Los comerciantes que cada martes despliegan sus puestos en el mercadillo municipal de Cuenca abogan por mantener la ubicación actual en los terrenos del antiguo club Serranía y no trasladarse a otro rincón de la ciudad. Y es que, consideran que ya llevan muchos años en este emplazamiento y un hipotético cambio podría perjudicarles.
El Ayuntamiento de Cuenca ha abierto la puerta para trasladar el tradicional mercadillo tras la aprobación por unanimidad, en el último pleno municipal, de una moción que pretende cambiar la ubicación del mercadillo dado que en la actual se combinan terrenos tanto del Consistorio como privados y esto impide llevar a cabo arreglos y mejoras en zonas que están muy deterioradas, tal y como explica la concejal de Consumo, Charo Rodríguez.
Este posible cambio ha provocado recelos entre los comerciantes. El principal motivo es que buena parte de su clientela estaría desubicada, dado que hoy en día, cuando los consumidores bajan al mercadillo, ya saben a qué punto exacto ir para poder comprar el género que llevan. Además, el cambio al recinto ferial de la capital, creen, “no es una buena opción por el momento”. Si bien sería mejor para el peatón porque la parte asfaltada no presenta desperfectos, “los puestos tendrían que estar sobre la tierra, lo que implicaría problemas de polvo en épocas secas o incomodidades por el barro que se genera cuando llueve”.
Dos comerciantes de un puesto dedicado al textil explican a Las Noticias de Cuenca que están mejor en los antiguos terrenos del Club Serranía dado que en su zona “está todo el piso arreglado”, y si se les trasladara al recinto ferial, “pasará como hace años, que estaremos en el barro cuando llueve y tragando polvo en verano”. “Si nos cambian, pensamos que tienen que ser con buenas condiciones, con todo el entorno asfaltado”, subrayan. “Tenemos textil, pero otros compañeros calzado, y estar con polvo o barro puede hacer que nuestra mercancía no acabe vendiéndose”, explican. Y es que, “cada mes pagamos religiosamente la tasa que nos pide el Ayuntamiento, así que qué menos que tengan esta ubicación o cualquier otra bien arreglada y, además, se pongan baños portátiles como ocurren en casi todas las localidades”, concluyen.
Otro de los comerciantes es Jaime García, que lleva más de 40 años dedicándose a la venta ambulante. “Me parecería mal el traslado al recinto ferial en las condiciones que está actualmente. Si lo asfaltaran, me daría igual estar aquí o allí”, sostiene, quien apunta que no habría otras ubicaciones posibles a su parecer.
“Me parece un poco mal el cambio de ubicación porque nuestra clientela ya está acostumbrada a venir a donde estamos actualmente y el recinto ferial no está pavimentado para desplegar nuestros puestos”, añade Juan, otro comerciante de artículos de decoración. Eso sí, si toda aquella zona la arreglaran en condiciones para poder trabajar, “veo bien que nos reubiquen en un momento dado”.
Pero también pide que “ya que nosotros pagamos cada mes la tasa por instalar el puesto, por lo menos que ese dinero se destine a hacer los arreglos que reclamamos todos” porque, con la situación del asfalto en determinados puntos “vamos a caída diaria y, de hecho, yo que llevo viniendo cinco años a Cuenca ya llevo tres esguinces”.
PROPUESTAS
Dos vendedores dedicados al menaje del hogar cree que no hace falta hacer ningún traslado a otra ubicación. “Ahora que el Ayuntamiento ha ganado el recurso sobre los terrenos de la explanada de Antonio Maura, los que estamos en los terrenos privados, los podrían cambiar ahí arriba después de acondicionar esa explanada”, sostienen, porque así podrían seguir todos lo comerciantes en la misma ubicación.
Si aún así el Ayuntamiento dice de quitar la ubicación actual, “allá donde nos lleven vamos a molestar”, sostiene una vendedora de textil, por lo que si les trasladaran al recinto ferial en las condiciones actuales, “vamos a recoger firmas porque es infrahumano estar trabajando entre el polvo o la tierra”.
Emilia, vendedora de encurtidos, apostaría por trasladar el mercadillo al barrio de Villaromán, donde ya estuvo ubicado durante las fiestas de San Julián cuando se hacían los conciertos en el Serranía. “Está todo asfaltado, con aceras, la gente iba más allí y hay más facilidades de aparcamiento”, opina. Aunque eso sí “con los algo más de mil euros que pagamos cada año cada puesto, hay dinero para adecuar todos los terrenos.
La concejal de Consumo del Ayuntamiento de Cuenca explica que, los próximos pasos que se van a llevar a cabo sobre este posible traslado, serán la elaboración de un estudio de viabilidad para decidir la ubicación final, y ya a partir de ahí tomar una decisión final. Apunta Charo Rodríguez que el entorno del bosque de acero y el recinto ferial es la ubicación con mayores posibilidades.
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