Cientos de conquenses han aprovechado la soleada mañana de este sábado para acercarse hasta el santuario de San Julián El Tranquilo para honrar al patrón de la ciudad y disfrutar de una jornada en este paraje inigualable con vistas a la hoz del Júcar.
Parejas con hijos, personas mayores y diversos grupos de adolescentes han subido a pie por las empinadas escaleras y por el sendero que arranca cerca del Recreo Peral para entrar en calor y disfrutar por el camino de los tradicionales panecillos que se han repartido.
Este año, en total se han repartido cerca de 10.000 unidades, aunque muchos de los asistentes han optado por llevar su propio bocadillo y comer en el paraje después de asistir a alguna de las tres misas que se han oficiado junto a la ermita además de a la tradicional imagen del santo.