Las restricciones de aforo, el uso obligatorio de mascarilla, tanto por parte de los invitados como de los niños y niñas que recibirán el sacramento, y la división escalonada de misas hasta el mes de julio, son algunas de las medidas que marcarán la celebración de las comuniones, según ha establecido la Diócesis de Cuenca con el objetivo de mantener a raya al virus en las iglesias.
Además, se tomará la temperatura al entrar al templo, se mantendrá la distancia de seguridad, se ofrecerá gel hidroalcohólico a todos los asistentes, la entrada y salida deberá ser escalonada y ordenada y se procederá a la desinfección de la parroquia tras cada misa, tal y como marcan las autoridades sanitarias.
Incluso, habrá días en los que habrá dos turnos y se oficiará misa a las 12:00 y a la 13:00 del mediodía para que los grupos sean lo más pequeños posible.
Así, cumpliendo con esta bateria de recomendaciones, arrancarán el próximo 8 de mayo aunque, tal y como ocurrió el año anterior, hay fijadas eucaristías hasta el mes de septiembre pues las familias prefieren evitar las aglomeraciones. En este sentido, en 2020 se celebraron tan solo 743 comuniones pues hubo familias que optaron por posponer este evento y como consecuencia descendieron en un 27% respecto al año 2019 cuando se oficiaron 1.017. Aunque, también hay que tener en cuenta que no todos los años hay el mismo número de niños y niños que reciben la Primera Comunión pues hay generaciones más numerosas que otras.
Sin embargo, las familias afrontan el evento con incertidumbre pues nadie sabe como evolucionará el virus en las próximas semanas, aunque desde la Diócesis de Cuenca confían en mantener las iglesias y parroquias abiertas con el firme objetivo de mantener el calendario establecido. De hecho, desean y esperan que la evolución del virus tanto en la capital como en la provincia sea favorable.
Según los datos de la Diócesis de Cuenca, en 2020, 743 niños y niñas recibieron la comunión, un 27% menos que en 2019 cuando se oficiaron 1.017
CATEQUESIS
Desde la Conferencia Episcopal Española (CEE) lanzaron a principio de curso una serie de orientaciones para organizar y celebrar la catequesis en tiempos de pandemia. Recomendaciones que desde la delegación diocesana de Catequesis y Catecumenado de Cuenca adoptaron rápidamente. Entre las reglas establecidas se recomendaba que la catequesis fuese presencial siempre y cuando los grupos fueran de como máximo 10 personas incluido el catequista y en el caso de superar esta cifra se aconsejaba la división en varios grupos.
Por otro lado, se establecía el uso obligatorio de mascarilla para niños y catequistas en todo momento y es necesario guardar la distancia de seguridad y mantener ventilación constante en la sala.
De hecho, se ha evitado la presencia de familiares en las instalaciones para evitar aglomeraciones e incluso la entrada y salida de alumnos ha sido ordenada y escalonada para evitar la afluencia de personas en los pasillos.
Por último, cada niño ha utilizado su propio material y no podía compartirlo con los compañeros y la sala se desinfecta tras cada sesión.
Clases que han servido de ensayo a todos los niños y niñas conquenses ya que se han habituado a cumplir con estas normas que se trasladarán a la celebración de la Primera Comunión.
Falta apenas una semana para que sean partícipes por primera vez del sacramento de la Eucaristía recibiendo la comunión y aguardan hasta ese día con fe e ilusión y con la esperanza de que todo vaya sobre ruedas.
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