El mejor vigilante de seguridad para dar la voz de alerta ante un fuego es una alarma contra incendios. Aún así existen otras muchas recomendaciones que desde estas páginas los Bomberos del Ayuntamiento de Cuenca quieren trasladar a la ciudadanía un mensaje de “tranquilidad”, tal y como señala Jacobo Llorens, sargento del Servicio. “Debemos ser más proactivos y trabajar en la prevención, por eso nuestras puertas siempre están abiertas para las consultas de los vecinos y vecinas de Cuenca”, subraya.
En este sentido, es importante tener en cuenta que el mejor vigilante de seguridad para las 24 horas del día es una alarma contra incendios, ya que será el dispositivo que de la voz de alerta. Una vez detectado el fuego es importante intentar apagarlo cuanto antes y en caso de que se haya propagado es vital cerrar las puertas porque actuarán como escudos. El siguiente paso es avisar con la mayor brevedad posible al 112 con el objetivo de que movilicen todos los recursos necesarios para frenar la propagación de las llamas, rescatar a las personas atrapadas y atender a los heridos en caso de que los haya.
Para salir al exterior no debe hacerse uso de los ascensores porque pueden quedarse bloqueados y en caso de que las escaleras estén colapsadas de humo las personas deben confinarse en casa. Las estancias más apropiadas para resguardarse son aquellas con menor combustible, es decir con menos mobiliario que puedan arder.
Si bien, la orografía del Casco Antiguo dificulta el acceso de los bomberos en ciertos puntos. Por este motivo hay zonas en las que está prohibido aparcar con el fin de que ante un incendio haya un lugar donde posicionar un camión.
En cuanto a los medios, el cuerpo de bomberos de Cuenca cuenta con un autobrazo extensible que, con los pies de apoyo desplegados en su máxima altura, alcanzaría en vertical los 37,5 metros. Si bien, se perdería capacidad operativa en función del ángulo en el que se colocarse. “Si no puede extenderse en paralelo a la fachada porque, por ejemplo, hay un coche aparcado delante, la altura máxima a la que podríamos llegar mermaría”, concluye.