Solo ‘sí es sí’, y si no es violencia sexual. Esta es una de las formas más frecuentes de violencia de género y quizá una de las violaciones de derechos humanos más habituales que afectan de manera específica y desproporcionada a las mujeres y a las niñas.
Pero, ¿cuándo se considera que una mujer es víctima de violencia de sexual? Cuando se atenta contra su libertad sexual sin que medie consentimiento. Y como imaginarán, enfrentarse a una situación de este tipo no es fácil puesto que, lejos de sentirse víctimas, muchas mujeres se sienten parte del problema. Culpables y avergonzadas, en definitiva.
El pasado mes de diciembre abrió sus puertas en la capital conquense la Casa de la Igualdad, un nuevo recurso en el que se ubica el centro de atención integral a víctimas de violencia sexual. Un espacio en el que “se presta atención psicológica y jurídica a aquellas mujeres que han sufrido una agresión sexual en la actualidad o con anterioridad”, tal y como explica Ana Eloísa Olmeda, delegada de Igualdad en la provincia de Cuenca.
Si bien, cuando se incorpore el personal definitivo, se sumará un servicio de atención social y otro para ayudar al entorno cercano de las víctimas. Y es que, “se está viendo que muchas veces tanto familiares como amigos o la pareja necesitan esa orientación y esa intervención a nivel psicológico para poder enfrentar de una forma más llevadera ese trauma”, explica Olmeda.
En estos tres primeros meses de funcionamiento, una veintena de mujeres conquenses han recibido y continúan recibiendo atención del personal especializado del centro. “Cuando una mujer demanda atención para resolver su situación a nivel emocional se hace una valoración y, si es necesario, la intervención se prolonga en el tiempo hasta que esté preparada para ser dada de alta”, explica Olmeda.
Además, pueden recibir atención jurídica para, por ejemplo, contar con el asesoramiento necesario para interponer una denuncia a su agresor o simplemente porque quieren informarse a cerca de este tema. “La atención que reciben estas mujeres tanto a nivel psicológico como jurídico es inmediata, independientemente de si llegan directamente a la Casa de la Igualdad como si son derivadas desde la policía, los diferentes Centros de la Mujer u otros recursos”, cuenta la delegada.
PERFILES
Y como se ha mencionado anteriormente, las usuarias no tienen por qué haber sido víctimas de una agresión sexual recientemente (hace menos de cinco años), sino que el caso puede remontarse a años atrás, a su infancia o adolescencia.
Concretamente, de esa veintena de mujeres que están recibiendo atención actualmente todas son mayores de edad y los casos se han producido en ámbitos diversos, desde en su puesto de trabajo hasta de parte de un desconocido e incluso de un familiar.
“No hay un perfil concreto”, señala la delegada de Igualdad. Eso sí, todas estas mujeres que están recibiendo atención psicológica prolongada en el tiempo han sufrido una agresión sexual con penetración.
ATENCIÓN PSICOLÓGICA
La atención psicológica en estos casos es fundamental porque, tal y como cuenta Aira Ojalvo, psicóloga especialista en trauma, violencia y género que actualmente trabaja atendiendo a víctimas de agresión sexual. Y es que, añade, “estas mujeres sufren un daño que las paraliza la vida”, independientemente de si la agresión se produjo en su infancia, adolescencia o de si ha sido recientemente.
“Necesitan acompañamiento psicológico cuando ellas crean que es el momento. Hay mujeres que sufrieron una agresión sexual cuando eran pequeñas y es ahora que son adultas cuando necesitan abordar el tema”, subraya.
En su mayoría, todas sufren ansiedad, pesadillas, no pueden dejar de pensar sobre el tema y “su cabeza es una lavadora que no para de centrifugar”, ejemplifica la piscóloga.
Como primer paso, las especialistas tratan de crear un espacio donde la víctima no tenga que justificarse y pueda dejar de sobrepensar. “Necesitan un sitio donde dejarse escuchar a sí mismas sin recibir ningún tipo de juicio”, apostilla.
A partir de ahí se trabaja para “devolver la culpa al culpable” y ayudarlas a entender qué les pasa por dentro. “Necesitan entender qué es una depresión, hablar incluso de ideas de suicidio y, en definitiva, poner nombre a lo que les pasa para aprender a controlarlo y superarlo”, cuenta Ojalvo. No olvidarán, pero sí lograrán que la agresión y el agresor no ocupen un papel principal en su vida.
En cuanto a las terapias, Aira Ojalvo es partidaria de, en un primer momento, ofrecer sesiones individuales aunque, después, es fundamental hacer intervenciones terapéuticas grupales. “Es súper potente porque las que llevan más recorrido ven que pueden echar una mano a las que acaban de empezar y éstas a su vez ven en el resto que se puede salir y avanzar”.

Sobre lo agresores, Aira Ojalvo apunta que la educación desde edades muy tempranas es fundamental para frenar esta problemática. “Como psicóloga lo que menos veo es un perfil de psicópata, lo que sí veo son hombres que se creen con el derecho y con el poder de acceder a los cuerpos de las mujeres”, cuenta.
Y para acabar con esto es imprescindible poner el foco en la sociedad, en los valores machistas que continúan imperantes. “No se puede negar la violencia machista”, recalca.
Y, dado que en los últimos años han aumentado las corrientes políticas que niegan la violencia de género, “no hay que despistarse y seguir trabajando en colegios, institutos y universidades porque antes daba vergüenza ser machista y ahora hay canales en redes sociales que alientan a los jóvenes a negar la violencia de género”.
Además, para ella es importante que la sociedad abra los ojos y vea la realidad porque “a nivel regional, en 2024, solo un 8% de los agresores fueron desconocidos de las víctimas lo que implica que, una gran mayoría de las agresiones se producen en el entorno cercano, incluso por parte de familiares”.
Por todo esto, Aira Ojalvo anima a las mujeres a ser las protagonistas de su propia vida, a buscar ayuda cuando sientan que es su momento porque “son mucho más de lo que un día un hombre les hizo”.
SERVICIOS
El centro de atención a víctimas de violencia sexual, que está integrado en la Casa de la Igualdad, abre de lunes a viernes en horario de 9:00 a 14:30 y de 16:30 a 19:30, aunque cuando se incorpore el personal definitivo se ampliará y pasará a ser ininterrumpido. Además, tienen a su disposición la línea 900 100 114, el 016, los doce Centros de la Mujer que hay repartidos por toda la provincia y dos recursos de acogida con once plazas en total.