Rafael Catalá, que además de diputado por Cuenca era ministro de Justicia cuando, en diciembre de 2017, el anterior Gobierno aprobó la declaración de bien de interés público de la línea del AVE Cuenca-Madrid y temporalmente llegó incluso a ocupar la cartera de Fomento, un periodo durante el que se anunciaron unas tarifas más económicas, de en torno a 12 euros, en determinados trayectos, considera que se pueden ofrecer tarifas más baratas que las aprobadas, a principios de este año, por el actual Gobierno central, denominadas Avant y que solo son valederas para cuatro trenes de ida y otros cuatro de vuelta al día.
“Hay que ser ambiciosos. El planteamiento en el que trabajé con el que era el presidente de Renfe en su momento era que en todas las frecuencias con origen o destino Cuenca pueda haber un cupo de plazas, no solo a las 7:20 horas sino a lo largo del día. Y que ese bono se pueda utilizar con normalidad como se utiliza y ya existe con otros destinos como Ciudad Real o Toledo”.
A su entender, el gobierno anterior, del que formó parte, “consiguió lo más importante, la declaración de servicio público de la conexión Cuenca-Madrid, para que en esos trenes pueda haber total flexibilidad”.
De este modo, considera que “salvo algún caso extraordinario, porque el tren vaya lleno, que entonces no puede ser ni barato ni caro, Renfe puede poner unas tarifas más baratas o articuladas a unos bonos o tarifas. Es pura política comercial: en vez de llevar cinco plazas vacías a 30 euros a Renfe le interesa llevarlas ocupadas por personas que se han comprado el bono y las pagan a nueve”