carretería el desfile procesional en su camino hacia la Diputación, mucha gente abarrotaba su final para vivir otro de los momentos cumbres de la noche con el incio de la despedida de las imágenes en San Esteban y Aguirre.
En definitiva, extraordinaria noche de Silencio la vivida esta noche y madrugada en Cuenca que finalizaba pasadas las 3:45 horas con la entrada del Ecce Homo en San Andrés.