Aprender día a día sobre la diabetes hasta tomar las riendas de la enfermedad y que no sea esta la que controle al paciente es perfectamente posible, ya que “tiene un buen pronóstico”, según el pediatra Juan Manuel Rius, cuya actividad asistencial en el Virgen de la Luz está centrada en la endocrinología infantil.
No obstante, a su juicio, en su control en la edad pediátrica, la familiaa “desempeña un papel crucial”. “El día a día con diabetes quien lo conoce mejor que nadie es el propio paciente y, en este caso, sus padres”.
Tras explicar que la diabetes es una enfermedad poligénica, dado que se conocen más de cincuenta genes implicados en la aparición de la diabetes tipo 1 y el doble en la de tipo 2, Rius reconoce que las personas pueden heredar una predisposición genética a desarrollar tanto la diabetes tipo 1 como la tipo 2.
Sin embargo, la diabetes tipo 2, en su génesis, está claramente influenciada por los hábitos higiénico-dietéticos no saludables que pueda tener el paciente. Son la obesidad y el sedentarismo dos de los factores de riesgo más importantes para la aparición de la diabetes tipo 2. Por contra, estos factores no influyen en la aparición de una diabetes tipo 1 en la infancia, sin embargo los hábitos de vida saludables, en cuanto a nutrición y ejercicio físico diario, son igualmente recomendables para una buena evolución de este tipo de diabetes infantil, según Rius.
Por su consulta y sus talleres formativos y de capacitación pasan los padres de 20 niños diabéticos tipo 1 de toda la provincia y en los 9 años que este pediatra lleva trabajando en Cuenca son ya cerca de 60 los pacientes en edad pediátrica que han pasado por sus manos.
La diabetes tipo 1 es una enfermedad crónica “compleja de manejar y que se hace todavía más compleja cuando se trata de un niño”, por lo que su control lo deben asumir los progenitores, que han de hacer “casi un máster en formación y capacitación en el manejo de la diabetes”, resuelve el pediatra para, a continuación, admitir que se trata de un proceso “largo” y que los padres se convierten en auténticos expertos “que enseñan al propio médico de su experiencia día a día con su hijo diabético”.
En relación a la diabetes tipo 2, Rius afirma que es “ rara en la práctica clínica” en niños pequeños y que, cuando se empieza a manifestar en una persona muy joven “suele ser en la adolescencia o adulto joven, cuando llevan una historia larga de obesidad, sedentarismo desde muy pequeños”, sin olvidar la predisposición genética de cada persona a sufrir esta enfermedad.
"La diabetes tiene un buen pronóstico y el paciente puede tomar sus riendas"
Síntomas
Con respecto a los síntomas con los que se manifiesta, este pediatra reconoce que el debut de la diabetes tipo 1 es “más agudo y de mayor intensidad”. Los síntomas, que la población general debería conocer al respecto del debut de esta enfermedad en la infancia son orinar mucho, tener, en consecuencia, mucha sed y beber mucha agua así como sufrir una pérdida inexplicable de peso.
El pediatra aconseja “hacer vida” los consejos aportados por los profesionales sanitarios y hace hincapié en que actualmente hay disponibles muchos complementos al tratamiento de la simple insulina administrada subcutáneamente “que no teníamos antaño”. Entre ellos, cita las bombas de infusión continua de insulina y los sistemas de monitorización continua de glucemia intersticial (MCG) que han hecho que la diabetes sea hoy “una enfermedad crónica con un mejor pronóstico a largo plazo y algo más fácil de convivir con ella, para los niños y sus padres”, pudiendo manejarse las dosis de insulina con “mayor precisión y exactitud” y permitiendo a los niños no precisar de tantos controles de glucemia capilar o pinchazos en el dedo a diario.
La mujer y su derecho a un futuro saludable han centrado este año el Día Mundial de la Diabetes, que se conmemora cada 14 de noviembre para concienciar a la población acerca de esta “peligrosa epidemia”, según Dulce Mª Calderón, jefa de la Sección de Endocrinología del Hospital, que ha participado esta semana juto a Rius en las Jornadas sobre Diabetes del Colegio de Médicos. Considera a las féminas unos agentes “clave en la adopción de estilos de vida saludables para ellas y para mejorar el bienestar y la salud de las nuevas generaciones”.
Una de cada diez mujeres en el mundo es diabética, más de 199 millones en total, de las cuales, espeta Calderón, “muchas, sobre todo en los países en vías de desarrollo, no tienen acceso a la educación diabetológica”, que la experta considera “básica para sobrevivir con esa enfermedad”. Ni siquiera acceden a la atención médica que precisan, “a veces con la intención de ocultar su condición, por el estigma que eso podría suponer”.
"Es muy importante incidir en la educación de la mujer para evitar riesgos"La diabetes es la novena causa de muerte en las féminas y genera 2,1 millones de fallecimientos cada año en mujeres, a lo que se une que las diabéticas tipo 2 “son casi diez veces más propensas a sufrir enfermedades del corazón” y en el caso de las mujeres con diabetes tipo 1 “tienen un mayor riesgo de aborto o de tener bebés con malformaciones congénitas”.
