Han trabajado a marchas forzadas para rematar a tiempo cientos de túnicas, capuces, cinturones, reposteros y demás accesorios que, tanto los conquenses a nivel particular como las hermandades, han encargado en los últimos meses para estrenarlos en esta esperada Semana Santa 2022.
En el taller de Entrecosturas la actividad de los últimos meses ha sido frenética, los percheros han estado a rebosar hasta última hora y en la agenda no quedaron huecos libres antes del Domingo de Ramos. Y es que, la confección se ha multiplicado significativamente respecto a la última Semana Santa que pudo celebrarse, la de 2019.
Los primeros encargos de los conquenses más previsores llegaron antes de Navidad, aunque “la sexta ola de la pandemia hizo que esperaran un poco hasta ver la evolución del virus, que finalmente ha sido buena, lo que nos permitirá por fin disfrutar de la Semana Santa de nuevo”, asegura el gerente del negocio, Carlos Martínez.
Pasaron los días y el boom de pedidos arrancó a mediados de enero y hasta esta última semana no han parado de tomar medidas, cortar patrones, probar túnicas, rematar bajos y hacer arreglos a los más rezagados. Y es que, si en 2019 confeccionaron más de 200 túnicas y casi 400 capuces, en este 2022 han batido récords. “Solo con mirar los albaranes de pedidos de telas podemos decir que este año se ha disparado el trabajo”, asegura Martínez.
Especialmente, han cosido vestimentas infantiles porque “después de dos años a todos los niños y niñas se les han quedado pequeñas”, comenta. Pero en Entrecosturas son previsores y dejan varios centímetros en el bajo y las hombreras para sacarlos en años venideros, conforme vayan creciendo los pequeños. “Perfectamente una túnica puede durarles tres o cuatro años, depende de lo que crezca cada uno”, apostilla.
Además, en Entrecosturas también venden todos los accesorios necesarios y distintivos de cada hermandad como cordones, guantes, escudos bordados o tambores de Turbas “para que el cliente encuentre todo lo necesario en un mismo sitio y así el servicio sea lo más completo posible”, explica Carlos Martínez. Además, están pendientes de todos los detalles, en especial de los tejidos para que todos sean de la misma tintada o lo más parecidos posible para “intentar unificar los tonos y que las procesiones luzcan lo mejor posible”, explican.
Procesiones que por fin, tras dos largos años de espera e incluso tres en algunos casos, volverán a salir a calle. Y es que, aunque parezca mentira, la Semana Santa 2022 ya está aquí y cientos de túnicas y capuces confeccionados en Entrecosturas pisarán por primera vez la calle.
Además, Carlos Martínez y todo su equipo verán los balcones adornados con los repositorios que han salido de su taller, aunque entre sus trabajos más especiales está un corpiño para María Santísima de la Esperanza o una túnica para el Santo Niño de la Cofradía Penitencial de Nuestro Padre Jesús con la Caña. Será emocionante para todos pero ver el trabajo de tantos meses brillar en la calle será más especial que nunca en esta Semana Santa.