Solo en el momento en que los hombres se ocupen de en torno al 50 por ciento de las tareas del hogar (limpieza de la casa, compra, preparación de comidas y cenas, planchado de la ropa, cuidado de los hijos, etcétera) podrá empezar a hablarse de una igualdad real entre hombres y mujeres y de que ambos tienen las mismas posibilidades de desarrollarse laboralmente y como personas.
Es una de las condiciones para “que la balanza empiece a equilibrarse” que esgrime el colectivo Comando Violeta en vísperas de la celebración, el próximo 8 de marzo, del Día Internacional de la Mujer, efeméride para la que los sindicatos UGT y CCOO han convocado dos jornadas de paro y una concentración a las doce en Carretería y las organizaciones Intersindical, CGT y CNT una huelga de 24 horas dirigida a las mujeres y una manifestación que a partir de las 18:00 horas partirá de la Avenida República Argentina rumbo a Carretería.
“Las tareas del hogar no suponen un reconocimiento público, pero son básicas en nuestro día a día. Los hombres tienen que darse cuenta del trabajo que les viene dado por las mujeres que tienen a su alrededor, el cual por ejemplo hace más fácil que ellos accedan a puestos de responsabilidad”, cuentan en Comando Violeta.
“A la mujer se le asignan unos roles culturales y sociales como la atención a los hijos y a los mayores y esto supone un freno de cara al trabajo remunerado, porque es una carga constante y sin horario que en muchos casos les impide realizar una jornada laboral completa, promocionar o participar en la vida sindical o política”, advierte por su parte María José Mesas, secretaria general de CCOO.
Elena Martínez, de Coordinación Feminista Cuenca, es así partidaria de que los cuidados y tareas domésticas estén remunerados o se consideren un empleo y hace hincapié en que “somos nosotras las que siempre tenemos ‘las cosas de casa’ en la cabeza. Una carga mental que te impide desconectar en tu propio hogar”. Y cita a la activista feminista Alicia Murillo al abogar por “abandonar la idea de maternidad y familia romántica” y ver la familia como “una empresa que genera gastos y beneficios y que no debe sostenerse a base del trabajo gratuito de nadie”.
AL FRENTE DEL HOGAR
Lo cierto es que las encuestas en torno a quién realiza las tareas del hogar son demoledoras: solo dos de cada diez hombres comparten en igualdad las tareas de limpiar y cocinar, advierte el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que también señala que más del 60 por ciento de las mujeres españolas realizan siempre o casi siempre solas las tareas domésticas.
Martínez añade además un informe de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) de 2016 según el cual “las mujeres dedicamos dos horas y media más que los hombres al trabajo doméstico como media al día”.
Y el dato es todavía más sangrante a la hora del cuidado de los hijos durante los primeros tres años de vida de estos: solo el 5,6 por ciento de los padres se ocupa de su atención frente al 87,7 por ciento de las madres.
En buena medida como consecuencia de ello, las mujeres, con mucho menos tiempo libre para seguir formándose de cara a mejorar en su estatus laboral, siguen siendo minoritarias en los puestos de directivos, ocupando apenas uno de cada cuatro puestos de alta responsabilidad, el 26 por ciento del total, según el informe Women in Business 2016, de Grant Thornton.
bajan las diferencias
Las diferencias, al menos, se han recortado en los últimos años, fruto en buena parte de las reivindicaciones sindicales, cada vez más centradas en la mujer, y el auge del feminismo, pues según el mismo informe en 2004 el porcentaje de mujeres en altos cargos apenas alcanzaba el 14 por ciento, por lo que en todo este tiempo se ha incrementado en doce puntos.
Pero en CCOO alertan de que la reciente crisis económica ha aumentado, por ejemplo, los contratos a tiempo parcial, unas jornadas que conllevan menos ingresos y recaen en las mujeres “en el 75 por ciento de los casos”.
Además, tradicionalmente ellas trabajan en sectores peor remunerados, como la ayuda a domicilio, el cuidado de personas dependientes o la limpieza. Según CCOO, las mujeres apenas representan al 25 por ciento de los trabajadores de la industria y el 88 por ciento de ellas trabaja en el sector servicios, principalmente en el cuidado a otras personas.
En Comando Violenta achacan esta realidad a que, desde la infancia, “a ellos se les orienta más hacia los descubrimientos, la investigación, la construcción, y a nosotras al mundo ‘rosa’, el mundo de los cuidados, del saber estar, de la buena educación. La desigualdad empieza desde que nacemos, quizás desde que somos concebidas”, denuncian
LA CARGA DEL DESEMPLEO
Y ellas son, también, mayoría entre los desempleados. En el caso de la provincia, de las 14.382 personas en paro registradas el pasado mes de enero, 8.492 eran mujeres por 5.890 hombres, en torno a un 40 por ciento más.
En Coordinación Feminista advierten especialmente de la situación de las mujeres en el medio rural, que a su entender son “las que más sufren la desigualdad de acceso al mercado laboral”, pues muchas trabajan ayudando a sus familias en pequeños negocios o explotaciones agrarias, lo que, unido a cuestiones como la “pésima” red de transportes provincial les lleva “a emigrar para poder desarrollarnos profesionalmente”.
A estas cuestiones estos colectivos añaden la violencia de género, pues los últimos 15 años son alrededor de 920 los hombres que han asesinado a sus parejas o exparejas, 48 el pasado 2017. “Todavía no estamos protegidas ante la violencia machista. Si además quien te acosa o agrede no es tu pareja o expareja no se te aplican las medidas de protección en caso de violencia machista”, advierten en Comando Violenta, mientras que en Coordinadora Feminista consideran que “no pueden continuar el acoso sexual y por razón de género en los centros de trabajo, las violencias machistas y del mercado que nos trata como objetos, posesiones de los que nos violan, acosan, maltratan y asesinan, que enferman e incapacitan para vivir”, denuncian.