Como consecuencia del aumento de la obesidad, la diabetes gestacional está aumentando su prevalencia “de forma importante” en mujeres cada vez más jóvenes, de las cuales hasta un 15% desarrollarán esta diabetes en el embarazo.
Por ello estima “muy importante incidir en la educación de la mujer”, ya que de ello dependen también unos “mejores resultados del embarazo”, dado que tener diabetes durante el mismo aumenta el riesgo de complicaciones.
Entre ellas, detalla, en la madre, el aumento del riesgo de hipertensión, las cesáreas, los partos prematuros y los abortos y, a largo plazo, si la mujer con diabetes gestacional no se cuida, tiene “probabilidad de acabar desarrollando una diabetes tipo 2 a los cinco o diez años” y en la mitad de los casos existen estudios que demuestran un incremento del riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular en el futuro.
En lo que respecta al neonato, sobre todo en el caso de pacientes con diabetes pregestacional, aumenta el riesgo de malformaciones y abortos y en el caso de diabetes gestacional, el riesgo de macrosomía del bebé, “lo cual lleva consigo un aumento de traumatismos durante el parto y de que el niño tenga bajadas de azúcar y calcio o elevación de las cifras de bilirrubina después de nacer”.
De otro lado, el hecho de que el feto esté “inmerso en un ambiente de hiperglucemia, hace que produzca un exceso de insulina y que algunos tejidos fetales acaben hiperdesarrollados”. “A la larga, aumenta el riesgo de obesidad y diabetes en el pequeño”, sostiene, subrayando que se trata de un “círculo vicioso que tiende a auto perpetuarse y que hay que romper” a través de la educación y el control de la glucemia. “El hecho de tener diabetes gestacional es un aviso para las mujeres, para que sepan que tienen un boleto más para acabar siendo diabéticas”, a juicio de Calderón, ya que sostiene que, en ese caso, “tienen un cincuenta por ciento más de posibilidades de desarrollar una DM 2 en el futuro si no se cuidan y de volver a presentarla en los siguientes embarazos”.
Por todo ello, según la experta, la “clave” está en prevenir el desarrollo de la diabetes tipo 2 o en retrasarlo “todo lo posible” mediante la adopción de hábitos de vida saludables, tratando de mantener el normopeso y evitando el sobrepeso mediante una dieta equilibrada, además de realizar ejercicio físico.
En el caso de mujeres con diabetes pregestacional, es de vital importancia planificar el embarazo al menos durante 6 meses e intentar que los niveles de glucosa sean lo más cercanos posible a la normalidad. “No se puede quedar embarazada sin control preconcepcional”, insiste, al tiempo que insta a estas futuras madres a “programar el embarazo muy bien y evaluar las complicaciones antes de quedarse embarazadas”.
La diabetes implica un aumento de los niveles de glucosa que produce daños en las pequeñas arterias de la retina, o el riñón, aumenta el riesgo de infartos e ictus y, en definitiva, “te va destruyendo por dentro”, resume.
“La diabetes es silenciosa”La diabetes es una enfermedad a la que, según Dulce Calderón, no hay que tener miedo, pero sí “estar informado” sobre ella y llamar “a las cosas por su nombre”. “Tener azúcar es tener azúcar, no vale tener un poquito de azúcar, o tienes, o no tienes”, explica, valorando como un “desafío” el establecimiento de programas “integrales que cambien el estilo de vida” de los pacientes, ya que han demostrado la posibilidad de disminuir el riesgo de presentar diabetes “hasta en un 70% o retrasar la aparición lo máximo posible”.
Lo mismo opina Carolina Pérez, presidenta de la Asociación de Diabéticos de Cuenca, Diabet Cuenca, quien admite que la diabetes “se puede controlar siempre y cuando lleves una buena alimentación y hagas exactamente caso a las pautas del endocrino”. “Puedes llegar a tener una vida totalmente normal y sin ningún tipo de problema”, remarca, para, a continuación, indicar que, “desafortunadamente, de momento no tenemos la solución para que se cure, pero sí muchas posibilidades de llevar un buen control y una buena calidad de vida”. Puesto que se trata de una enfermedad que, afirma Pérez, “no duele, es silenciosa”, la clave para atajarla está en la prevención y en la atención a otros síntomas como la aparición de sudores y temblores “sin ningún motivo ni explicación”.
CONMEMORACIÓN
Con motivo de la celebración del Día Mundial de la Diabetes, este viernes 24 de noviembre la asociación ha programado una charla con un podólogo que hablará sobre el cuidado del pie y nuevas cirugías y otra en la que una asociada expondrá información sobre nuevas tendencias y nuevos cuidados que interesan a una persona diabética.
Ya el domingo 26 de noviembre hay prevista una caminata desde la Plaza de España hasta el juego de los bolos.
Sin embargo, desde su sede del centro social del Pozo de las Nieves, esta asociación desarrolla actividad todo el año, incluyendo talleres de alimentación así como charlas informativas y de asesoramiento sobre la enfermedad y los cuidados que precisan los pacientes.
En cuanto a retos, Pérez aboga por que los enfermos atiendan a las recomendaciones de los especialistas, “porque hay muchísima gente que viene a los talleres y al cabo de un año o dos te llaman y te dicen que ahora tienen diabetes y no se acuerdan de las charlas”. “Es una impotencia grandísima”, concluye.